Cuarenta días en un cuarto de 6 por 5 metros cumplen este martes los Meléndez (apellido ficticio), en el hotel Las Palmeras, de Sonsonate. Son 10 días más de lo que el Gobierno determinó como cuarentena obligatoria para quienes venían del extranjero. Tanto el comerciante de 39 años como su hijo, estudiante de 15, han sido obedientes y disciplinados, pero ahora ya están llenos de frustración y angustia.
El viernes pasado por la noche, esa desesperación creció más porque supieron que unas 49 personas salieron del centro de cuarentena a sus hogares; pero los Meléndez, junto a otras cuatro personas, tuvieron que quedarse aún en el encierro.
Las explicaciones que les dieron no le parecen al padre, quien además lamenta que, a estas alturas, no les han dado los resultados de la única prueba de COVID-19 que les han hecho, que fue el 31 de marzo.
“Me dicen que nosotros, en donde estuvimos en Villa Olímpica (13 al 15 de marzo), estuvimos con casos positivos. Pero no se las valgo. Es cierto, nos tenían en módulos, cada uno de cuatro cuartos y en cada cuarto seis camarotes. En el cuarto en que estábamos había nueve personas, a la par nueve, y así. Había más de 40 personas en cada módulo. (Pero) Un amigo en común, que trabaja en la empresa a la que le proveo materiales, salió de alta. Y ahí estuvimos justo en el camarote pegado al de él, y él sí salió. Él venía de Belice”, explica.