En El Salvador, la principal causa de egresos hospitalarios de los adolescentes de los 12 a los 18 años son los embarazos. Durante años, el sistema de salud público se ha visto frente a la avalancha de casos de embarazos adolescentes. Una base de datos de egresos hospitalarios compartida por el Ministerio de Salud, destacaba que entre los años 2010 a 2016, los 30 hospitales del sistema reportaron 299,627 egresos de pacientes entre las edades de 12 a 18 años, tanto de niñas como de niños.
Este registro contenía todas las posibles causas de hospitalización, incluyendo tumores, problemas renales, traumatismos.
Pero de todas, la causa de hospitalización número uno era la del “parto único espontáneo sin otra especificación”. En ese período, los hospitales del Minsal atendieron 70,332 partos de adolescentes con este diagnóstico en específico. Este se impuso con creces sobre los otros 3,638 diagnósticos distintos que habían sido recopilados por el Minsal.
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El segundo diagnóstico que más acumulaba egresos era el de la apendicitis aguda no especificada, con 18,029 casos. Una cantidad mucho más baja a la relacionada a los partos.
Al sumar todos los diagnósticos que contenían las palabras relacionadas a embarazo, parto, maternidad, se detectó que en ese período 160 mil 994 niñas y adolescentes, de 12 a 18 años, tuvieron que ser hospitalizadas para dar a luz o porque sufrieron una complicación durante el embarazo. De enero de 2010 a noviembre de 2016, los 30 hospitales públicos del país reportaron el egreso de 10,145 niñas de 10 a 14 años por diagnósticos relacionados a parto, embarazo, preeclampsia, aborto y atención materna.
En cuanto a las enfermedades crónicas que más afectan a los adolescentes salvadoreños, en primer lugar se encuentra la leucemia linfoblástica aguda y la enfermedad renal crónica no especificada.
Estas enfermedades implican un seguimiento a largo plazo para los pacientes, además de contar con la atención adecuada bajo especialistas capacitados con el tratamiento pediátrico. La atención de los niños y adolescentes tiende a diferir en estos casos de la de los adultos.
En el hospital Rosales, el centro donde se reciben los casos de los niños de 12 a 18 años, que ya no pueden ser atendidos en el Bloom, se han enfrentado por años al desafío de brindar la atención adecuada a los menores en un espacio principalmente diseñado para los adultos. Los médicos han considerado que se habilite un espacio para los menores, pero esto también implica invertir en especialistas enfocados en su atención.
En una investigación publicada por El Diario de Hoy en 2017 sobre los niños que deben ser atendidos en el Hospital Rosales ya se hablaba sobre la necesidad de ampliar la cobertura de menores en el Seguro Social, pero siempre trabajando en conjunto con el sistema de salud público.
