En El Salvador no hay ley que regule el uso de juegos mecánicos

La muerte de una niña de 8 años tras caer de una Chicago instalada en escuela ha dejado al descubierto que no hay institución que regule uso de estos aparatos

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Foto Por Josué Parada

Por Diana Escalante-Marvin Rodríguez

2019-04-10 9:21:16

La muerte de Camila S., una estudiante de 8 años que cayó de un juego mecánico en la escuela Corazón de María, de la colonia Escalón, ha dejado destrozada a su familia y compañeros. También ha abierto un debate sobre a qué instituciones les corresponde regular el uso de los juegos mecánicos en El Salvador y quiénes deben de responder ante desgracias como la que acabó con la vida de la niña.

Tras la muerte de la alumna a causa de un trauma en el cráneo, las autoridades de la institución manifestaron que se trató de un “accidente” y que las ruedas fueron instaladas, el fin de semana anterior, para celebrar los intramuros.

El martes los estudiantes hicieron uso de ellas durante un receso. Los delegados del centro educativo aseguraron que había maestros supervisando a los niños, pero los dolientes sostuvieron que algunos testigos les dijeron que no fue así.

A las 10:00 a.m., en circunstancias que aún no han sido esclarecidas por las autoridades, Camila junto con otra niña cayeron de una Chicago que tiene una altura de más de 15 metros. La alumna murió de inmediato y su compañera sufrió lesiones graves que la mantienen hospitalizada.

Foto EDH/ Óscar Iraheta

¿Quién es el que autoriza (el uso de) este tipo de juegos mecánicos cuando están hechos solamente para adultos y no para niños? ¿Quién es el responsable? ¿Por qué (las ruedas) no tenían un rótulo que diga: niños de X edad no pueden entrar?” son los cuestionamientos que no han dejado de hacerse los familiares de la niña, pero que ninguna institución les responde.

Nadie regula el uso de juegos

Sobre regulaciones estatales para el uso de juegos mecánicos por menores de edad, no hay claridad sobre las instituciones que deben dar cuentas en este tema. El Diario de Hoy consultó a instituciones de asistencia ciudadana, como el Cuerpo de Bomberos y aseguraron desconocer sobre alguna normativa que reglamente este aspecto.

La regulación más cercana es una práctica documentada durante los festejos que organiza la Alcaldía de San Salvador en lo referente al uso de juegos mecánicos en los campos de feria que se habilitan para los Festejos Agostinos.

Los propietarios y operadores de estos aparatos deben colocar un rótulo visible en donde se especifique el rango de edad de las personas que pueden hacer uso de los juegos y los riesgos que se corren si se sufre de alguna enfermedades crónica.

Escuela no tenía autorización

Este miércoles, mientras familiares y amigos de Camila la velaban en la comunidad Valle de Oro, en la colonia Escalón, y encaraban por “negligencia” a los docentes que llegaron a la ceremonia (ver nota aparte), el viceministro de Educación, Francisco Castaneda, explicó en un evento que la escuela debía tener un permiso de la municipalidad y del Ministerio para instalar las ruedas.

“Nos llama la atención mucho que estuviera funcionando un juego mecánico en un centro educativo porque para ello se requiere de un permiso…para llevar ese tipo de juegos que representan un riesgo. Muchas veces no están acordes a las edades que se atienden en los centros escolares, que es parte de lo que nosotros estamos dándole seguimiento”, apuntó Castaneda.

En la práctica, muchas instituciones educativas autorizan la instalación de estos juegos en el marco de sus intramuros.

El viceministro agregó que el Ministerio de Educación ya abrió una investigación para deducir “responsabilidades administrativas” y está colaborando con la Fiscalía General para que pueda esclarecer el hecho y emprenda acciones penales respectivas.

La tragedia en la que murió Camila, para el viceministro, debe servir como un llamado de atención para que las autoridades de las 5,166 escuela públicas, cerca de 80 centros escolares católicos y más de 1,000 colegios privados que funcionan el país estén conscientes de que algunas decisiones antes deben ser avaladas por el Ministerio.

Tras la muerte de una estudiante al caer de una rueda “Chicago” en su escuela, la familia de la víctima demanda conocer sobre quién recae la responsabilidad de regular el uso de estos juegos mecánicos. Foto EDH/Menly Cortez

Caso similar llevó a Panamá a normar el uso de estas máquinas

El Salvador tiene ejemplos cercanos de que se debe regular el uso de estos juegos mecánicos. En 2015 en Honduras, más de una decena de personas resultaron lesionadas mientras se divertían en la rueda conocida como “Gusanito”. Las autoridades informaron que una falla mecánica hizo que el aparato se descarrilara y los usuarios se cayeran. Autoridades del Sistema Nacional de Protección Civil hicieron una inspección al juego y lo clausuraron.

Tres años después, en abril de 2018, en Panamá, la muerte de una adolescente de 13 años tras caer de un juego mecánico que también presentó fallos activó las alertas de la sociedad civil sobre la necesidad de regular en el uso de los aparatos.

Un diputado de la Asamblea Nacional de Panamá consideró que no existía certeza sobre si estos juegos cumplían con las normas mínimas para garantizar la vida del público que las utiliza. Además, alegó que nunca había presente una autoridad de ningún tipo cuando se armaban o desarmaban las infraestructuras de los juegos.

Ese reclamo se transformó en proyecto de ley y fue aprobado en octubre de 2018 e incluye otras medidas de seguridad como la obligación de las empresas que brindan el servicio de contar con una póliza de seguro ante emergencias y la presencia de personal médico capacitado cada vez que uno de esos juegos se encuentra en uso para que, ante cualquier accidente, pueda estabilizarse a la víctima antes de ser trasladada a un centro asistencial.

Pero tener una normativa para el funcionamiento de estos aparatos tampoco es garantía de que no habrá más desgracias. En febrero pasado, un niño panameño, de nueve años, murió al caer de una rueda.

En El Salvador, los parientes de Camila han insistido en que no buscan una compensación económica por su muerte, sino que han exigido a las autoridades que el caso no quede en impunidad y se logre sentar un precedente para evitar que mueran más personas mientras hacen uso de los juegos mecánicos.