La Periquera, donde la única forma de viajar es en bestia o caminando

El caserío La Periquera está en la isla Meanguera, en La Unión. Ahí nadie ha cursado bachillerato. La comunidad, de 400 personas, tiene dificultades para acceder a la educación y salud. Su calle principal está en pésimas condiciones.

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Foto EDH/ Insy Mendoza

Por Insy Mendoza

2019-02-06 8:59:40

En el caserío La Periquera, del cantón Guerrero, en el municipio de la isla Meanguera del Golfo, nadie ha cursado el bachillerato y la forma de transporte es sobre el lomo de una bestia.

Además:

El peligroso camino que atraviesan los estudiantes de La Periquera para llegar a la escuela

Estudiantes del caserío la Periquera, en la isla de Meanguera, La Unión, tienen que atravesar un accidentado camino para llegar a la única escuela de la zona, la cual es atendida por un docente. Nadie ha cursado bachillerato y se desplazan a pie o a caballo.

La Periquera es una de las comunidades ubicadas en la parte alta de la isla; está formada por 70 viviendas con alrededor de 400 personas, quienes se dedican al trabajo de la pequeña agricultura, la pesca artesanal, y algunos reciben remesas de sus parientes en el extranjero.

 

 

El único medio de transporte que tienen son las bestias, ya sea caballos o burros, usados para trasladar mercadería; y la razón de ello es el pésimo estado de la principal calle de acceso. Imposible transitar en bicicleta o motocicleta.

Julio Córdoba viaja desde el centro de la isla hasta Periquera hacer trabajos de construcción, le acompaña una bestia, su nombre es “pachucha”, en ella carga las herramientas de albañilería, “la calle esta difícil y la gente le cuesta hasta caminar, aquí aunque tengan bicicletas no las pueden usar”, dijo.

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Profesores, alumnos y padres desarrollan actividades para recaudar fondos y así poder construir el techo de la cancha de la escuela José Pantoja Hijo.

Cuando enfrentan emergencia por algún vecino enfermo, cuatro hombres deben llevar al paciente en hamacas y caminar más de una hora para llegar al pueblo.

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Similar situación hacen cuando deben enterrar a alguien de la comunidad, el féretro debe ser cargado en hombros hasta el cementerio cercano.

En la escuela las clases son desde parvularia hasta sexto grado; impartidas por una maestra, que también es la directora.

En la comunidad no hay bachilleres porque los adultos opinan que los jóvenes al terminar el sexto grado deben incorporarse a los trabajos del campo como cultivar maíz, frijol, maicillo y a la pesca.

Si alguno de los jóvenes quisiera seguir sus estudios tendría que viajar hasta el centro de la isla; pero esto implica una hora caminando de ida y otra de regreso.

Tampoco cuentan con la asistencia de un promotor en Salud. La comunidad tiene más de 12 años de carecer del servicio de visitas sanitaria, y que lleve el control de vacunas de los infantes, por ejemplo.

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Algunos miembros de la comunidad tienen sistema de captación de agua lluvia, en grandes tanques de plásticos. El agua la recolectan en el invierno y la usan en verano para los oficios domésticos.

El proyecto del agua fue una ayuda del Fondo Ambiental de El Salvador (FONAES) y la municipalidad.

Cada año, los pequeños cultivos se les han dañado a causa de la sequía, pese a ello aseguran que la ayuda de los paquetes agrícolas nunca les ha llegado; los agricultores se quejan de que no son tomados en cuenta con ese beneficio.

Además:

Las antiguas estaciones de tren que son habitadas por familias de escasos recursos

Muchas familias de escasos recursos llevan años ocupando las antiguas infraestructuras en desuso que sirvieron de estaciones para los trenes en el país. No les dan mantenimiento porque reconocen que no son los dueños.

De acuerdo con los lugareños, una de las principales preocupaciones que tienen es el colapso del muro perimetral de la escuela porque la calle se ha dañado y en el invierno hay mucho caudal de agua lluvia en ese sector.

Manuel Hernández, presidente de la directiva de La Periquera, manifestó que son muchas las necesidades de la comunidad; pero la más urgente es que les reparen la calle que les prometieron porque hay riesgo de posibles daños en la escuela y que persona sean arrastradas por la corriente de agua lluvia que pasa.

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“Si nos toca que llevar un enfermo tenemos que reunir a la comunidad para llevarlo cargado en hamaca y al hombro para poder llegar a la unidad de Salud que está en el pueblo”, agregó Hernández

Según el líder comunitario, él y otros miembros de otras comunidades acompañaron al alcalde Luis Dheming, a la firma de un convenio con el Ministerio de Obras Públicas, (MOP) para un proyecto de reparación de la calle, pero aún no lo ejecutan.

El alcalde Luis Dheming dijo que referente a la calle hay un convenio firmado donde el ministerio se comprometió en proporcionar la maquinaria y los operarios; mientras que la alcaldía el combustible, alimentación y el material pétreo que se consigue en la misma comunidad.

“Una de las principales necesidades que tienen es la calle y para eso habíamos firmado un convenio para reparar 7 kilómetros de las tres comunidades de la zona pero departe del MOP no le dieron cumplimiento”, agregó el edil.

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Margarito Hernández, de 79 años, lamenta que el Gobierno les tiene en abandono, “estamos sufriendo y esperando que nos arreglen la calle; en esta comunidad no conocemos grandes proyectos del gobierno”, agregó.

El Ministerio de Obras Públicas (MOP), a través de su unidad de comunicaciones, confirmaron la existencia de un convenio que data de hace cinco años, y estos tienen periodo de vigencia.

El MOP expuso que envió un presupuesto de $53,232.00 en el que la alcaldía aportaría $11,405.00 para trabajar la ruta de los caseríos Conascaste, Periquera y cantón Guerrero; sin embargo nunca la alcaldía demostró disponibilidad de pagar la contrapartida, pese a que en varias oportunidades le enviaron recordatorios; pero la alcaldía les respondía que no tenían dinero, por esa razón es que no se ejecutó la obra, explicó la institución de gobierno.

Mientras las autoridades municipales y gubernamentales se ponen de acuerdo, los habitantes de La Periquera deben seguir sorteando peligros e ingeniándoselas para desplazarse.