"La pandemia es prioridad pero no exclusividad: Salud descuidó otras enfermedades" en 2021, dice doctor Ricardo Lara

El doctor Lara, experto en salud pública y epidemiología, hace un balance de los aciertos y fallos del Ministerio de Salud en 2021, y aporta sugerencias hacia un ajuste en las políticas del Gobierno en materia sanitaria hacia el año que recién inicia. Un punto clave: salud mental.

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Doctor Ricardo Lara, especialista en salud pública y epidemiología. / Foto EDH Jorge Reyes

Por Carlos López Vides

2022-01-02 9:00:56

Sugerencias técnicas para mejorar: más que formular críticas, el doctor Ricardo Lara platicó con El Diario de Hoy para señalar varios puntos que deberían tomar en cuenta el Ministerio de Salud, para que las experiencias acumuladas en 2021 no caigan en saco roto, al completarse otro año más asolado por la pandemia de covid-19.

Para el especialista en salubridad pública y epidemiología, es lógico que el Gobierno haya tenido que atender como prioridad la pandemia desde marzo de 2020; pero al mismo tiempo “ha habido olvido del sistema público de salud”, en cuanto a la atención al resto de enfermedades y programas para la población.

Doctor Ricardo Lara, en entrevista con El Diario de Hoy, al cierre de 2021. / Foto EDH Jorge Reyes

¿Qué balance tiene sobre el trabajo del Gobierno en cuanto a la atención de la pandemia durante 2021?
Hay otras enfermedades que están a la orden del día. Por consiguiente, la pandemia del covid es la prioridad, pero no es la exclusividad. ¿De qué me sirve decir que a esta altura de la pandemia tenemos cero fallecidos hospitalarios, cuando en los hospitales siguen muriendo personas por otras causas? Por cáncer, de infartos agudos en el miocardio, de accidentes cerebrovasculares, porque lo asaltaron y le dieron tres balazos, porque tenía una enfermedad crónica degenerativa de años, fue a parar al hospital y falleció. En tal sentido, no es que vamos a estar en el mundo feliz donde este día no se murió ningún salvadoreño. Tampoco. Pero no podemos olvidar que existen otras causas de muerte, que se siguen dando.

Pero el Gobierno también sería criticado si no hubiera atendido la emergencia con suficientes recursos.
Sí, pero las otras enfermedades se han descuidado totalmente en 2021. Y como observación y alerta, definitivamente no pueden seguir ocupando la pandemia como la excusa perfecta para descuidar otras enfermedades, que siguen siendo prioritarias y un terrible sufrimiento para la población salvadoreña.

Doctor, pero el Gobierno mantiene el discurso de que ha tenido un manejo exitoso de la pandemia, con felicitaciones por parte de organizaciones como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) o de la Organización Mundial de la Salud (OPS).
Son discursos políticos. La OPS es un advenedizo que se acomoda a lo que el Gobieno de turno dice. Porque el representante de la OPS lo que menos va a querer es que el Gobierno le diga a la OMS: ‘quíteme a este representante’. Yo he dejado de creer en la OPS desde hace muchísimo tiempo. Realmente la OPS a lo largo de los años ha ido perdiendo credibilidad.
Ahora bien, ¿somos ejemplo después de ese error garrafal de querer vacunar (contra covid) a menores de 12 años con vacunas de adultos? Se pasa un memorándum a lo largo y ancho del país, para que cinco días después retrocedieran, porque los pediatras reaccionaron...

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Un menor de edad recibe la vacuna Sinopharm contra Covid-19 en el Hospital El Salvador. / Foto EDH AFP

Hubo médicos que alertaron de eso, que el ministro Francisco Alabí giró un memo para diluir la dosis para adulto de vacuna Pfizer para aplicar a menores entre 6 y 12 años, pero hubo marcha atrás.
Esa medida era como, ‘somos de los mejores y vamos con todo’. Ojo, nadie habla que Pfizer en los EE. UU. detuvo el inicio de la vacunación para menores de 12 años de edad, hasta estar completamente seguros de que no iban a haber efectos secundarios de forma irreversible. Hasta que estuvieron seguros, ofrecieron que se podía empezar la vacunación para menores de edad. Hay instituciones como el CDC (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades), la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, ambos de EE. UU.), que siguen teniendo un alto nivel de credibilidad. ¿Alguna vez hemos escuchado un saludo de parte de ellos para con el quehacer nuestro en Minsal? Definitivamente que no.

Cuando se consultó al ministro Alabí sobre ello, dijo que estaban aplicando vacunas chinas de virus inactivo (Sinopharm o Sinovac) a los menores de edad.
¿Y la OMS va a felicitarlos por ocupar en menores esa vacuna, que no la reconoce para esa edad? Cada país tiene derecho a tomar sus políticas, y quiero pensar que países como Chile o Emiratos Árabes (que están usando también esas vacunas para esta población) pudieron realizar sus propias investigaciones, cosa que aquí no se ha hecho.

En marzo de 2021, se conoció que el Gobierno ponía bajo cinco años de reserva la información sobre el plan de vacunación. ¿Qué le parece?
No como médico, sino como salubrista y conocedor de epidemiología e investigación, defintivamente el que esconde algo es porque tiene miedo de que se le descubra una verdad. Si tu estrategia es buena, ¿por qué la vas a ocultar como información confidencial? Estamos hablando de la salud de la población.

Las vacunas

El país cerró el 2021 con más de 15.6 millones de dosis de vacunas. ¿Qué opina de esta gestión?
En el mundo de la salud pública, existen dos definiciones: el costo-beneficio y el costo-efectividad. En el costo-beneficio en torno a la pandemia podemos decir que el tema de que nuestro país haya logrado tener la suficiente vacuna para la población, claro que es un logro, desde el punto de vista costo-beneficio. En el costo-efectividad, es que al menor costo posible de inversión, usted tenga un logro grande, de mayor relevancia. Tener un porcentaje de la población ya con dos dosis, y hasta un porcentaje ya con tercera dosis, no es un indicador de éxito. El indicador de éxito es que se nos diga el porcentaje de población vacunada con la segunda y tercera dosis, son tantos. Y el porcentaje pendiente, son tantos. Pero no lo sabemos.

Visitantes en el centro de vacunación en el Hospital El Salvador, en septiembre de 2021. / Foto EDH Archivo

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¿Y qué opina del plan de vacunación en sí?
El Estado y el mismo Ministerio de Salud venden la idea de que la vacuna es la estrategia única, e hicieron pensar a la población que con la vacunación ya no hay infección. Cuando la estrategia de vacunación es, con suerte, el 40% de una estrategia total, del cuido y de la prevención. La gran deuda es: ¿dónde está la educación, promoción y programa de prevención, en torno a la pandemia?

Detalle más ese punto, por favor.
Qué ideal hubiese sido que este programa de promoción, educación y prevención fuera integral, que emanara de salud pública hacia todo el país. Es decir, por ejemplo, que las instituciones educativas se van a trabajar de la siguiente manera. Pero usted ve que las instituciones educativas, de nivel público o privado, tienen sus propias estrategias. Y llegamos a un cierre del año 2021, en el que no se logró el 100% de volver a las aulas. Sigue existiendo semipresencialidad. En tal sentido, un verdadero programa de promoción, educación y prevención de la salud está encaminado a eso, a ir volviendo a la normalidad, y en lo posible aprender a convivir con el virus, independientemente si es en el rubro de escuelas o colegios, o en los lugares de trabajo según la línea de industria, etc. Es ahí donde nos hace falta esa parte.

Pero también entra la parte de la responsabilidad misma por parte de la población, de cumplir los protocolos de bioseguridad.
Todo el tiempo se le dio a la población la alternativa: si te enfermás, tenemos dónde atenderte. Ya en este momento eso no cabe. En este momento debe ser: el covid es una enfermedad prevenible, por tanto debemos luchar por la prevención, para no enfermarse. Porque cada enfermo es un fracaso al sistema.
En un país con el índice de Educación que tenemos, con el alto índice de pobreza que tenemos, ¿es posible lograr ese nivel de consciencia? Yo diría con seguridad que no.
La temporada de diciembre nos dejó una lección, y es que no existe la consciencia de lo que estamos viviendo aún. No se logró llevar el mensaje a que tenemos que usar la mascarilla. Se habla mucho de la disminución de casos, yo en lo personal tengo mi propia teoría de lo que ha ocurrido.

¿Cuál es su hipótesis?
Entre todos los que han sido vacunados, todos los que han sido contagiados y han sobrevivido, que ya tienen una respuesta inmune; y, lastimosamente, entre todos los fallecidos, ya logramos un nivel de inmunidad lo suficientemente amplio para estar en este momento en una etapa de meseta epidemiológica, que es lo que estamos viviendo en este momento.

Traslado de paciente con sospecha de covid-19. / Foto EDH Archivo

¿Qué se debe mejorar entonces en cuanto a la vacunación en 2022?
Llegamos a un momento de varias semanas donde la aplicación de primeras dosis se cayó, y seguimos en esa situación. Entonces, ¿cuáles son las estrategias que tenemos que diseñar para despertar el sentimiento de consciencia de que la población se tiene que vacunar?
El programa de vacunación en el país ha sido un buen programa, por años, desde la época de la guerra. En esta ocasión, demostraron toda una experiencia capitalizada que se puso en práctica. Pero que ya hoy, que conocen el manejo del biológico a la perfección, se tendrían que estar diseñando estrategias para lograr esa primera dosis en el no vacunado.

¿Qué más sugiere para 2022 por parte del Ministerio de Salud?
Invito a las autoridades a que, a dos años de la pandemia, no existe un lineamiento nacional de protección respiratoria, ni para el personal de salud ni para la población en general. No hay una propuesta de fisioterapia para quienes tuvieron covid grave y que lo han sobrevivido. Conozco tres casos de personas que tuvieron covid grave, y que ya estaban en proceso de recuperación, y a los tres meses les dio un infarto agudo del miocardio. A mí me hace generar la hipótesis de que haber tenido covid en fase grave se convierte en un factor de riesgo.

¿Qué otro factor debería priorizar el Gobierno en cuanto a salud en 2022?
No me cabe duda que la población está urgida de un programa nacional masivo de salud mental. No necesitamos esperar nada más de lo que ya nos ha pasado para poderlo implementar. Es una deuda que ha existido siempre.
Hay que generar un programa masivo encaminado a salud mental. En un país donde lees que una niña de 15 años pierde la vida en La Unión, donde en Colón matan a un niño de 10 años y lo veamos como algo de lo más natural del mundo, definitivamente la salud mental de nuestra población está mal.