“Una vez el periodismo es silenciado, la sociedad entera es silenciada”, afirma panel de expertos

Organizaciones de protección a periodistas coincidieron en que la democracia sufre cuando hay agresiones a los periodistas que buscan la transparencia. Piden a la sociedad civil acuerpar a los medios investigativos y además voluntad de rendir cuentas a los gobiernos

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La APES ha pedido reunirse con la Policía para abordar las agresiones a periodistas. Foto Archivo

Por Enrique Miranda

2022-02-25 9:23:05

Ante la creciente ola de ataques al periodismo independiente en el mundo, la preocupación por mantener la libertad de expresión aumenta y cada vez más organizaciones buscan exponer los ataques a los que se ven expuestos los periodistas, pero sobre todo explicarle a la sociedad que no es un problema de comunicadores, sino de las sociedades democráticas en general.

Desde 2007, México es el país más peligroso para los periodistas: 148 comunicadores han sido asesinados, pero cada año los reportes de agresiones de todo tipo a los medios han ido creciendo al grado que la Sociedad Interamericana de Prensa ha alertado del acoso que sufren los periodistas independientes en Honduras, Colombia, Venezuela, Nicaragua y El Salvador.

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La tendencia de gobiernos y en algunos países el crimen organizado es amedrentar a los periodistas de forma física o digital, situación que en México llega al grado de que peligre la vida de comunicadores.

“Cuando las agresiones hacen que colegas periodistas sean amenazados, perseguidos, exiliados, desaparecidos, entonces el daño no sólo es a los periodistas de forma individual, sino a la sociedad en su conjunto. Cada persona es dañada cuando se daña a un periodista, porque los periodistas cuando están cumpliendo con su misión de informar esa función es vital para una democracia”, afirmó Jorge Luis Sierra, director del Border Hub de periodismo de investigación en México.

El periodista analizó, junto a otros expertos del área, cómo las agresiones a los periodistas que investigan la corrupción afectan a los países latinoamericanos.

“Son las personas que con base a la información que proveen los periodistas de alguna manera reciben datos e informes que les pueden ayudar a tomar sus decisiones, a vivir, a conseguir un trabajo, o participar en una sociedad. Cuando esa parte no funciona porque hay una agresión ocurre parte de las peores violaciones a los derechos humanos que se puedan encontrar en una sociedad contemporánea”, detalló en el foro.

Para su colega Balbina Flores, de Reporteros sin Fronteras, el problema con el acoso digital o cualquier tipo de cortapisa al periodismo incide en la calidad de la democracia.

“Las agresiones o agresiones digitales, todo aquello que nos hace perder seguridad para el desarrollo de nuestro trabajo diario tiene un impacto enorme en esta democracia porque está inhibiendo un ejercicio periodístico que tendría que ser libre y estar garantizado por las autoridades que tienen esta principal responsabilidad”, detalló la reportera.

Pero más aún: los efectos de las agresiones a periodistas no terminan ahí, tienen un eco, porque los demás periodistas se autocensuran o dejan de hacer reportajes que consideren puedan poner en riesgo su integridad física.

“Cuando llegamos a una elección, el público termina sin saber por quién votar cuando los candidatos tienen lazos con el crimen organizado o acusaciones seria de corrupción, porque los medios de comunicación ya no están cubriendo esos temas”, explicó Jan Albert-Hootsen, representante de Centro de Protección para Periodistas.

“Una vez que el periodismo es silenciado por las agresiones la sociedad entera termina siendo silenciada y eso es grave”, remachó el miembro de esa organización.

Esa tesis la refuerza Aline Corpus, del Border Hub en la frontera de México con Estados Unidos, una red de medios y periodistas que desarrollan reportajes de investigación en los estados donde el crimen organizado campea a sus anchas.

“Cuando se acalla una voz se acalla también un punto de vista, una forma de pensar. Quizás no todos tengamos que pensar de la misma forma y cuando se ataca o se censura a una persona o un periodista este punto de vista no se puede suplantar”, valoró la profesional.

Pero ella va más allá, y pone el énfasis en el hecho de que la sociedad no se dé cuenta que los ataques no son solamente a los periodistas, sino a la comunidad en general.

“Esto es lo más delicado: que la sociedad no se percate de que se están acallando puntos de vista que pueden pensar muy diferente a lo oficialista, al discurso a esta narrativa que es casi homogénea y los periodistas brindan una información distinta a los canales oficiales y esto es lo que enriquece una cultura, la hace ser más libre, darle salida de otra forma a las cuestiones, es difícil que la sociedad se percate de esto ahora”, dijo Corpus.

Por tal motivo, los expertos concluyeron que la sociedad civil debe exigir el espacio para los periodistas de investigación y además reclamar de los gobiernos poner a funcionar la institucionalidad para que los ataques a los periodistas no queden impunes.

“El periodismo investigativo busca mejorar la transparencia y la rendición de cuentas. Eso requiere una voluntad del gobierno”, concluyó Sierra.