Saira Gisselle Hernández recibió la noticia de su segundo embarazo con mucha alegría. Ya habían pasado siete años desde el nacimiento de su hija, por lo que le pareció el momento ideal para cumplir su deseo de tener un segundo hijo. “Mi sueño era tener dos hijos y ya no más”, mencionó Saira Hernandez.
Sus controles prenatales los recibía en el Hospital Nacional Santa Teresa de Zacatecoluca. Deberían ser mensuales, ya que se encontraba en los primeros meses de embarazo. Su última ecografía fue cuando tenía 10 semanas, y el personal que la atendió le programó el siguiente control para mediados de mayo, cuando ya tendría cinco meses de gestación.
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Foto EDH/ Francisco Rubio
El viernes 28 de marzo, Saira Gisselle Hernandez, vio con preocupación cómo la sangre bajaba por sus piernas, acompañada de un fuerte dolor abdominal. De inmediato llamó a su esposo,Santos Nelson Quintanilla Contreras, para que la llevara al hospital público. Al llegar, fue atendida por el evidente sangrado y los intensos dolores, pero no pudieron realizarle una ecografía porque ese día no había personal especializado disponible. Le indicaron que debía esperar hasta el lunes.
Saira Hernández regresó a su casa luego de que el personal del hospital le diera de tomar tres pastillas de Doltium 25, un medicamento utilizado para tratar dolores leves o moderados, como musculares, articulares o menstruales. Sin embargo, este medicamento está contraindicado en mujeres embarazadas.
Al llegar a casa, Saira Hernandez sintió un leve alivio y se recostó en su cama con la esperanza de mejorar, aunque el dolor persistía.
Saira Hernandez vive con su hija y su esposo en una casa que él mismo construyó poco a poco, en un terreno donado por la alcaldía hace más de 20 años. La comunidad donde residen no tiene nombre oficial, pero es conocida popularmente como "Los Lotes", ubicada en la hacienda San Faustino, en La Paz Este. Es un lugar olvidado por los proyectos de infraestructura, lo que hace muy difícil el acceso, especialmente para una mujer embarazada que necesita acudir a sus controles o enfrentar una emergencia.

Al día siguiente, sábado 29, el dolor se intensificó notablemente. Saira Hernandez recuerda solo fragmentos de ese día, ya que por momentos perdía el conocimiento debido al malestar. No quiso regresar al hospital por temor a que nuevamente solo le recetaran medicamentos para el dolor. Con la ayuda de su suegra, logró conseguir un taxi que la llevara a una clínica privada para hacerse una ecografía.
No recuerda con claridad cómo llegó a la clínica, pero sí las palabras de la doctora que la atendió: “Su bebé ya está muerto.”
Con profundo dolor físico y emocional, Saira Hernandez regresó al Hospital Santa Teresa para ser atendida tras la muerte de su hijo. “¿Nos quedamos con esa ecografía que trae o espera hasta el lunes para hacerle otra?”, recuerda que le dijeron antes de informarle que no podían hacer nada más que proporcionarle analgésicos.
La familia, al ver que no querían atenderla antes del lunes, esperó transporte frente al hospital para trasladarla nuevamente a una clínica privada. Un vendedor de la zona les prestó una silla plástica para que Saira Hernandez pudiera descansar un poco mientras esperaba.

Foto EDH/ Cortesía
En la clínica privada confirmaron la muerte del bebé. Al notar el delicado estado de salud de Saira Gisselle Hernandez, la remitieron al Hospital Nacional de San Vicente, ubicado a 40 minutos en automóvil. “Ellos no tenían ninguna obligación, pero me consiguieron transporte y me llevaron hasta San Vicente. Estoy muy agradecida con ellos”, expresó Zaira Hernandez.
En el Hospital Nacional de San Vicente le administraron un medicamento para expulsar al feto y posteriormente le realizaron un legrado. Actualmente Saira Hernández ya puede ponerse de pie luego de guardar reposo. El Daño físico ha disminuido, pero el psicológico sigue, por lo que sus familiares le hacen compañía. El Hospital Nacional de San Vicente la ha citado para el 5 de mayo para su primera sesión con un psicólogo y hasta diciembre sabrá si podrá volver a quedar embarazada.
Denuncia
Mientras Saira Hernandez esperaba el transporte frente al Hospital Santa Teresa, su prima grabó con su celular la evidente falta de atención del personal del centro médico, quienes no le ofrecieron ningún tipo de apoyo, ni siquiera un asiento, pese al evidente mal estado en el que se encontraba. El video se viralizó y llegó hasta la exdiputada de Nuevas Ideas y actual alcaldesa de La Paz Esté, Marcela Pineda, quien se comunicó por teléfono con Santos Quintanilla Contreras, el esposo de Saira Hernandez , para expresar sus condolencias y ofrecerles su apoyo.
Santos Quintanilla Contreras, al ver a su esposa en cama y con un sentimiento de impunidad, decidió acudir a la Fiscalía General de la República para interponer una denuncia contra el Hospital Nacional Santa Teresa por negligencia médica. “Me la aceptaron y me dijeron que nosotros no éramos el primer caso que recibían sobre falta de atención en ese hospital”, comentó.

Foto EDH/ Francisco Rubio
Saira Gisselle Hernandez relata que al principio no sabía qué pensar sobre la denuncia, pero después de reflexionar, considera que esta acción puede evitar que otras mujeres pasen por lo mismo que ella ha vivido tras la pérdida de su segundo hijo.
“Yo estaba feliz de tener a mi segundo hijo. La niña andaba preguntando si tendría hermanito o hermanita. Todos estábamos emocionados, ya habíamos comprado juguetes y pañales”, compartió Saira Hernandez.
Opinión de expertos
El Diario de Hoy contactó a especialistas en salud que trabajan en clínicas privadas o en el sistema público. Sin embargo, la mayoría decidió no revelar su identidad por temor a represalias, mientras que otros optaron por no dar su opinión ante el riesgo de perder su empleo.
Los médicos coincidieron en que la falta de atención inmediata cuando Saira Hernandez llegó por primera vez al Hospital Santa Teresa jugó un papel determinante. Señalaron que, al no contar con el personal especializado para realizar ultrasonografías, el hospital debió actuar con mayor prontitud y referir al centro de salud más cercano que sí tuviera los recursos para atenderla adecuadamente.

Foto EDH/ Francisco Rubio
La doctora Navas, quien tiene experiencia en distintos hospitales nacionales y actualmente dirige su propia clínica, comentó que, lamentablemente, "nacer con cariño" no es una realidad generalizada. Añadió que lo ideal sería contar con el equipo y personal especializado en todas las salas de emergencia, para evitar este tipo de pérdidas.
Además, mencionó que es probable que Saira Hernandez acudiera en un momento en que aún era posible actuar. “Cuando un hospital no tiene los recursos o el medicamento necesario y se trata de una emergencia, no se puede simplemente esperar hasta el lunes. Se debe contactar a los hospitales más cercanos y gestionar una referencia para que la paciente reciba atención donde sí cuenten con los medios”, explicó. “Eso sí estaba en sus manos y fue negligente no hacerlo, porque nada cuesta llamar o hacer la referencia a otro hospital”, agregó.
El ginecólogo Danilo Arévalo comentó que, según el protocolo, ante una paciente embarazada que se presenta con sangrado, lo primero que debe realizarse es un ultrasonido de emergencia para conocer el estado del bebé y así saber que medicamento administrar. Señaló que el Doltium 25 no está contemplado en dicho protocolo, ya que no forma parte del cuadro de medicamentos disponibles en los hospitales nacionales.

Foto EDH/ Francisco Rubio
El 27 de enero del presente año, el ministro de Salud, Francisco Alabi, informó que se habían invertido más de $180 millones en medicamentos actualizados. Uno de ellos fue el dexketoprofeno, que se entrega como alternativa al ibuprofeno por ser más moderno.
El Doltium 25 contiene dexketoprofeno, el cual no está recomendado para mujeres embarazadas, ya que puede afectar al feto y provocar complicaciones durante el embarazo, como problemas de salud en el bebé o un mayor riesgo de sangrado tanto en la madre como en el hijo.
El doctor Arévalo lamentó que no haya suficientes especialistas para atender este tipo de situaciones. “Conozco más casos similares que también se deben a la falta de personal idóneo”, comentó. “La fuga de especialistas le está pasando una factura alta al sistema público de salud”, agregó.
Un especialista en ginecología, quien prefirió no se publicara su nombre, indicó que es imposible detener un aborto antes de las 20 semanas de embarazo, pero que la falta de personal capacitado dentro del hospital complica aún más la situación dentro de la institución, ya que es posible que el lugar cuente con todos los equipos necesarios, pero no tenga a una persona que sepa usarla, lo cual habría ayudado a dar un diagnostico más certero en el momento en que Saira llegó por primera vez al hospital.
Este medio intentó entrevistar al director del hospital, William Fernández. Se acudió al hospital en dos ocasiones. En la primera visita se informó que el director estaba almorzando fuera del centro de salud, por lo que no podía atender a los periodistas. Una hora y media después, al regresar, la versión cambió: ahora se indicaba que se encontraba en San Salvador, en una reunión. Se hizo un tercer intento vía telefónica, pero tras unos minutos, la llamada fue colgada.