Como se anunció, el transporte público de pasajeros comenzó a brindar servicio durante las primeras horas de este 24 de agosto, como parte de la reactivación de los sectores económicos del país. Si bien las rutas de autobuses se esmeraban en cumplir con las disposiciones de seguridad para su funcionamiento, el principal problema se reflejó en la falta de capacidad para transportar a toda la población que requería moverse a sus lugares de trabajo.
Esto fue evidente en la carretera que de Lourdes Colón lleva a San Salvador, en donde decenas de usuarios esperan, sin respetar la distancia social, a orillas de la carretera. Intentaban, en vano, que alguno de los autobuses pararan para poder subir; sin embargo, estos habían alcanzado su capacidad máxima – dos pasajeros por asiento – varios kilómetros atrás.
Esto continuó promoviendo el uso de transporte informal como Pickups o Microbuses que no respetan las medidas de bioseguridad para evitar el contagio del COVID-19. Estos medios se abarrotaron de personas que urgían por llegar a sus destinos y no encontraron otra opción para transportarse.
En la Terminal Sur, en San Marcos, los autobuses también respetaban las medidas acordadas para el funcionamiento del transporte público. El uso de alcohol gel y alfombras sanitizadoras fue común entre los usuarios. Cada autobus salía con una diferencia de 20 minutos, en su mayoría ya habiendo alcanzado su máxima capacidad.
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Las paradas en los alrededores lucían congestionas, con personas moviéndose con rapidez en busca de una forma de transportarse. Entre 10 y 15 personas con distancia de menos de dos metros entre cada una. Por ahí circulan las rutas 128, 138, A1 y 21. El uso de mascarías fue una medida que no faltó en toda la población.
Los vendedores informales también volvieron a comerciar en las calles; sin embargo, respetaron la medida de no acceder a las unidades de transporte, debido a la regulación que nadie puede viajar en ellas de pie.
Vuelve el tráfico
Los Chorros fue nuevamente escenario de un intenso tráfico desde primeras horas de la mañana. Pocos minutos después de las cinco de la madrugada, el paso de los autobuses y las paradas improvisadas generaron una lenta circulación vehicular hacia Santa Tecla y San Salvador.
Zonas rurales con más inconvenientes
A las 04:50 de la madrugada comenzó a operar el primer autobús que viaja desde San Juan Opico hacia San Salvador. Las primeras unidades, al igual que en la capital, alcanzaron su capacidad máxima con rapidez, lo cual provocó aglomeraciones para poder acceder a autobuses vacíos.
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Muchos hacían señas con sus manos para que los autobuses se detuvieran, pero sin asientos disponibles, eso no sucedía. Los usuarios expresaron su preocupación por llegar a tiempo a sus trabajos y caminaban pequeños tramos para esperar que el siguiente autobús si contara con espacios disponibles.
Zona Franca San Marcos
Las paradas en donde bajan los trabajadores de la zona franca de San Marcos fueron escenario de aglomeraciones cuando los usuarios descendían del transporte público. esto se sumó a la presencia de numerosos vendedores de alimentos que, en su mayoría, no cumplían con los protocolos recomendados.
Las personas se detenían a comprar productos y esto propiciaba el irrespeto de la distancia social. Si bien los autobuses cumplían con la capacidad máxima de pasajeros, esa prevención se perdía al finalizar el viaje e intentar bajar de las unidades.
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Transporte paralizado de Sonsonate a San Salvador
Más de 500 pasajeros esperaron más de dos horas un bus de la ruta 205, que hace su recorrido de Sonsonate a San Salvador, pero su espera fue en vano.
Las instalaciones de la terminal fueron abiertas desde las 3:30 de la mañana, a pesar que representantes de la ruta ya habían informado que no iban a laborar este día.
Los únicos buses que circulan esta mañana en el centro de Sonsonate y periferia son los urbanos, pero a la mitad de su capacidad. También la ruta 216 de Sonsonate a Santa Ana.
Imágenes del primer día de reapertura del transporte público