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Abuela pide la liberación de su nieta que nació dentro del penal y tiene tuberculosis

La única manera en que Victoria ha logrado obtener información sobre su hija es a través de buenas personas que han platicado con su hija cuando ha tenido que ser llevada al hospital.

Por Francisco Rubio | Jul 03, 2025 - 06:37

Victoria Villalta muestra la unica fotografía que tiene de su hija junto a su nieta que se encuentra enferma de tuberculosis.
Foto EDH/ Francisco Rubio
Victoria Villalta muestra la unica fotografía que tiene de su hija junto a su nieta que se encuentra enferma de tuberculosis. Foto EDH/ Francisco Rubio

Victoria Villalta no ha tenido un día tranquilo desde hace tres años, un día donde pueda sentarse a tomarse un café, disfrutar del clima o el sabor de una cena caliente durante las noches, ya que vive con una preocupación que no le da tregua.

Ella actualmente debe de hacerse cargo de la economía de su casa, de su hijo de 17 años de edad. Está a cargo de los cuidados de su madre de 93 años, su nieta mayor de 10 años y de buscar información sobre Mónica R., su hija mayor de 27 años, quien se encuentra detenida en la granja penitenciaria de Izalco junto a su nieta más pequeña, a la que no ha tenido la oportunidad de cargarla ni abrazarla porque desde que nació ha estado recluida junto a su madre.

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La única manera en que Victoria ha logrado obtener información sobre su hija es a través de buenas personas que han platicado con su hija cuando ha tenido que ser llevada al hospital. "Conocí a su hija en el hospital y me pidió escribirle a este número", recuerda Victoria que decía un mensaje.

Estos breves mensajes le han ayudado a tener una idea de cómo se encuentra su hija y su nieta. Algunos de los mensajes son acompañados de fotografías, las cuales Victoria guarda inmediatamente en su celular para verlas en los momentos donde más extraña a su hija.

Uno de estos mensajes traía información de que pronto su hija tendría que regresar al hospital Mazzini de Sonsonate, ya que su nieta está en control por una enfermedad que en ese momento Victoria desconocía. La joven solicitó a su madre si era posible económicamente que llegarán al centro de salud, ya que ellos son originarios de Lourdes Colón y llegar hasta Sonsonate implica un gasto extra.

Como le fue posible, Victoria llegó hasta el hospital Mazzini, junto a su nieta mayor y su hijo adolescente. Entraron e, inmediatamente, reconocieron una camioneta blanca en la que transportan a los detenidos. Esperaron ver algo o a alguien, caminaron por el lugar, pero solo había personas pasando consulta.

Una llamada en su celular hizo que Victoria volteara, alcanzando a ver a lo lejos a su hija junto a una custodio del penal.

Victoria solo recuerda que su nieta le apretó la mano y guardó silencio antes de comenzar a gritar el nombre de su mamá. Su hija volteó la mirada y por unos segundos se vieron, pero ya iba regresando a la camioneta blanca. La vieron subirse mientras los miraba de reojo, sonriendo y con la vista empañada de lágrimas.

"Se me derrumbó mi nieta luego de ver a su mamá", recuerda Victoria llorando.

Contacto con el interior de la granja de Izalco

Victoria pidió ayuda al Movimiento de Víctimas del Régimen (MOVIR) en junio de 2022, cuando capturaron a su hija que regresaba de trabajar en Metrocentro Lourdes en un comedor. Policías y militares habían llegado a su casa donde se había mudado recientemente con su esposo, quien se encontraba en cama enfermo. Al verla con su uniforme de trabajo, los agentes de seguridad no le preguntaron mayor cosa, solamente le pidieron sus documentos.

Minutos después, llegó una patrulla y los agentes capturaron a su hija, sin explicación. Victoria les advirtió a los agentes que ella estaba embarazada de tres meses, a lo que le contestaron que les entregara la tarjeta de control de su hospital, pero que de todos modos sería llevada al penal de Izalco.

Recientemente, Victoria logró exponer su caso en las redes sociales de MOVIR. Lo que hizo posible que una mujer llamada Julia (nombre ficticio para proteger su identidad) la contactó explicando que ella estuvo detenida junto con su hija.

"Yo conocí a su hija y su nieta en la granja. Muy buena persona", dice el mensaje enviado a Victoria. "Ella le manda razón", continúa en el siguiente mensaje.

Julia ha sido la única que ha podido darle información a Victoria sobre su hija y su nieta, que hasta ese entonces no conocía ni su nombre. Fue asentada solo con los apellidos de su madre en Sonsonate.

Según Julia, la joven es una gran madre, muy cuidadosa con su hija y siempre buscando la forma de que mejore de salud, ya que lleva un tiempo con fiebre y vomitando. Además de una tos seca que mantenía preocupados a las demás personas detenidas.

Las salidas casi diarias al hospital de la madre con su hija se deben a que la niña fue encontrada, en múltiples ocasiones, positiva a tuberculosis. Ella es una de los seis niños dentro de la Granja Penitenciaria que habrían sido diagnosticados con la misma enfermedad.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria que afecta principalmente a los pulmones, pero también puede dañar otros órganos. El Diario de Hoy intentó hablar con especialistas en la enfermedad, pero al mencionar que el caso tenía que ver con el régimen de excepción, desistieron de participar. Solo uno lo hizo, pero sin mencionar su nombre.

Esta enfermedad es bastante común en personas privadas de libertad por las condiciones de hacinamiento, lo cual ayuda a contagiar a más personas en menos tiempo, ya que es una bacteria que se transmite por el aire. Los síntomas principales es la tos persistente, con sangre y dolor en el pecho al respirar o toser.

Esta condición se puede mejorar con un tratamiento de mínimo seis meses, ventilando los espacios cerrados y con una alimentación adecuada. Por lo que estar dentro de un penal y más para una persona en sus primeros años de vida es aún más peligroso, ya que el sistema inmunológico aún se está desarrollando. Además, los niños menores de cinco años, especialmente los menores de dos años, están en el grupo de mayor riesgo de complicaciones y muerte por tuberculosis.

Esto hacía que las madres tuvieran mayor cuidado con los menores, pero el poco espacio, la gran cantidad de personas y las malas condiciones del penal dificultan la higiene, a tal grado que a la menor también le apareció una úlcera en su pie. Sobre la úlcera, Victoria tenía una sospecha porque de Centros Penales le pidieron un medicamento, pero no explicaron para qué era.

Julia también le contó a Victoria Villalta que su hija se alegró bastante de haberla visto en el hospital y que su nieta mayor ha crecido bastante. Pero además de eso le hace la petición de que por favor se acerque a la Procuraduría para los Derechos Humanos (PDDH) y a CONAPINA, y pida que le entreguen a la menor, ya que se encuentra delicada de salud y necesita ser atendida en mejores condiciones.

Según Victoria Villalta, CONAPINA ya se contactó con ella. En agosto del 2023, llegaron para inspeccionar su casa, su familia y ver si tenían condiciones para hacerse cargo de la menor, que en ese momento tenía alrededor de un año y un par de meses. Quedaron en contactarse con ella, pero hasta la fecha de publicación de este reportaje, no lo han hecho.

La hija no mencionó ningún tipo de información sobre ella misma, si está enferma o si necesita algún medicamento, sólo pidió que en el siguiente paquete, si estaba en sus posibilidades económicas, le enviará sandalias para ella y su nieta, pero que la mayor urgencia era sacar a la niña de la granja de Izalco, ya que debido a complicaciones con la tuberculosis, el estómago de la menor ya estaba presentando daños por lo que necesitaba un medicamento.

Búsqueda de libertad para su nieta

Como le fue posible juntó las ganancias de su emprendimiento de pupusas y logró comprar el medicamento y reunió dinero para poder enviarle un paquete a su hija a la granja de Izalco. Viajo desde Lourdes hasta el penal.

Al llegar a la fila que hacen cientos de personas a diario para dejar insumos a sus privados de libertad. Y luego de esperar su turno, revisaron su bolsa llena de víveres y material para higiene personal, pero el medicamento para su nieta no fue permitido pasarlo, ya que uno de los custodios explicó que ella debe de contar con una receta firmada y autorizada por Centros Penales para permitirle pasar la medicina, pero que por el momento no han solicitado ninguna "porque se encuentra bien de salud".

Debido a esto, Victoria se dirigió a la PDDH en la 17 Calle Poniente, frente a Cruz Roja Salvadoreña en San Salvador, para pedir asesoría y colocar una denuncia, ya que no ha tenido respuesta de ninguna institución y está preocupada por la salud de su nieta.

Victoria Villalta fuera de la Procuraduria de Derechos Humanos donde intentó poner una denuncia. Foto EDH/ Francisco Rubio

Al llegar, ella pidió hablar con algún asesor, explicó que ella estaba ahí mayormente por su nieta, pero no se le tomó la palabra. La sentaron en un escritorio, le pidieron sus datos y le tomaron una declaración corta sobre su hija detenida, sin mencionar en el acta a su nieta y la despacharon sin darle mayor explicación. Solamente le dijeron que regresara en tres meses para preguntar qué había pasado con su denuncia.

Victoria salió de la PDDH solamente con una copia de su denuncia y con un sentimiento de que sus palabras cayeron en un vacío y no se le tomó importancia, ya que para ella es cuestión de tiempo el poder sacar con vida a su nieta.

Hasta la fecha, la organización Cristosal ha documentado que durante el régimen de excepción instaurado en mayo del 2022 han fallecido 261 personas. De estas, cuatro han sido menores de edad. Otras organizaciones como Socorro Jurídico y MOVIR contabilizan alrededor de más de 400 muertes.

El informe presentado por Cristosal asegura que dos de los menores convivieron con sus madres en prisión, donde enfermaron y luego fueron entregados a sus familiares, pero fallecieron a los pocos días de salir del centro penal. Los otros dos menores murieron luego de que sus madres sufrieran abortos espontáneos.

Uno de los casos más mencionados es el de la bebé Génesis. La bebé estuvo detenida junto con su madre, lo cual está permitido por la ley que avala a las madres estar con sus hijos en los centros penitenciarios hasta los cinco años; luego si no tienen un familiar que pueda hacerse cargo, son entregados a las instituciones correspondientes.

Génesis logró ser entregada a su abuela, pero ya había adquirido una enfermedad dentro del penal y murió a los pocos días de haber obtenido la libertad.

Los familiares de Dina Hernández, una activista de Derechos Humanos, solo pudieron ir a Medicina Legal a recoger el cuerpo de la hija que ella estaba gestando. "La familia no tiene información sobre las condiciones de salud de Dina y desconoce si ha recibido atención posnatal", señala la investigación de la organización.

El mismo día que Victoria se acercó a la PDDH, El Diario de Hoy llegó para consultar el porqué se había ignorado la existencia de la menor en la denuncia. Él encargado de tratar con medios de comunicación dijo que ella no había sido atendida en el lugar, pero al ver una fotografía del documento donde muestra la hora y el lugar donde se le atendió, más una fotografía de Victoria fuera de la instalación, guardó silencio unos segundos y se retiró para verificar. "Efectivamente, acá se le atendió, pero yo no estoy autorizado para dar declaraciones. Deme sus preguntas y datos", dijo el encargado. Tomó notas y se fue sin mediar palabras.

Horas después, Victoria explicó a EDH que la contactaron de la PDDH para pedirle que regrese para tomarle de nuevo su declaración.

Victoria Villalta está informada, conoce de los múltiples fallecidos bajo el régimen y las violaciones a los Derechos Humanos que ocurren a diario en el país. Aún así, acude a distintas instituciones para pedir que liberen a su nieta antes de que fallezca dentro del penal y nunca la pueda conocer. Pide a las autoridades que la escuchen y que no dejen morir a las personas inocentes dentro de los penales del país.

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