Previo a la erupción del 7 de junio de 1917 hubo dos terremotos que destruyeron la mayoría de casas en San Salvador
Los fuertes temblores, el olor a azufre, las cenizas y los fuertes retumbos se volvieron una pesadilla para los miles de residentes de San Salvador, quienes, debido a la oscuridad, aún no observaban la magnitud de la tragedia.
La ladera norte del volcán de San Salvador se abrió tras una gran llamarada, lanzando una lluvia de piedras y lava enrojecida, según relatos de Jorge Lardé plasmados en libros de historia salvadoreña.
Durante esa noche se abrieron bocas eruptivas del volcán, llamadas “Los Chintos” y “El Tronador”, las cuales vomitaban lavas incandescentes acompañadas de fuertes retumbos y emanación de gases.
Desde este momento, la gente salió despavorida sin saber lo que ocurría, dice el investigador histórico salvadoreño Carlos Cañas Dinarte en la cronología de una tierra danzarina, sismos y terremotos en El Salvador.
Los historiadores indican que la lava arrasó extensas áreas de montaña, pastizales y viviendas. Después de cinco meses de erupción, en noviembre de 1917, el proceso eruptivo había terminado.
El gigante duerme
De acuerdo al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), el volcán no muestra signos de un despertar, los expertos mantienen un monitoreo constante debido a su potencial eruptivo.
Estudios indican que en últimos 3000 años, este gigante ha registrado al menos 20 eventos eruptivos. Y durante los últimos 500 años, el volcán ha presentado flujos de lava en los años 1658 y 1917.
Actualmente el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), a través de la Dirección General del Observatorio Ambiental, realiza tareas de vigilancia volcánica en las que incluye técnicas sísmicas, hidrogeoquímicas de agua, térmica y deformación, que son importantes para evaluar el estado de la actividad del volcán.
Dadas las condiciones urbanas actuales, el nivel de riesgo sísmico y volcánico es alto en la zona . Estas investigaciones sirven para brindar información oportuna en caso de registrarse variaciones en los datos recolectados, que a su vez generen acciones necesarias para salvaguardarla vida humana.
De acuerdo al monitoreo realizado, por el momento, se considera que el sistema magmático del volcán de San Salvador se encuentra en equilibrio.
Tradición a partir de las erupciones
Las erupciones de los volcanes salvadoreños han dado paso a pintorescas tradiciones , una de ellas tiene lugar en Nejapa, municipio localizado a 21 kilómetros de San Salvador.
De acuerdo a registros del Ministerio de Medio Ambiente, en 1659 el cerro El Playón, al norte del volcán de San Salvador, hizo erupción y la lava se desplazó hacia el noreste, en una extensión de 10 kilómetros cuadrados, que alcanzaron el río Sucio.
El poblado que hoy se conoce como Nejapa fue afectado por lo materiales lanzados por El Playón, sus habitantes se salvaron y trasladaron la población a su ubicación actual. Eso ha generado la tradición de Las Bolas de Fuego , que se celebra el 31 de agosto de cada año
15 imágenes históricas que recuerdan la erupción del volcán de San Salvador hace 102 años
El 7 de junio de 1917, las poblaciones cercanas al Volcán de San Salvador sintieron el poder destructor de tres terremotos entre las 6 y 7 de la noche, los cuales precedieron a la erupción del volcán de San Salvador por los cráteres de "Los Chintos". El fenómeno natural causó gran destrucción al sepultar extensas áreas de montañas y viviendas.