Erick, el joven becado que batalla contra el sol, zancudos y riesgo al covid para estudiar

En plena pandemia, a Erick Palacios le toca salir de su casa y exponerse al contagio de COVID-19, en busca de señal para recibir sus clases y hacer sus tareas. En 2017, Erick representó a El Salvador como Embajador centroamericano en Estados Unidos.

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Erick estudia su carrera universitaria soportando la inclemencia del sol y la poca señal de Internet. Foto Cortesía

Por Karina García

2020-06-26 11:42:07

En abril, El Salvador conoció la historia de Alexander Contreras, un muchacho de Atiquizaya que se subía a un árbol para obtener una mejor señal y recibir sus clases en línea, sin embargo, no es el único. Erick Palacios, de 20 años, experimenta un problema similar.

Actualmente, estudia Ciencias de la Comunicación, gracias a una beca que logró, en una universidad privada, por sus buenas calificaciones. Reside en el cantón Ojo de Agua, del municipio de Huizúcar, en La Libertad, donde la señal de internet no es la mejor. Pero hace todo lo que puede para cumplir con sus responsabilidades.

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Cuenta que, en plena pandemia, le toca dejar su casa y caminar cerca de dos cuadras para llegar a un lugar despejado donde no haya árboles que obstruyan la señal.

“Desde que inició la cuarentena, tuve que enfrentarme a esto. Cuando comenzó, realmente, me preocupé porque pensé que desde la casa no iba a poder hacer nada, porque hasta un mensaje de WhatsApp es difícil enviar. Por eso decidí salir e intentar afuera, porque, aunque sea lento, acá me carga el internet”, explicó.

En 2017, Erick representó a El Salvador como Embajador centroamericano en Estados Unidos. Foto cortesía

Pero el estudiante se enfrentó a otras dificultades. “Me conecto desde el celular y la batería se me terminaba súper rápido, porque las clases comenzaban de las 6:30 o 7:30 de la mañana hasta las 9:30. Así que me tenía que salir a mitad de una clase porque ya no tenía carga, y me perdía el final”, agregó.

“Así tengo que hacerlo siempre. También he tenido que soportar el calor del sol, porque, si bien tengo una sombrilla, ha sido bastante insoportable. Y hace poco iniciaron las lluvias y aquí es completamente de tierra. Hay demasiados charcos. A veces, tengo que ponerme un suéter para cubrirme y batallar con zancudos y mosquitos. Por eso es que traigo el repelente”, añadió.

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Pero afirma que todo el sacrificio vale la pena por una razón: sus seres queridos. “Mi mayor motivación es mi familia. Saber que voy a ser el primer graduado me llena de mucha felicidad. Y saber que, al salir de la universidad y trabajar, le puedo dar una mejor calidad de vida, me llena de mucho entusiasmo. Por eso soporto el calor del sol, la lluvia, zancudos”, indica.

Sin una fecha clara para regresar a las aulas y frente al auge de los contagios de COVID-19, Erick ahora se pregunta cómo podrá enfrentar el próximo ciclo. “En la zona donde yo resido ninguna compañía tiene cobertura”, expresó consternado. Agregó que en el lugar varios estudiantes universitarios y niños de educación básica experimentan el mismo problema.