Mike perdió sus manos en una descarga eléctrica y ahora es el barbero más famoso de Coatepeque

Miguel perdió sus manos cuando tenía ocho años de edad, tras sufrir una descarga eléctrica. Superó muchas pruebas y ahora se trabaja en lo que nadie pensó que podría dedicarse.

Por Fabricio Jirón

2021-10-30 7:23:45

La calle principal de Coatepeque lleva a un pueblo fresco, con amplios locales y negocios que lucen recientes. Al pasar frente a uno, escucha el crujir de las máquinas y las tijeras afiladas que despiertan la curiosidad.

El interior de esa casa es ancho, con ventilación, ocupado por dos sillas negras de salón y rótulos ilustrativos de estilos de corte. Al fondo, la silueta de un hombre se dibuja a contra luz, corta cabello con gran afán, luce urbano y juvenil.

El barbero manipula con gracia el cabello de su cliente. Sostiene una máquina eléctrica y hace parecer que es la tarea más fácil del mundo. El reflejo del espejo, frente a él, revela que aquella sinfonía de motores y tijeras, Miguel la ejecuta sin manos.

Miguel Hernández es un joven de 26 años, originario del Cantón Primavera en Santa Ana, proviene de una familia humilde y con principios, es apasionado por los vehículos, las películas de acción, amante de la comida típica salvadoreña y también disfruta pedalear un par de cuadras.

En Coatepeque es conocido cariñosamente como ¨Mike¨ o ¨El barbero famoso¨. A su edad, el joven se despierta cada día con el propósito de salir adelante, sonriendo, saludando y compartiendo con propios y extraños.

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“Fue en 2003, yo era curioso y mi tío estaba construyendo en la casa de mi bisabuela, ahí guardaba todo, herramientas, material, etc. Entonces yo quería cortar magos, agarre una varilla de hierro y con el impulso tope con el cable de electricidad”, relata, Miguel, uno de los episodios más duros de su pasado.

Sucedió en el año 2003. Miguel tenía ocho años de edad. El choque eléctrico que recibió aquel día, lo dejó tirado en el suelo, inconsciente.  “Pase dos meses en el hospital, un mes y medio en cuidados intensivos. Fueron momentos críticos”, recuerda el joven.

La fuerza de la electricidad le causó varias lesiones, llevándolo a estar postrado varias semanas. Mike recuerda que fue cuando estaba en cuidados intensivos, cuando le notificaron que contrajo una bacteria, comprometiendo parte de sus miembros superiores. Esa condición afectó las lesiones generadas por las quemaduras de la descarga y el diagnóstico médico sugirió la amputación de ambas manos.

¨Cuando salí del hospital, regresé a mi casa y pasé bastante tiempo sin salir, costó que las heridas me sanaran”, relata Miguel. Él pasó dos años de su niñez en absoluto aislamiento debido a la lenta recuperación de sus heridas. Su abuela lo cuidó y lo motivó a salir adelante.

¨Mi abuela ha sido papá y mamá, todo a la vez, porque ella me ha apoyado bastante, es con ella con quien me he criado, ella ha estado desde que nací hasta que superé mi accidente¨, afirma.

En aquellos días, Mike cursaba el segundo grado, pero dejó sus estudios durante el proceso de recuperación física y emocional.

“Al principio me dio mucha pena llegar a la escuela, pero hubo amigos apoyándome y gracias a Dios todo salió bien”, describe.

Mike continuó sus estudios hasta llegar al bachillerato, consideró continuar con la universidad, pero no logró ingresar. Sin embargo, se cargó de optimismo y fue aprendiendo a valerse por sí solo y desarrollando un oficio.

Se superó a sí mismo

Algunas de sus evidentes cicatrices guardan la historia del día de su accidente y se convirtieron en motivos y oportunidades para seguir vivo.

“Mi mamá era cosmetóloga, tenía unas maquinas viejas y yo tenia un amigo "bolito" que me decía que le pasara la maquina en toda la cabeza. Yo tenía miedo, la verdad, porque podía herirlo, pero así fue que perdí el miedo, cortándole el cabello a él¨, relata Mike.

Luego, cunado obtuvo confianza y práctica, convenció a sus amigos para que le permitieran realizarles un corte y los que accedieron, terminaron gratamente sorprendidos.

Se corrió la voz en el cantón primavera, de Coatepeque, lugar en que Miguel reside y en donde improvisó su primera barbería. Pronto, quien quisiera pasar por la máquina y tijeras de Mike, debía agendar una cita, debido a la alta demanda de clientes.

“Nunca me imaginé que iba a vivir de esto”, reflexiona el joven barbero y recuerda que todo mundo, a su alrededor, parecía estar impresionado por su habilidad y lo motivaron a pensar en grande.

“Mi sueño era tener algo digno y estable, formal”, recuerda Miguel, ahora reconocido como un barbero profesional.

Una barbería para ayudar

Mike recuerda que los primeros pasos de su barbería se dieron cuando conoció a su actual colega, mientras trabajaba en una maquila en el occidente del país. Aquel sueño se materializó en el lugar en donde ahora se gana la vida: la barbería "Cuates"

“Se llama así porque al pueblito de Coatepeque le decimos Cuates", explica Mike y relata que la aceptación de la barbería es grande, cuenta con buenos comentarios y mucha clientela satisfecha.

“Mi idea es tratar de ayudar a personas que lo necesiten, que salga un poquito de nuestro sudor y se genere un poquito para poder ayudar con víveres. Tengo en mente destinar todo lo que hagamos de ganancia para ayudar”, dice Mike.

Además, tiene en mente transmitir sus conocimientos a personas que deseen aprender a cortar cabello, para que puedan superarse. Esta tarea ya comenzó con la hermana y la novia de Mike, quienes atraídas por las capacidades del joven barbero, se animaron a aprender el oficio.

Los tatuajes de Mike reflejan su entorno y el amor de quienes lo han apoyado a lo largo de los años. En su piernas lleva los rostros de su madre y su abuela como símbolo de sus sostén, de quienes lo mantuvieron de píe cuando ya no podía más.

Miguel lleva con orgullo el título de "el barbero famoso" por su historia, su emprendimiento y su forma de pensar. Para este joven, la discapacidad solo existe en la mente y pesa más que lo físico. Cree que una persona discapacitada puede generar tanto o más que una persona sin discapacidad.

“Hay discapacidades menores y mayores, todas son una bendición. Si Dios envía a alguien con discapacidad o por algún motivo pasa un accidente, Dios es bueno. El sabe porque pasan las cosas y no nos da cargas que no podamos llevar", reflexiona Mike, frente al recuerdo de su madre y su abuela.

Elba Chacón, parte de la fundación Red de Sobrevivientes, que vela por los derechos de las personas con discapacidad en El Salvador, reflexiona que las personas con discapacidad se encuentran en el sector informal, debido a la falta de oportunidades laborales formales y el estar en el sector informal los coloca en situación de sobrevivencia por tanto se enfrentan con discriminaciones, como el poco acceso a créditos bancarios.

Sin embargo, confía en que la atención a la ley especial de inclusión, revertirá esas condiciones. Ella, como coordinadora del programa de derechos humanos de esta fundación, también dice que la pandemia generó diferentes necesidades en personas con discapacidad que tienen un negocio o emprendimiento, por lo que considera vital que se preste mayor atención a la situación de esta comunidad en el país.