Estudiantes de carreras técnicas, con preparación deficiente por la pandemia

Docentes reconocen que alumnos saldrán con debilidades, como la falta de práctica

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Por Susana Joma

2020-11-27 11:00:35

Los centros educativos públicos que ofertan bachilleratos técnicos este año de pandemia han tenido que ingeniárselas para enseñar y no perder alumnos. Según varios directores, sobrevivir el intento no ha sido tarea fácil.

“Lamentablemente las promociones de bachilleres de este año del área técnica van con muchas deficiencias prácticas”, reconoció Óscar Melara, director del Instituto Nacional Técnico Industrial (INTI), de esta capital.

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Pronunciar esas palabras es duro para Melara, no solo porque ha visto graduarse del INTI a muchas generaciones de las que han surgido grandes profesionales, sino porque además durante la pandemia han agotado diversas estrategias para cubrir las necesidades de sus 1,050 alumnos.

Melara dijo que hace dos años compraron la plataforma Google Classroom para trabajar con los alumnos de Electrónica; no obstante, al iniciar la cuarentena tuvieron que capacitar, en cuestión de cuatro días, a los profesores de las otras opciones: Software, Mecánica General y Electrotecnia.

Los docentes del INTI han trabajado de cuatro formas: primero usando Goole Classroom; segundo WhatsApp, tercero con la plataformas Moodle, otra de Matemáticas y los correos electrónicos.

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El director aclaró que combinaron esos recursos porque identificaron que solo 40 % de los estudiantes tenía acceso a Internet, el otro 60 % pasaba grandes dificultades: unos no tenían computadoras, otros ni computadora ni celular adecuado, y había quienes ni siquiera señal de internet en el lugar donde viven.

Si bien la parte de Matemáticas la pudieron sortear con el trabajo en plataformas y libros que les había dado el Ministerio de Educación, la parte complicada para las especialidades estuvo a la hora de cubrir la práctica, que es clave en estas carreras técnicas.

Los docentes de informática se vieron en la dificultad de que sus alumnos no tenían computadoras en casa, mucho menos de alta capacidad que soportaran programas como AUTOCAD; y sus colegas de eléctrica y electrónica tuvieron que echar mano de las herramientas que tienen en casa para mostrarles cómo funciona y se usa un tester, un motor eléctrico o un circuito eléctrico.

Según cuenta Melara, al final un 20 % de alumnos tuvo que trabajar con guías que llegaban a recoger a la institución y luego a devolverlas.

“Lamentamos que no hay parte práctica con dominio. Le voy a poner un ejemplo: manejar un torno se aprende frente al torno y hoy lo hemos tenido que hacer a puro videos de YouTube, videos que hizo el profesor, pero el alumno no tuvo el contacto con la máquina, no tuvo el contacto con el aparato de soldadura, no tuvo contacto con el micrómetro”, insistió.

El INTI perdió 80 alumnos, 8 % de la población estudiantil inicial. Según el director, son aquellos que se dieron por vencidos, dejaron de comunicarse o llegar a la institución.

En el Instituto Nacional Francisco Menéndez (Inframen), siempre en esta capital, se vivió una situación similar.

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Hugo Canjura, director del Inframen, también corrió con suerte de que el año anterior compraron la plataforma Moodle y tenían capacitado al 90 % de la planta docente, lo que les favoreció para trabajar con sus educandos desde el inicio de la cuarentena.

Sin embargo, a diferencia de años anteriores, en este 2020 los escolares que estudian bachillerato con especialidad Comercio, Salud y Turismo solo tuvieron acceso a prácticas virtuales.

“En el área de turismo hicimos tutoriales acerca del manejo de los hoteles, del ‘check in’, preparación de alimentos. Una feria gastronómica que hacíamos en el gimnasio la tuvimos que hacer virtual con un staff de docentes. Ya no pudimos invitar a chefs de distintas entidades de gastronomía”, comentó.

Destacó que se hizo todo el esfuerzo de adaptarse totalmente a la circunstancias, pero reconoce que siempre hubo inconformidad entre los escolares ya acostumbrados al movimiento y acercamiento: “Les digo que el alejamiento ha sido humano pero el acercamiento ha sido virtual”.

Canjura hace cuentas que de los 1,775 alumnos con los que iniciaron perdieron 5 % (50): unos dijeron no querer continuar aunque les dieran todas las oportunidades; otros que no aprenden lo mismo en la virtualidad y un grupo decidió esperar y repetir, porque no tienen ni dinero ni herramientas para conectarse.

“En el instituto lo que hacíamos era darle (a los escolares) una hora de Wifi libre al mediodía en los pasillos, así ellos podrían conectarse, pero cuando no tienen el pago de la internet ahí viene el problema porque lo pueden trabajar de los teléfonos, pero no mucho”, señaló.

Canjura dijo que, dados los problemas de conectividad, los docentes decidieron trabajar de forma que los alumnos no requirieran de internet todo el tiempo, por eso les dieron de una a tres clases virtuales a la semana y combinaron con tareas que no requerían el uso de datos.

 

“No es lo mismo ver cómo se hacen las cosas a practicarlo”

Gremiales docentes como Bases Magisteriales y Simeduco externaron preocupación debido a los vacíos que los estudiantes de carreras técnicas arrastrarán, ante el hecho que toda la parte práctica se ha trabajado con simulaciones virtuales.

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Daniel Rodríguez, secretario general del Simeduco, dijo que los alumnos “van a salir limitados (en sus habilidades) porque hay cosas que requieren de la práctica. No es lo mismo ver cómo se hace las cosas a practicarlo”.
Sin embargo, Paz Zetino Gutiérrez, secretario general de Bases Magisteriales, aclaró que no es un problema exclusivo de la Educación Media; empieza en Básica con asignaturas como educación física, artística o computación y salta a la universidad con carreras donde la práctica es clave, por ejemplo: diseño gráfico y las relacionadas con la salud, entre otras.