Esteban, el guardián del templo colonial de Ahuachapán

Esteban Vásquez fue llamado para ocupar el cargo de sacristán 17 años después de haber soñado con el Dulce Nombre de Jesús. Las fiestas patronales en honor al patrono de los Ahuachapanecos se realizarán del 23 de febrero al 8 de marzo.

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Por Cristian Díaz

2019-01-18 9:30:53

AHUACHAPÁN. A los 19 años, Esteban Vásquez Gómez soñó con el Dulce Nombre de Jesús, patrono del municipio de Ahuachapán, sin imaginar que era una premonición porque 17 años después se convirtió en el sacristán del templo, la iglesia Nuestra Señora de la Asunción.

En ese entonces, residía en el cantón Los Huatales, y durante una noche, sonó que Jesús caminaba entre cafetales. Iba con su túnica ocre, sandalias, cabello recortado y con un poco de barba. Cuando pasó junto a Esteban, lo volvió a ver y posteriormente desapareció en la intersección de una calle.

“Yo digo que fue porque iba a permanecer aquí (en el templo) tanto tiempo. Yo no lo soñé como una imagen; sino que caminando frente de mí”, contó el atiquizayense de nacimiento.

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El sueño siempre estuvo presente; pero jamás pensó que tiempo después se convertiría en el guardián de su iglesia, labor que desempeña desde el 10 de septiembre de 1978, es decir 4 décadas.

Antes de ser sacristán, Esteban trabajó en el campo y a partir de 1975, fue conserje del Colegio Josefino, siempre de Ahuachapán, por dos años y medio.

Por diferentes motivos tuvo que dejar el trabajo en la institución educativa en agosto de 1978 y un mes después comenzó su labor de sacristán luego que el padre Ignacio Garzón, quien era el párroco en ese entonces, le ofreció el cargo luego que el mismo estuviera sin un responsable por un mes.

Sus tareas principales son abrir y cerrar el templo, atender las misas, realizar aseo, repicar. Esteban siempre es encontrado en la iglesia, a partir de las 5:30 de la mañana, disponible para los feligreses que lo buscan para alguna ayuda.

Cuando no hay actividades, se retira pasadas las 6:00 de la tarde para su casa, a 4 cuadras del templo.

“Siento una satisfacción, un amor, de estar aquí, en el movimiento de hacer el cumplimiento de mis deberes. Eso me basta; tengo que darle Gracias a Dios por todo eso. Paseos, descansos, no me interesan; sino que sólo estar aquí (en la iglesia). Cuando he tenido algún día de vacación no me siento muy bien”, expresó el sacristán, de 76 años.

En los más de 40 años ha sido testigo del paso de al menos 15 párrocos, a quienes ha servido con obediencia y a conciencia porque no están presionándolo para que realice su trabajo.

Además su labor le ha permitido la historia de la infraestructura, del que dijo fue construido por los españoles a mediados de 1700.

Los terremotos que se han registrado en el país han provocado daños, que han obligado a su restauración.
El altar principal, el original, se dañó probablemente por el paso del tiempo, por lo que fue construido de mármol en 1952.

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En el inmueble, actualmente, funciona uno de los restaurantes más antiguos de Ahuachapán llamado La Estancia, lo que permite que las personas puedan apreciar su elegante diseño. No hay otra construcción similar en la cabecera departamental.

Esteban contó que la imagen principal del Dulce Nombre de Jesús, el que está en la mismo área, tiene cerca de 200 años de estar en el templo.

Inicialmente era utilizado en procesiones; pero para que no se dañara y mantenerlo en buen estado, las autoridades eclesiásticas mandaron a realizar 3 réplicas, que son las que se utilizan actualmente durante Semana Santa.

La última fue llevada el 1 de abril de 1979 procedente de México; de las otras, no conoce la fecha de su procedencia, aunque la segunda llegó de España.

“Para mí ha sido un regalo de Dios estar estos 40 años en la parroquia. He sentido una gran satisfacción porque le he puesto mucho amor”, relató Esteban, quien es padre de 6 hijos.