Los esposos Valenzuela Zapata llegaron juntos a la unidad de salud en Ahuachapán para vacunarse contra el COVID-19

Usuarios del establecimiento de salud señalaron que la atención fue amable y oportuna.

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Los esposos Valenzuela Zapata, quienes llevan 54 años de matrimonio, recibieron este 15 de abril la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19. Foto: EDH/ Cristian Díaz

Por Cristian Díaz

2021-04-15 2:39:24

Los esposos Valenzuela Zapata llegaron juntos a la Unidad Comunitaria de Salud Familiar de Ahuachapán para recibir la primera dosis de la vacuna anti coronavirus. En más de medio siglo que tienen de casados han pasado por muchas dificultades; pero el amor entre ambos siempre ha prevalecido en las buenas y en las malas situaciones.

El jueves por la mañana, doña María Dolores Zapata, de 74 años, caminaba a pasos lentos y apoyada por un bordón.
Atrás, cuidando sus pasos, iba su esposo, don Máximo Valenzuela, de 78 años. En 54 años de matrimonio siempre han estado juntos, y el jueves no fue la excepción mientras recibían la primera dosis de vacuna contra el COVID-19.

María Dolores Zapata, de 74 años, y su esposo, don Máximo Valenzuela, de 78, salen de la unidad de salud en Ahuachapán tras ser vacunados. Foto: EDH/ Cristian Díaz

La pareja no sintió ningún síntoma a los pocos minutos de haber recibido la vacuna; pero iban pensando que si después de algunas horas iban a sentir alguna reacción, como malestares y temperaturas, de acuerdo con lo explicado en el interior del centro asistencial por personal sanitario.

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“Yo venía decidida a ponérmela porque la verdad de las cosas es bueno para evitar esa enfermedad. Gracias a Dios (no sentí temor). Les digo (a otras personas) que se la pongan porque es bueno. Gracias a Dios ya me la pusieron”, expresó de forma pausada la fémina.

Ambos deberán de regresar el 15 de mayo para recibir la segunda dosis; residen en una zona rural de la cabecera departamental, desde donde llegaron por sus propios medios.

Don Máximo relató que como matrimonio tuvieron tres hijos y actualmente cuentan con tres nietos, a quienes incentivan a ponerse la vacuna para adquirir protección en su salud ante la pandemia.

“Es importante vacunarse porque en realidad estamos previniendo la enfermedad porque es de cuidarse; es de andar uno siempre con la mascarilla, el distanciamiento social, el lavado de manos constantemente. Así que todo eso es importante que nosotros hagamos porque si no de lo contrario nos podemos contaminar y podemos sufrir las consecuencias”, expresó el septuagenario.

De forma ordenada, las personas esperaban la llegada de su turno para vacunarse contra el COVID-19. Foto: EDH/ Cristian Díaz

María Luisa Osorio, de 73 años, también llegó el jueves a la unidad de salud para ser vacunada; el único pensamiento que llevaba era sobre la posible reacción, pero estaba convencida de que “es para favor de uno”.

“Sentía miedo, no me la quería poner. Ella (nieta) insistió y ‘ta bien pue’ le dije; así es como me animé y todos mis hijos me decían ‘póngasela porque es para bien suyo’. La atención está bien, viene a las 7:30 de la mañana”, dijo la fémina, quien salió del establecimiento a las 9:00 de la mañana.

En el establecimiento de salud no brindaron información sobre el proceso de vacunación; un militar señaló que debía de gestionarse el permiso en el Ministerio de Salud.

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