Carné o pasaportes de inmunidad al COVID-19: el rechazo y advertencias de la OMS

El Gobierno de El Salvador anunció que implementará esta medida pese a que la OMS cuestiona, entre otros aspectos, el test de diagnóstico de inmunidad. Tampoco hay certeza de cuánto dura dicha inmunidad en cada paciente.

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Los trabajadores de salud hacen revisiones de pacientes infectados con el nuevo coronavirus COVID-19 en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Rafael en Santa Tecla, La Libertad, a 10 km de San Salvador, el 11 de junio de 2020. Foto AFP

Por H. Sermeño

2020-08-10 12:59:07

¿Se imagina usted tener que portar un carné que compruebe su inmunidad al COVID-19? Pues eso se perfila como un requisito de la “nueva normalidad”.

De hecho gobiernos como Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Chile; y recientemente El Salvador, ya hablan de un “pasaporte de inmunidad” pese a que la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha cuestionado la medida desde abril pasado. Chile ha sido uno de los países que, de hecho, se retractó de implementar dicha medida.

Además de advertir que las personas que lo porten podrían dejar de cumplir las medidas sanitarias, la OMS sostiene que no existen pruebas de que las personas que dan positivo en los tests de diagnóstico estén inmunizadas frente al nuevo coronavirus, y consideró que los llamados “pasaportes de inmunidad” podían favorecer la propagación de la pandemia.

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“No hay ninguna prueba en este momento de que las personas que se curaron del COVID-19 y que tienen anticuerpos estén inmunizadas frente a una segunda infección”, dijo la OMS en un comunicado.

Además, Salvador Macip, médico, investigador y profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ahonda en esta idea: la cartilla “tendría que basarse en test serológicos rápidos, que por desgracia fallan bastante, y tendría que haber suficientes para toda la población. Solo esto ya es un obstáculo técnico insalvable”.

Según este científico, medidas así no tienen ningún sentido, ni médico ni social. Además, mezcla dos conceptos: las pruebas PCR, que miden si la persona está contagiada en ese momento, y las serológicas, que determinan si la persona tiene anticuerpos (y por tanto está en teoría protegida) contra el virus.

“La PCR sólo te dice lo que pasa en ese momento, no sirve para predecir si una persona se infectará o no”, señala a Efe Macip, quien subraya que, además, aún no está claro qué niveles de anticuerpos son necesarios para quedar protegido contra el virus, ni cuánto duran”.

De igual forma la prestigiosa revista científica, “Nature” enumeró una serie de razones por las que desestima la medida. Pues de alguna manera se podría atentar contra los derechos humanos e incrementar la discriminación.

El carnet de inmunidad podría ser un nuevo riesgo de discriminación si los empleadores, las compañías de seguros, los agentes del orden y otros pudieran acceder a información médica privada para su propio beneficio. Estas preocupaciones se han catalogado en los últimos años en debates sobre quién debería tener acceso a la información genética.

Según la publicación, los pasaportes de inmunidad podrían crear “incentivos perversos”. Si el acceso a ciertas libertades sociales y económicas se otorga solo a las personas que se han recuperado del COVID-19, entonces los pasaportes de inmunidad podrían incentivar a las personas sanas y no inmunes a buscar deliberadamente la infección, poniéndose a sí mismos y a otros en riesgo.

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Las dificultades económicas podrían amplificar el incentivo si un pasaporte de inmunidad es la única forma de obtener un cheque de pago. Las personas pueden obtener documentos de manera ilícita, mediante soborno, transferencia entre personas o falsificación. Estos podrían crear más amenazas para la salud, porque las personas que afirman estar inmunes podrían continuar propagando el virus.

Otro aspecto vulnerado podría ser la privacidad, ya que su objetivo es controlar el movimiento. Por tanto, cualquier estrategia de certificación de inmunidad debe incluir un sistema de identificación y seguimiento. La documentación en papel podría ser vulnerable a la falsificación.

El Salvador se prepara para implementar la medida

Con el objetivo de “generar empleos” en tiempos de pandemia por el COVID-19, el Gobierno de El Salvador implementará un “carnet de inmunidad” que permitirá contratar a personas “inmunoconfirmadas”, así lo informó el presidente Nayib Bukele durante la cadena nacional transmitida ayer por la noche.

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A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía no certifica que las personas que sufrieron COVID-19 no pueden volver a infectarse de la enfermedad, el Ministerio de Salud entregará un carné de inmunidad a los pacientes que hayan superado el virus, confirmó también el titular de esa cartera de Estado, Francisco Alabí.

En declaraciones a los medios tras salir de una entrevista matutina, Alabí explicó que “nosotros en el país no hemos identificado ningún caso de reinfección de una persona que ya haya desarrollado la enfermedad”; a pesar de que El Diario de Hoy documentó y publicó en su momento lo ocurrido al enfermero Salvador Ernesto Reyes, que tuvo reincidencia en la enfermedad en julio.

Alabí aceptó que no hay una recomendación de la OMS en cuanto a que no puede haber reinfección, pero matizó que tampoco ha indicado lo contrario, y explicó que dicho carnet de inmunidad tendrá una vigencia de 8 meses.

Salud planea entregar carné de inmunidad, pese a que OMS no lo recomienda por falta de evidencia científica