Un reo que se encontraba preso en el penal de Quezaltepeque y de quien las autoridades no publicaron su identidad, fue detenido el sábado pasado al momento que intentaba sacar en su estómago nueve cartas (wilas) en su estómago.
El interno pertenece a la pandilla 18 y recobró su libertad la semana pasada, sin embargo, cuando se le realizó el último chequeo a través de la máquina de rayos X, se le detectaron los manuscritos de plástico en el interior de su cuerpo.
El interno confesó que traía las cartas escritas en pequeñas tiras de plástico delgadas. De inmediato se le sometió a una intervención médica para extraer las cartas.
Las autoridades no revelaron el contenido de las cartas y sólo remitieron al reo a la Policía y a la Fiscalía para que enfrente un nuevo proceso judicial.
“Estamos evitando que salgan órdenes para cometer delitos en las calles porque constantemente mejoramos los niveles de seguridad en todo el Sistema Penitenciario, manteniendo el orden, control y disciplina”, publicó Osiris Luna en su cuenta de Twitter.
Otro hallazgo en la misma cárcel
En julio pasado, otro pandillero que se disponía a recuperar su libertad, tras cumplir con su pena en la referida cárcel, fue recapturado por los custodios al ser descubierto que llevaba 13 manuscritos en su estómago.
Se presume que los mensajes escritos en papel que llevaba el convicto eran órdenes criminales que cabecillas encarcelados les enviaban a sus pares de las pandillas que se encuentran en libertad.
Antes de salir del referido penal, Flores Lara fue sometido al registro con la máquina escáner de cuerpo completo, el cual reveló que se le observaba una serie de bolitas a la altura del estómago.
A raíz de esa situación, las autoridades penitenciarias llevaron a Flores Lara a una habitación privada para que expulsara las bolitas. Tras varias horas, el detenido expulsó trece bolitas forradas con plástico transparente con los manuscritos que se supone son órdenes criminales que cabecillas de pandillas enviaban a los que se encuentran en libertad.