Regímenes autoritarios ahogan libre expresión criminalizando tuits y refranes de periodistas

Nicaragua y Turquía persiguen periodistas y han encarcelado ya a dos por ejercer su libre expresión, pero los regímenes han hecho leyes para penalizar ese derecho. A expertos les preocupa que el gobierno salvadoreño sigue esa senda autoritaria

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Detenida por decir un refrán al aire. Sedef kabas, Es una presentadora de televisión, también crítica del gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Enfrenta 11 años de prisión. La Fiscalía la acusa de “insultos” al presidente Erdogan y “ menosprecio” a funcionarios por decir un refrán en televisión en referencia al gobierno turco. Foto: AFP

Por Enrique Miranda

2022-02-20 10:50:14

Lo nunca visto: esta semana un periodista fue condenado a 9 años de prisión acusado de conspiración contra Nicaragua por ser crítico del régimen de Daniel Ortega y entre las pruebas para hallarlo culpable la Fiscalía presentó retuits que él había hecho en su cuenta de funcionarios estadounidenses precisamente criticando los abusos de poder de Ortega.

Pero ahí no acaba lo insólito: en Turquía, la Fiscalía turca ha pedido 11 años de cárcel para una periodista por haber citado un popular refrán en vivo como forma de hacer una crítica al gobierno de Recep Tayyip Erdogan, algo que ese régimen considera una ofensa contra el hombre fuerte de Turquía y parte de su gabinete.

El caso del comunicador nicaragüense es el más dramático pues ya recibió una condena.

Se trata del comentarista deportivo Miguel Mendoza, conocido por denunciar las medidas antidemocráticas del orteguismo, y fue unos de los 46 opositores detenidos en las redadas de críticos y opositores que el régimen hizo el año pasado antes de las elecciones.

“El Poder judicial condena a 9 años de cárcel e inhabilitación a cargos públicos al periodista Miguel Mendoza por conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”, indicó en su cuenta Twitter el independiente Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) el miércoles pasado.

VER: “Se está construyendo el andamiaje para perseguir más a los periodistas”, dice relator de la APES

Mendoza fue condenado bajo una ley hecha a la medida para apresar opositores que aprobó el orteguismo en 2020, denominada Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia y la soberanía. Esta normativa considera “traidores a la patria” a cualquier crítico del régimen que le sea incómodo y se vale de las pruebas más sorprendentes, como un simple retuit, para acusar, detenerlo al menos 90 días en una bartolina y, como ya se vio, encarcelarlo por años.

El caso turco no es menos insólito. La Fiscalía pide 11 de prisión para la presentadora de televisión Sedef Kabas, acusada de dos delitos “insultos al presidente, por el cual los fiscales piden 7 años de cárcel y “menosprecio a funcionarios”, delito por el cual pide otros 4 años de prisión.

El delito de Kabas, de 53 años, es haber pronunciado un conocido refrán popular turco durante un debate televisivo y el cual profirió en referencia al presidente turco Recep Tayyip Erdogan y parte de su gabinete.

El refrán es el siguiente: “Un refrán dice que una cabeza coronada se vuelve sabia. Pero vemos que no se cumple. Otro refrán dice: Cuando el buey entra en palacio, no se vuelve rey sino que el palacio se vuelve establo”, dijo Kabas a referirse a la gestión del presidente.

9 años de cárcel por un tuit. Miguel Mendoza, un periodista deportivo conocido por criticar los abusos de Daniel Ortega en Nicaragua fue apresado en 2021 por el régimen cuando apresó decenas de opositores. Pruebas insólitas. Al periodista se le condenó este miércoles pasado por el delito de “conspiración”. Entre las pruebas en su contra están los tuits que escribió. In sólito. Foto: AFP

Los puntos en común que tienen estos líderes

Los casos de Mendoza y Kabas tienen aspectos en común: ambos son comunicadores que cuestionan a los gobiernos por no seguir las reglas de la democracia o develan malos manejos en la gestión pública. Además los gobiernos que critican, el Ortega y el de Erdogan es que tienen una acumulación de poder que hace que todo el estamento judicial falle a su favor.

Un día después de que la periodista turca fue detenida por la Policía por pronunciar un refrán popular, en enero, un juez le decretó la prisión provisional. Su caso sigue abierto.

En ambos casos, puede notarse cómo los regímenes autoritarios buscan acallar las voces críticas haciendo uso de leyes que penalizan actos de libre expresión en cualquier sociedad democrática.

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“Tanto en el caso Mendoza como en varias otras acusaciones contra críticos y opositores, los hechos que cita la Fiscalía son acciones totalmente legítimas. No solo no constituyen delitos, sino que se trata del ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión”, consideró Tamara Taraciuk, directora en funciones de Human Rights Watch (HRW).

Lo mismo opina el relator de libre expresión de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), Serafín Valencia.

“Desde el momento en que se ataca la libertad de prensa y a cerrar los canales de información se está violentando el derecho a la información de la ciudadanía. Desde el momento en que se persigue a periodistas se vulnera la libertad de expresión, su seguridad, se está afectando el derecho a la información de la ciudadanía”, dijo Valencia.

Para la directora en funciones de HRW, las acusaciones contra el nicaragüense van en contra de toda lógica porque Mendoza solamente hizo uso de su libre expresión.

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“En el caso de Mora, el fiscal justifica que “incitó a la injerencia extranjera” porque publicó tweets anunciando sanciones contra Ortega. Es un completo disparate. Es un ejemplo más de los esfuerzos del régimen por silenciar cualquier forma de disidencia y un ataque directo contra la libertad de prensa en Nicaragua, donde ejercer el periodismo independiente o criticar al gobierno te puede llevar a la cárcel”, opinó Taraciuk.

Es el mismo “modus operandi” de los gobiernos

Para el relator de libertad expresión de la APES, está claro el manual que usan líderes autoritarios en el mundo para acallar a la prensa crítica, que investiga, que hace preguntas de cómo se gastan los fondos públicos. Y Valencia incluye en estos al presidente salvadoreño Nayib Bukele.

“En el mundo hay una configuración de líderes de corte autoritario y que tienen como enemigos principales a la prensa crítica, que está controlando el poder, investigando. La conducta antidemocrática de estos líderes que pasa Ortega, Erdogan, Bukele, Bolsonaro, tienen algo en común: el ataque permanente contra la prensa porque les critica sus abusos de poder”, sentenció Valencia.

A su juicio, estos líderes de marcada tendencia personalista utiliza una narrativa para incluir en una misma bolsa a toda persona que pida transparencia en el manejo de la cosa pública.

“Otro elemento que tienen en común es que practican la intolerancia hacia la crítica periodística, y desde ahí es que persiguen a sus críticos , no solo los líderes sociales sino periodistas. Lo hemos visto en Honduras, en Nicaragua y lamentablemente lo comenzamos a ver en El Salvador. En el caso de Ortega y Bukele, ambos están evidentemente atacando periodistas y la libertad de expresión que tiene la gente, atacando también el derecho a la información de la ciudadanía”, detalló el relator de APES.

Para el experto es importante que los mandatarios se den cuenta que la libre expresión y el derecho a la información es un requisito para una buena gobernanza y el hecho de que sean funcionarios públicos los pone bajo el escrutinio porque están encargados de administrar de forma eficiente los impuestos de todos los ciudadanos.

Acreditaciones simbólicas con los nombres, fotografías y afiliaciones a los medios de 95 periodistas detenidos acusados por el gobierno de Turquía. Foto: AFP

“Deben entender que los funcionarios públicos, así lo dice la declaración de principios de libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dice que además de que los funcionarios públicos tienen que ser más tolerantes a la crítica deben entender que están expuestos al escrutinio público porque son funcionarios”, recordó Valencia.

Sin embargo, el relator de APES no cree que tanto Ortega en Nicaragua, como Bukele en El Salvador, se den cuenta de la situación.

“No vemos que lo hayan entendido nuestros líderes, por el contrario, ellos tienen una narrativa contraria a ese principio. Ellos creen que por el hecho de ser funcionarios públicos están más protegidos. Estos líderes están arrogándose el derecho de establecer qué es periodismo bueno y cuál es el “malo” entre comillas. El gobierno no es el actor para definir esto”, concluyó.

Tanto en Nicaragua como en Turquía, los casos anteriormente expuestos, los gobiernos han emitido leyes que buscan coartar la libre expresión, algo que diferentes organismos de derechos humanos han criticado por lo autoritario de las medidas.

Los expertos consultados temen que el gobierno de Nayib Bukele siga el mismo camino pues ha propuesto leyes, como la de Agentes Extranjeros, muy similares a las que Ortega y Vladimir Putin en Rusia ha usado como forma de asfixiar a las organizaciones civiles.

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