El megacentro de vacunación anunciado por el presidente Nayib Bukele el lunes por la noche, que funcionará a partir del 12 de abril y donde aplicarán dosis de fármaco contra COVID-19 a ritmo de 10,000 personas al día, fue una noticia bien recibida por fuentes médicas consultadas, pero también coincidieron en la preocupación de no conocer a detalle la logística que ejecutará el Gobierno para operar de buena forma el lugar.
Por ahora, al país ya ingresaron 1.1 millones de dosis de vacunas contra el Sars-CoV-2, de acuerdo con la Secretaría de Comunicaciones de la presidencia, lo cual "nos ha permitido inmunizar a casi todo el personal de primera línea que supera las 100,000 personas y a toda la planta docente pública y privada, que aproximadamente cuenta con más de 70,000 personas", informó la entidad en Twitter este martes.
En cuanto al megacentro, el Gobierno aún no ha informado dónde estará ubicado, en qué horarios operará ni más detalles.
El doctor Eduardo Espinoza, coordinador continental del Movimiento por la Salud Alames "Margarita Posada", reflexionó que un megacentro como el anunciado "requiere una planificación cuidadosa y un reto logístico importante", y agregó que "si es un solo centro, debería estar aquí en San Salvador, donde hay una mayor densidad poblacional, pero ¿cómo va a acudir a esa vacunación la población de todo el interior de la república?".
Espinoza añadió que "una persona de la tercera edad, con discapacidad, con dificultad para trasladarse o sin recursos económicos para hacerlos, para ellas será complicado" acercarse al centro de vacunación.
Como una propuesta ante ese panorama, el médico salubrista Ricardo Lara opinó que "en un país con serios problemas de movilización, ¿por qué no mejor acercar el servicio, con mayor rapidez, a las 14 cabeceras municipales? Para tener una mayor capacidad de vacunación fuera de la capital", y dijo que si el Gobierno pretende brindarles transporte, eso igual implica un nuevo "mecanismo de gasto" que podría evitarse.
Un miembro del Movimiento por la Salud "Salvador Allende", quien pidió anonimato para evitar represalias pues labora en el sistema público de salud, lamentó el tratamiento informativo que ha dado el Gobierno al tema vacunación, como en este caso los pocos datos que hay sobre este megacentro.
"Los temas de salud pública deben ser abordados con responsabilidad, enfoque público y transparente, para que las instituciones públicas puedan involucrarse conforme a los planes trazados y la población en general responda como se espera. El abordaje con secretismo y por capítulos, como que fuera obra teatral, no abonan a los mensajes responsables de promoción de salud. Eso sucede actualmente en el sector salud, que cada decisión transcendental es anunciada a cuenta gotas, ocasionando incertidumbre y ansiedad permanente en los gerentes en salud", lamentó el representante de este colectivo de profesionales médicos.
La misma fuente señaló además que, con este megacentro de vacunación anunciado, "quedó demostrado que los kioskos planteados no son los adecuados, fue un gasto innecesario, como lo señalamos como Movimiento. A nivel mundial, se han utilizado instalaciones deportivas o escolares para avanzar en procesos de vacunación con un enfoque desconcentrado, acá en el país no sabemos con qué saldrán".
Riesgos y dudas
Que lleguen 10,000 personas a vacunarse a un mismo lugar en el mismo día también representa importantes factores de riesgo, alertaron las fuentes médicas consultadas.
Primeramente, el doctor Espinoza explicó que "es importante garantizar la conservación de la cadena de frío que se va a utilizar", porque fallar en este punto podría afectar la calidad de las vacunas que sean aplicadas.
"Segundo, hay que disponer de todo un personal entrenado, porque va a haber unas colas enormes", valoró Espinoza, quien trajo a cuenta los problemas logísticos que hubo durante las aplicaciones de los fármacos a los docentes.
El Gobierno anunció que iban a vacunar a 8,000 maestros cada día, y para Lara "el cálculo evidenció que para vacunarlos se necesita no solamente tensionar los 162 puntos de vacunación (que construyó el Gobierno en una inversión millonaria), sino además reforzar por lo menos 60 puestos de los que ya existen, o crear otros 60 adicionales".
Durante la vacunación de los docentes, "en las unidades de salud donde los estaban vacunando no había distanciamiento físico, la gente estaba hombro con hombro haciendo las colas, concentrados en unos cuartitos anexos a los cuartos de vacunación, en cantidades importantes de población. Y eso, teniendo 162 puestos desagregados", dijo, en referencia a su preocupación por lo que podría pasar en el megacentro anunciado.
Añadió Espinoza un punto clave: mover a personal sanitario para vacunar en el megacentro, implica "retirar a ese personal de las unidades de salud" y otros puntos de atención a nivel nacional, lo que podría impactar en la población que igualmente buscará sus vacunas de otras enfermedades, y no habrá capacidad para atenderles.
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Para el representante del Movimiento "Salvador Allende", el Gobierno "debe contratar más personal de salud para realizar dicha labor, pues no se puede seguir recargando a los equipos vacunadores actuales o descuidar la atención de otras enfermedades que actualmente consultan en los establecimientos de salud".
Por tanto, la solución de centralizar la vacunación en un megacentro tiene otras consecuencias. Por ello, recomiendan que "dicho personal contratado debe responder posteriormente a cada territorio según población, retomando el abordaje de los Ecos Familiares que en la práctica han sido abandonados. Así hay un abordaje integral en todo el país y no concentrado en grandes megacentros de vacunación".
El salubrista Lara expresó otro detalles importante, pues "no sé cómo han planificado la postvacunación, que son 30 minutos de espera para ver si hay alguna reacción anafiláctica", que es el espacio donde los médicos aguardan si alguien tiene algún problema alérgico debido a la vacuna.