En el marco de sus 30 años, Escuela Mónica Herrera presenta el libro “Historia de la publicidad salvadoreña, siglos XIX y XX”
El ejemplar, escrito por el historiador Carlos Cañas Dinarte, reconstruye dos siglos de evolución de la comunicación comercial en El Salvador y marca el inicio de una colección dedicada a las industrias creativas del país.
Por
Leidy Puente
Publicado el 06 de noviembre de 2025
La Escuela Mónica Herrera celebró 30 años de trayectoria con el lanzamiento del libro “Historia de la publicidad salvadoreña, siglos XIX y XX”, escrito por el historiador Carlos Cañas Dinarte. La obra, desarrollada por la Dirección de Investigación Institucional, inaugura la colección “Historia de las industrias creativas salvadoreñas”, que busca documentar la evolución de sectores como la publicidad, la radio y la televisión. Durante la ceremonia, se reconoció el aporte académico y creativo de la institución, así como la inauguración de sus nuevas instalaciones, diseñadas bajo una visión de apertura, accesibilidad y comunidad. Treinta años de innovación, historia y formación estratégica.
La Escuela Mónica Herrera celebró sus 30 años de fundación con una noche dedicada a la creatividad, la investigación y la historia. En el marco de esta conmemoración, la institución presentó el libro “Historia de la publicidad salvadoreña, siglos XIX y XX”, escrito por el historiador Carlos Cañas Dinarte, quien recorre los orígenes y transformaciones de la comunicación comercial en el país.
El volumen, desarrollado por la Dirección de Investigación Institucional de la escuela, es el primero de la colección “Historia de las industrias creativas salvadoreñas”, un proyecto editorial que busca documentar la evolución de sectores como la publicidad, la radio, la televisión, la música, el cine, el diseño y la fotografía.
Durante el acto, que reunió a las autoridades académicas, representantes del cuerpo diplomático, empresarios y miembros de la comunidad creativa salvadoreña, se destacó el compromiso de la institución con la formación integral y la generación de conocimiento.

“Cuando buscamos en Google la historia de la publicidad salvadoreña, encontramos muy poco. Este libro nace para llenar ese vacío desde una mirada académica y rigurosa”, expresó William Carballo, director de investigación de la Escuela Mónica Herrera.
Adelantó que esta publicación marca el punto de partida de un proyecto a largo plazo. “El próximo año, cuando la radio en El Salvador cumpla 100 años, presentaremos el segundo libro de la colección, dedicado a la historia de la radio y la televisión. Luego vendrán títulos sobre la música mediatizada, el cine y el diseño”, explicó.
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El libro está disponible en formato físico y digital, de libre acceso para estudiantes, docentes y público en general a través del sitio web oficial de la institución. Su objetivo es poner al alcance de todos una fuente confiable sobre la historia creativa nacional.
Cañas Dinarte relató que su obra ofrece una visión panorámica de la evolución publicitaria en El Salvador, desde los primeros anuncios impresos, en 1824, hasta la era digital.
“Este libro no pretende ser un catálogo de agencias ni un diccionario biográfico, sino una invitación a reflexionar sobre qué hace salvadoreña a nuestra publicidad”, afirmó el historiador.

Treinta años de historia y proyección
El evento fue además una oportunidad para reflexionar sobre tres décadas de legado académico de la Escuela Mónica Herrera. El rector Federico Harrison apuntó que la institución ha mantenido su esencia como escuela de creatividad estratégica.

“Treinta años marcan la transición entre la experimentación y la madurez. Es el momento de revisar lo que hemos hecho bien y lo que debemos mejorar”, señaló.
La Escuela Mónica Herrera fue pionera en integrar la formación por competencias, mucho antes de que este enfoque se popularizara en la educación superior salvadoreña. Harrison enfatizó en el legado de figuras fundadoras como Teresita de Chávez y Hermann Bruch, y celebró la consolidación institucional alcanzada.
“Antes de que todas las universidades hablaran de competencias, aquí ya insistíamos en integrar el ser, el hacer y el conocer. La creatividad siempre ha sido nuestro eje formativo”, afirmó.

Nuevas instalaciones de la Escuela Mónica Herrera
Fabricio Altamirano, presidente del Consejo Superior de la Escuela Mónica Herrera, destacó el privilegio de celebrar 30 años de historia junto a la comunidad académica, padres de familia, amigos y directores que han acompañado el crecimiento de la institución desde sus inicios.
En su intervención, recordó los orígenes de la escuela y presentó la remodelación de su edificio principal. La renovación, explicó, responde a una visión de apertura e inclusión bajo el concepto de “balcones vivos”, que conectan la esencia tecleña de la institución con su entorno urbano y natural.

“Es un privilegio llegar a los 30 años llenos de entusiasmo y esperanza hacia el futuro. Esta remodelación nos impulsa a seguir creciendo como comunidad creativa; son más de 500 metros cuadrados diseñados para el estudio, la convivencia y la accesibilidad total para nuestros estudiantes”, expresó Altamirano, agradeciendo el acompañamiento de las autoridades locales y de todos los que han confiado en la escuela a lo largo de su trayectoria.
El presidente del Consejo Superior detalló que el nuevo diseño refleja la filosofía de la institución.

“Estos balcones ven el amanecer sobre nuestra ciudad y también los amaneceres de nuevos proyectos, nuevos equipos de trabajo, nuevos sueños… incluso nuevas familias que se han formado aquí”, dijo.
Para cerrar su intervención, compartió las palabras del estadounidense Daniel Burnham, como una metáfora de los grandes ideales que han guiado a la Escuela Mónica Herrera y que seguirán inspirando su futuro:
“No hay que hacer planes pequeños; no tienen la magia para mover la sangre de los hombres y probablemente nunca se realizarán. Hay que hacer planes grandes, apuntar alto en esperanza y en trabajo. Un plan noble y lógico, una vez fraguado, no muere. Mucho después de que no estemos aquí, será un ser vivo, creciendo con insistencia asertiva. Hay que acordarse de nuestros hijos y de nuestros nietos, que harán cosas que nos dejarán perplejos; que nuestra palabra sea el orden y nuestra antorcha sea la belleza”, concluyó.

