Algunas de las palmas que son utilizadas en Ahuachapán durante el Domingo de Ramos son llevadas de áreas rurales de otros municipios donde aún se pueden encontrar árboles de coyol y corozo, como en Jujutla, Tacuba, y la cabecera departamental.
El presidente de la Asociación Dulce Nombre de Jesús, Carlos Morán, contó que desde el Lunes de Dolores comienzan el trabajo de corta de las palmas que utilizarán el Domingo de Ramos.
Para ello, una comitiva viaja durante varios días a los lugares para abastecerse de las palmas, que posteriormente son colocadas afuera de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en Ahuachapán.
Los feligreses brindan una ofrenda a cambio de un rollo de palmas. Lo recaudado sirve para actividades del patrono de los ahuachapanecos.
LEA ADEMÁS: Iglesia católica celebró el Domingo de Ramos siguiendo protocolos de bioseguridad
“Nosotros vamos, hacemos la peregrinación, a veces hasta a montañas y vamos a traerlo. En el grupo tenemos una oración muy particular para cortar el corozo. Cuando estamos por iniciar, frente al árbol con las escaleras, las sierras y todo lo que llevamos, siempre decimos ‘gracias Dios mío por el fruto de este árbol que alimenta la fe del penitente’.
Eso lo estamos repitiendo cada vez que vamos a cortar una palma o una pacaya de corozo”, relató Morán.
La oración surgió del interior de la Asociación, que desde hace siete años mantienen la tradición de llevar las palmas a los ahuachapanecos.
Son dieciséis árboles que cortar para obtener las palmas. La cantidad de estas las miden por “tercios”, que es todo lo que pueden agarrar con sus brazos entrelazados.
Este año sacaron diez tercios, que sirvieron para la iglesia de Ahuachapán, las de Salcoatitán y Juayúa, ambos municipios de Sonsonate.
El domingo cientos de personas participaron en las diferentes misas que se realizaron en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción.
En esta ocasión no hubo procesión con la imagen de Jesús; sino que varios sacerdotes realizaron un pequeño recorrido desde el atrio del templo hasta el altar mayor para luego iniciar la misa solemne del Domingo de Ramos.
“Todavía estamos en época de pandemia, no ha pasado todavía esta emergencia, aún hay dificultades. Primero Dios el otro año esté ya más calmado y podamos hacer, como hacíamos antes, las procesiones. Procesiones no podemos hacer todavía, no podemos contribuir nosotros a la aglomeración de personas, a generar dificultades porque cuando hay aglomeraciones es ocasión de contagio”, expresó el párroco de la iglesia, padre Oseas Borja.
TE PUEDE INTERESAR: Templos católicos seguirán protocolos de bioseguridad en Semana Santa