La vocera de la Unidad para la Defensa de Derechos Humanos y Comunitarios (Unidehc) Ivania Cruz, relató en una entrevista como la persecución política llevó a la desintegración de su familia y provocó que ella tuviera que renunciar al derecho de amamantar a su hijo recién nacido, debido al impacto emocional que estaba sufriendo.
La abogada explicó que cuando su hermano fue encarcelado ella recién había dado a luz a su primer hijo en parto por cesárea, pero aún así salió a levantar la voz por la detención que su familia consideraba arbitraria y por ello, en ese momento asumió la vocería del Comité de Presas y Presos Políticos (Cofappes).
Asimismo la abogada manifestó que por ser mujer y ser joven ha sufrido de todo tipo de acoso, tanto personal como digitalmente, así como, seguimiento por parte de la inteligencia del Estado.
¿Cuál fue el motivo por el cuál decidió convertirse en defensora de derechos humanos?
Mi labor siempre ha sido, tanto en la profesión de la abogacía, como también apoyar y colaborar en diferentes organizaciones. Unas de las convicciones de poder estar en esta labor, son las necesidades que mi trabajo me ha permitido conocer, en las comunidades.
Desde 2019 como Unidehc (Unidad de Defensa de Derechos Humanos y Comunitarios) trabajamos en las comunidades bajo amenaza de desalojo, pero posteriormente con los retrocesos de los derechos humanos vimos que la demanda iba a ser más fuerte, por lo tanto, incluimos el régimen de excepción y el combate contra la corrupción.
Asimismo mi familia y yo hemos sido víctimas de persecución política de Estado., haber tenido un familiar preso político hizo que me involucrara mucho más en el tema, de manera personal y ya no solo profesional.
Eso me hizo conocer otra realidad del país y era inevitable no solidarizarse con otras familias que también estaban viviendo lo mismo.
En ello, vimos la necesidad de organizarnos como familiares de presos políticos, a pesar que ya traía mi trabajo en el tema profesional, con toda la demanda que ahora existe, nos hemos posicionado como una organización defensora de derechos humanos a nivel nacional.

¿En el caso de su familia, quien fue víctima de persecución política?
Mi hermano, quien estaba fungiendo como cuarto regidor de la alcaldía de Zacatecoluca, en la captura del doctor (Salvador) Hirezi, es la única persona que salió libre en un juicio separado, precisamente por situaciones que se desarrollaron dentro del proceso.
Pero estuvo 23 meses en diferentes prisiones y sin ningún tipo de privilegio. Él fue un preso común más, mezclado con criminales, pandilleros recibiendo torturas y hoy se encuentra exiliado fuera del país.
La decisión más difícil para mí, cuando me propusieron a ser vocera de los presos políticos, era si mi hermano iba a pagar las consecuencias de mi decisión de alzar la voz, no solo por él, sino por otros. Eso me marcó, recuerdo las palabras de mi mamá cuando me dijo que si mi hermano tenía que ser un mártir para que la verdad saliera a la luz, pues lo íbamos a hacer.
La reacción de mi hermano al enterarse allá adentro de que había una persona (alzando la voz por él) fue diferente, porque supieron que no era un preso común más, sino que había una familia que estaba alzando la voz por él y creo que eso le dio más esperanza y fuerza por todo lo que vivió.
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Por su trabajo de defensora de derechos humanos ¿Ha recibido amenazas u hostigamiento en algún momento?
Sí, sobre todo cuando inicié como vocería de los presos políticos porque en ese momento no había organización, en 2021, no había Movir, no había Socorro Jurídico, no había Cofappes, nada, estábamos desarticulados.
Entonces el acoso de la inteligencia del Estado era mucho más fuerte, todas las viviendas de mi familia las habían identificado, mis dos hermanas tuvieron que salir del país, se desintegró mi familia completamente y eso también trajo mucho miedo.
Cuando a una persona le quitan todo, a la familia y eso que (él) vivió, perdemos el miedo, dentro de esa misma persecución también tuve al ministerio de Trabajo en la oficina jurídica, estuvieron auditando y verificando cómo manejamos todo, queriendo encontrar algo que me involucrara o manchara mi imagen, pero como uno ha sido transparente, no le debe nada a nadie.
He sido vigilada en todos los sentidos en mis redes sociales, mi vida personal, incluyendo a eso, cuando inició esta lucha yo estaba en mi postparto de cesárea, tenía tres meses cuando tuve que continuar acompañada de todo esto con mi primer hijo. Uno piensa en el riesgo de la familia y de este país, así que si lo sufrimos mucho.
¿Cómo fue maternar en conjunto con la defensoría de derechos humanos?
Fue duro, muy duro, yo ya no pude darle lactancia a mi hijo por el impacto tan negativo que estaba sufriendo en ese momento y tuve que sacrificar el tiempo que como madre le tenía que dedicar, por la lucha por la libertad de mi hermano y después por la de todos los que en algún momento se nos han acercado para trabajar.
¿Considera que por ser mujer el acoso ha sido más fuerte?
En esta sociedad machista, con un sistema patriarcal y un gobernante misógeno, el ser mujer es un doble peso para aquellas que estamos defendiendo derechos humanos, porque se meten en tu situación personal, discriminación y violencia en redes sociales.
Y no solamente por ser mujer sino también por ser joven, te tachan sin experiencia, te señalan obviamente. Y por ser mujer también recibía acoso por los custodios cuando entregaba los paquetes de mi hermano en los centros penales, pero cuando sabían que era abogada porque agarran mi DUI el trato cambiaba.
Entonces yo decía, esto es en mi caso, pero las otras mujeres que llegan las tildan de mujeres de pandilleros, madres de pandilleros, entonces hay un calificativo de violencia simbólica en redes y discriminación de todo tipo.

¿En algún momento ha denunciado ante las autoridades de todo el acoso?
Todo lo dejamos documentado, mis hermanas antes que se fueron tuvieron un accidente muy sospechoso en el vehículo, la persona se retiró, se puso la denuncia, archivaron el caso la fiscalía, no procedió.
El tema de la vigilancia que teníamos afuera de la casa, también se denunció ante la Fiscalía, fue difícil que recibieran la denuncia en ese caso, también no le han dado seguimiento ahí está, y también lo he denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por las medidas de protección.
¿Ha pensado abandonar esta lucha?
Yo no pienso abandonar la lucha ni rendirme, me han sometido a muchas cosas para intentar intimidarme precisamente para que me vaya del país. Yo tengo condiciones de poder irme, tengo un respaldo, cualquiera me da asilo político en cualquier país, pero no lo quiero hacer. Mi familia ya se fue, creo que era lo más importante para mí para mantenerlos seguros y poder yo seguir en esta lucha.
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