Obesidad y desnutrición en El Salvador

En La Pirraya no solo hay pobreza también una insalubridad notoria. Esto ha llevado a Miguel a una desnutrición crónica. Lee su historia:

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Río Torola. Foto EDH/Archivo

Por focusdata

2021-04-17 4:10:51

La obesidad y la desnutrición acechan las islas de Usulután

En La Pirraya no solo hay pobreza también una insalubridad notoria. Esto ha llevado a Miguel a una desnutrición crónica. Lee su historia:

Foto EDH/ Lissette Monterrosa

Los niños juegan descalzos en una cancha de arena de la única escuela en la isla La Pirraya. El receso acaba y corren a ponerse los zapatos luego de un partido de fútbol playa. “Vamos a comprar una ‘cora’ de soda”, dice uno y luego entran a la clase de primer grado. Esa gaseosa o un plato de papas fritas son la merienda de varios niños del Centro Escolar caserío La Pirraya.

En los salones de clase se ve a algunos niños con la bebida en una mano y el lápiz en la otra. “Aquí hay mamás que, en lugar de preparar comida nutritiva para que sus hijos lleven a la escuela, les dicen. ‘Mirá, allá te comprás una cora de soda y dos churros’. Ah, y con eso creen que el niño ya subsanó su necesidad de almuerzo”, opina Gisela Claribel González quien tiene 25 años de ser promotora de salud en La Pirraya. Bajo su responsabilidad hay unas 350 familias y aunque ella insiste en la sana alimentación de estas, los números indican que cada vez hay más niños con sobrepeso y desnutrición.

El último censo de peso y talla del Ministerio de Salud situaba a San Dionisio Usulután en una categoría Muy Alta de niños con retardo en talla, es decir desnutrición aguda. En el censo de 2007, San Dionisio tuvo 14 % de niños con retardo en talla. Mientras que para 2016, el resultado fue de 15.5 %. Es decir, hubo un aumento de 1.9 %.

El doctor Pedro G., de la unidad de salud del casco urbano del municipio, dice que debido a islas, como La Pirraya, que pertenecen a San Dionisio es que se eleva el número de niños en estos problemas. “Ahí sí hay desnutrición. He conocido casos de desnutrición u obesidad, pero únicamente de niños que viven en las islas y que a veces tienen controles en la Unidad de Salud de Puerto Parada y otras son referidos a Ciudad Mujer”.
Los niños de las islas deben viajar hasta puerto Parada para los controles por desnutrición; el viaje dura unos treinta minutos en lancha. Pero es en las islas donde está la mayoría de cuadros clínicos por desnutrición.

González tiene una explicación para lo anterior: “Si los niños están obesos es porque consumen mucha chatarra. Si están desnutridos es porque tienen un gran ‘gallinal’, pero no se comen un huevo indio. ¿Qué compran? Venden los pollos indios para irse a comprar de ese pollo grasoso que venden cocinado. Tienen el mar, es decir, pescado fresco y mucho más saludable que el que venden en el mercado que ya tiene unos cuatro día; pero no, no les gusta”.

Algunos habitantes de La Pirraya no aprovechan los recursos que obtienen de la pesca y la crianza para alimentarse sanamente. En cuanto pueden, comen pan dulce o beben gaseosa y las mujeres, que recién se convierten en madres, no le dan leche materna a sus hijos. “Tenemos un serio problema en el área materno infantil; ahí les hacemos énfasis en la lactancia materna exclusiva, la alimentación adecuada de los niños más grandes, pero es tan lastimoso ver que la mamá con unos días de parida ya comience a preparar una pacha para darle al bebé. Pregúnteme, ¿qué leche le da a ese bebé? Leche Australian. ¡A un niño de dos días de nacido!”, dice González.

Miguel pesaba 21 libras cuando nació; nunca ha probado la leche materna porque a su madre le diagnosticaron infección en las vías urinarias y el tratamiento para curarse impidió que Miguel pudiera alimentarse adecuadamente. Entonces, sin haber cumplido un año de edad, fue diagnosticado con desnutrición aguda. En Ciudad Mujer le prohibieron a su madre que le diera leche para adultos. La orden del pediatra fue: leche maternizada. Pero el bote de una libra le costaba a la madre de Miguel 35 dólares y decidió no seguir las recomendaciones del doctor. Miguel se alimenta de leche para adultos y en ocasiones de francés con crema, pescado o frijoles. “A veces le doy los poquitos de café, para qué le voy a mentir. Soda casi no, ‘allá al tiempo’”, dice su madre quien tiene 24 años y estudió hasta séptimo grado. El padre de Miguel es pescador.

La nutricionista y directora del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CONASAN), Ana Daysi de Márquez, dice que la desnutrición aguda se manifiesta en el bajo peso. Mientras que la desnutrición crónica en la baja estatura. “La desnutrición crónica se da después de un largo periodo de tiempo. Es un daño irreversible y permanente. El niño no satisface sus necesidades y esto se da cuando hay bajos ingresos, familias con bajo nivel educativo y familias con bajas condiciones de saneamiento del medio”.

En La Pirraya no solo hay pobreza también una insalubridad notoria. González dice que hay madres que no tienen cuidado con la alimentación de sus hijos. “A una niña de post-parto con cinco días la llegué a visitar en la mañana y la mamá sacaba leche en una pacha sucia. ¿Y qué estás haciendo, le digo? Risa le dio. La gente de aquí es pobres, somos pobres, pero quizá somos más pobres de la mente”.

César de un año y medio estaba sucio y hambriento cuando llegamos a visitarlo. A su edad ya fue diagnosticado con desnutrición aguda. Cesar vive en una casa cubierta de plástico y madera. En las esquinas sobresalen bolsas de basura con restos de comida que los perros olfatean. César juega ahí, entre el polvo y la peste. Pero no es solo eso lo que le ha provocado desnutrición. César no quiere comer porque desde hace varios meses, a su madre le hallaron un hongo en los senos y cuando amamantó a César el hongo provocó daños en las pequeñas encías del niño. Aunque su madre, de 18 años, está en tratamiento por la enfermedad, César es quien más reciente las consecuencias.
Márquez agrega que lo grave de la desnutrición es que disminuye el sistema inmunológico de los niños. Entre más se enferma, más se desnutre y es un círculo vicioso hasta que el niño no da más y muere. “La desnutrición solo la podemos combatir evitándola”.

El mapa de la desnutrición y el sobrepeso en El Salvador

Selecciona una categoría y da clic en el departamento que deseas explorar. Luego verás los municipios con el mayor porcentaje de obesidad, sobrepeso o retardo en talla. Esto según la categoría que selecciones. Estos datos corresponden al Censo de Peso y Talla 2016 en niños de primer grado.

Créditos

Periodista: Karla Arévalo

Editora: Lilian Martínez

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