¿Por qué las mujeres llevan armas de defensa personal en sus carteras?

Mujeres abren sus carteras para mostrar como en su interior guardan una especie de amuleto de la buena suerte, que llevan a diario para defenderse en caso de sufrir una agresión.

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Melissa Martínez, 30 años, interprete de señas. “Me siguieron tres veces en el lapso de un mes, las mismas personas con distintos carros hasta que estuvieron a punto de subirme a un carro junto con mi hija, pero gritamos y había una patrulla cerca y nos soltaron”. La pareja de Melissa le compró gas pimienta después del intento de secuestro en Mejicanos. Antes ya andaba su juego de llaves y un recipiente de colágeno en forma de lápiz para defenderse. Ella tiene la percepción de que el trabajo de las autoridades es deficiente, pero esta puede mejorar si las víctimas dan datos concretos sobre sus atacantes, En su caso, sus secuestradores fueron capturados porque ella memorizó el número de la placa del carro en que pretendían raptarlas. Un agente le dijo que uno de los capturados era un mexicano ligado a trata de blancas. Foto EDH/ Menly Cortez

Por Menly Cortez

2021-05-12 10:57:07

"Mujer prevenida vale por dos" es la respuesta de la mayoría de mujeres que accedieron a mostrar el contenido de sus carteras y es que la desconfianza que muchas de ellas aseguran tener en los agentes de seguridad es lo que las motiva a llevar consigo un objeto de uso cotidiano o arma de defensa personal para protegerse mientras transitan en la calle.

La mayoría de las mujeres consultadas afirman que hasta el momento no las han usado, pero confiesan que tenerlas en la cartera les da cierta seguridad que en un momento determinado podrán salvar su vida durante un intento de secuestro o una agresión física.

FOTOS: “Me siguieron tres veces en el lapso de un mes”, lo que las mujeres esconden en sus carteras para defenderse

Claudia Fuentes quien es deportista destacada como cinturón negro de Karate Do, maneja un taller de autodefensa personal para mujeres llamado “Yo Reacciono”. Ella piensa que la sociedad debe reconocer que se vive en un país violento e inseguro. Una agresión puede ocurrir en cualquier parte, en la calle o en casa por parte de la pareja. En esos casos, la defensa personal sirve para desactivar la violencia antes que escale a algo peor. “Debe haber autocontrol para no dejar que se nos vulnere”, declaró Fuentes y agregó que la mejor forma de defenderse es huir y gritar para pedir ayuda.

Silvia Juárez es abogada de la Organización de Mujeres por la Paz (Ormusa). Para ella la autodefensa es un mecanismo natural, pero es algo a lo que las mujeres no deberían estar obligadas a recurrir nunca y para ello hay que enseñar a los hombres a no violentar a las mujeres. “Ya desde niñas aprendemos defensa personal cuando nos enseñan a usar shorts bajo la falda”, comentó.

Las noticias tan frecuentes sobre desapariciones, agresiones, acoso y feminicidios mantienen a las mujeres en alerta, atemorizadas y no sin fundamento. Las cifras al respecto que maneja, por ejemplo, la Fiscalía General de la República son alarmantes a pesar que hay una disminución de casos en comparación a años anteriores.

Solo en el primer trimestre del 2021 se han registrado 2,272 hechos violentos hacia las mujeres, 28 de estos han culminado en feminicidios y 1,207 son delitos sexuales.

Marcela Escolán Romero, 38 Años, Abogada: “Aunque hay leyes que actualmente nos protegen, no hay mecanismos reales que protejan a las mujeres en las calles y tampoco es prioridad del estado”. Romero lleva consigo unas tijeras, que usa para hacer bordados como pasatiempo, y un sacacorchos porque cree que es fácil de utilizar y de ocultar. “He sufrido acoso verbal y determinadas actitudes de transeúntes me hacen sentir que me están siguiendo. Aunque hasta el momento no ha utilizado estos objetos, llevarlos conmigo me da seguridad”. Foto EDH/ Menly Cortez

Según datos sobre violencia sexual del Observatorio de Género de la Dygestic, el año pasado seis de cada diez mujeres sufrieron violencia sexual en el ámbito urbano y dos de cada diez en el área rural.

En El Salvador no hay un registro de cuántos negocios de venta de armas para defensa personal existen, pues no están catalogados de esa manera, pero hasta en redes sociales se pueden conseguir teasers (inmovilizadores) que dan una descarga eléctrica paralizante, gas pimienta, bastones, manoplas y muchas armas no letales, pero también otras que puede ser bastante peligrosas.

Según la dependienta de uno de estos establecimientos situados en los alrededores del bulevar Los Héroes, los más populares son los teasers y los gases pimienta. De estos últimos se venden unas 2 a 4 latas a la semana. “No es común que una mujer busque venga a comprar su propia arma, vienen los novios, hermanos o los padres de familia en buscan algo que garantice la seguridad de ellas” comentó la vendedora.

Son productos rentables para el negocio, pero la legalidad del uso de estas es vago y contradictorio, pues no está normado en la Ley de Control de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Artículos Similares, y lo único que justifica la portación de éstas, en caso de un intento de decomiso por alguna autoridad, es el recibo de compra que compruebe que su uso es exclusivo para defensa personal.

Armas de doble filo

Según Hugo González, abogado penalista que ha fungido como instructor del Cuerpo de Agentes Metropolitanos de San Salvador, más que un vacío legal en el la portación y uso de armas no letales, el problema es una falta de regulación que acredite el adiestramiento de las personas en el uso de éstas. “Las personas las compran porque piensan que van a estar más seguras, pero ninguna está capacitada para el uso adecuado de gas pimienta o un teaser. Si se sobrepasa, la víctima puede volverse victimario” comentó.

Los profesionales de las leyes consultados coinciden en que el único camino para que las mujeres puedan creer en la eficiencia de la seguridad que brindan las autoridades es trabajar constantemente en la sensibilización en estas instituciones, así como también mejorar la eficacia de las medidas de protección y endurecer las penas que castigan las agresiones de todo tipo hacia las mujeres, pues las entrevistadas coinciden en que en varias ocasiones sus solicitudes de ayuda en determinadas ocasiones, han sido minimizadas por soldados y policías en las calles, que piden que la denuncia sea interpuesta en las delegaciones, lo que beneficia a los agresores que huyen de las escenas sin ser castigados por el delito cometido.