La Orden de Malta: fe, servicio y humanidad que transforman vidas en El Salvador

“La Orden de Malta es mil veces más que un redondel, mil veces más que un bulevar. Es realmente amor de Dios en acción”,— dice con una sonrisa Leticia de Schlageter, directora ejecutiva de la organización en El Salvador.

En el país, muchos asocian el nombre “Orden de Malta” con un bulevar. Pero detrás de esa referencia hay una historia milenaria de fe, servicio y humanidad que transforma vidas alrededor del mundo y también en nuestro país.

La Asociación de la Orden de Malta en El Salvador es una organización sin fines de lucro con más de cinco décadas de servicio, comprometida con brindar asistencia médica, humanitaria y espiritual a quienes más lo necesitan.

Su trabajo se inspira en los valores de calidad, amor, solidaridad, confianza e integridad, reflejando el amor de Dios a través del servicio humano y empático.

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Fe que se convierte en acción

Dentro de los cuatro pilares de esta organización, el principal es el programa de espiritualidad. En su capilla Virgen de Philermo, la Orden celebra misa de martes a sábado, pero su labor va mucho más allá del recinto espiritual. La fe se traduce en sembrar el amor al prójimo para ayudar al más vulnerable.

“Nuestro programa de espiritualidad es dar eso que el dinero no puede comprar: el tiempo, la sonrisa, la compañía. Enseñamos a los jóvenes la empatía como una forma de vivir", explica la directora ejecutiva.

Cinco clínicas, miles de historias

La Orden de Malta cuenta con cinco clínicas asistenciales en Zacatecoluca, Suchitoto, Sonsonate, Chalchuapa y Rosario de Mora, donde se brinda atención médica con calidez y profesionalismo.

Consultas, enfermería, odontología y laboratorio clínico están disponibles a precios simbólicos, porque —como dice la directora ejecutiva— “la salud es un derecho, pero también es un regalo que se vive día a día”.

Los precios son simbólicos, y gracias a donaciones de personas y empresas altruistas, estas clínicas logran mantenerse en funcionamiento, garantizando el acceso a la salud como un derecho universal.

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Cruzando caminos, literalmente

Uno de los programas más emblemáticos de la Orden se llama Cruzando Caminos. Este pilar entra en acción cada vez que el país enfrenta una emergencia o cuando alguien, en silencio, necesita una mano.

Este nombre “Cruzando Camino”, además, llega desde una experiencia real durante una emergencia por lluvias.

“Fuimos a San Miguel y La Unión a dejar víveres. Nos dijeron que había un señor mayor atrapado por la inundación. El terreno estaba cubierto de agua y lodo. Y ahí van las voluntarias, jóvenes, agarrándose de los alambres de púas, sin saber ni qué estaban pisando... pero llegaron. Ese día entendimos que cruzamos caminos por amor a Dios y por amor al prójimo”, recuerda la directora ejecutiva con emoción.

Donaciones que multiplican la esperanza

La Orden de Malta El Salvador también sostiene su labor a través del Programa de Donaciones, activo desde 1984.

Este pilar representa la solidaridad en movimiento: canaliza ayuda humanitaria proveniente de instituciones nacionales e internacionales, y la distribuye donde más se necesita —hospitales, asilos, escuelas, comunidades rurales y organizaciones sociales.

“Las donaciones son una cadena de amor. Lo que alguien entrega aquí puede convertirse en medicina, alimento o alivio para alguien que ni siquiera conoce. Es una forma de extender la mano de Dios a través de nosotros”, explica Leticia de Schlageter.

A través de este programa, la Orden no solo fortalece sus cinco clínicas asistenciales, sino que también apoya a otras instituciones que trabajan con poblaciones vulnerables. 

Medicamentos, alimentos, ropa, equipo médico y víveres son entregados de manera constante gracias a la colaboración de empresas y personas altruistas que confían en su misión.

Jóvenes que sirven con el corazón, ¿cómo podés ser parte?

El espíritu de la Orden también vive en los jóvenes voluntarios. Por ejemplo, Miranda y Giuliana, ambas de 15 años, participan en actividades en las clínicas, ayudan a empacar medicamentos y acompañan a los pacientes.

“He participado en muchos proyectos de la Orden —como la cena de gala de la Orden de Malta, jornadas para llevar víveres, ayuda en clínicas o visitas a asilos— y la verdad es que es algo muy lindo, porque al final siempre te deja el corazón lleno”, afirma Giuliana. 

La Orden de Malta El Salvador es guiada por una junta directiva conformada por Caballeros de Gracia Magistral, respetables y reconocidos empresarios que, más allá de sus logros, son seres humanos comprometidos con el servicio. Junto a ellos, el equipo operativo y el personal de las clínicas —los verdaderos héroes del día a día— hacen posible que la misión continúe viva.

Sin embargo, nunca está demás otras manos altruistas que quieran apoyar a la organización. Para sumarse a esta misión, basta con contactar a la Orden de Malta El Salvador a través de sus redes sociales o por teléfono, y solicitar información de las diferentes maneras en las que se pueden brindar su apoyo.