Maneja mientras habla por el teléfono celular, ve o envía sus mensajes de texto, se auto fotografía, y por si eso no fuera suficiente, también sintoniza Netflix o la televisión por Internet. Así retrata a buena parte de conductores salvadoreños el subcomisionado Otto Urrutia, jefe de la División de Investigación de Accidentes de Tránsito de la Policía Nacional Civil (PNC).
Esas y otras acciones de los conductores están contempladas en la Ley de Tránsito y Seguridad Vial constituyen distracciones y de las primeras tres causas de accidentes que muchas veces deriva en lesionados y muertos en las carreteras del país.
Según registros del Viceministerio de Transporte, 3,288 accidentes contabilizados hasta septiembre fueron provocados solamente por la distracción del conductor.
En el caso de las mujeres, además de hablar por el celular, se maquillan, cambian de estación radial o van discutiendo.
Sumado a esos peligrosos hábitos de tránsito, está el llevar niños menores de 12 años en los asientos delanteros o como copiloto y sin cinturón de seguridad.
Hay casos en que el conductor lleva a su bebé en las piernas mientras maneja o los llevan en la silla especial para bebé, pero esta no va sujetada al automóvil, y cuando ocurre el inesperado accidente, el niño sale expulsado, pega con su cabeza en el asiento del conductor o copiloto, luego en el parabrisas y por último en el pavimento.
En estas circunstancias las probabilidad de vida son nulas y los niños, si no mueren al instante, sucede en las siguientes 48 horas, según se desprende de los casos de emergencia que llegan al sistema de salud nacional (red hospitalaria), afirma la jefa de la Unidad de Atención Integral de Todas las Formas de Violencia del Ministerio de Salud Pública, Silvia Morán de García.
El caso que ejemplifica lo anterior sucedió el domingo pasado en el kilómetro 10 de la Troncal del Norte, en Ciudad Delgado. Un el vehículo en el que viajaban padre, esposa e hijo volcó.
Un niño murió tras fatal accidente en la Troncal del Norte
El menor de 8 años, quien viajaba en el asiento delantero sin cinturón, salió expulsado del carro muriendo al instante. El choque ocurrió a la altura del kilómetro 10 de la Troncal del Norte.
La Policía sospecha que el conductor hablaba por celular o discutía con su cónyuge, lo que lo habría distraído y le hizo que perdiera el control del vehículo.
Tras el impacto, Ezequiel A., de ocho años de edad que viajaba en el asiento delantero y no llevaba puesto el cinturón de seguridad, salió expulsado del carro y murió al instante. El padre y la madre sobrevivieron y no dejaban de lamentar la pérdida de su hijo.
Según la Ley de Tránsito y Seguridad Vial, llevar niños en los brazos que dificulte la conducción del vehículo o que el conductor no use el cinturón o permita a acompañantes en asientos delanteros o traseros que viajen sin el cinturón, es una falta grave y la multa de $34.29
La sanción monetaria por manejar y hablar por celular es de $57.14.
Ezequiel A. fue una de las 19 personas que murieron entre el viernes y el domingo anterior a causa de accidentes viales. Solo en esos días se registró 176 accidentes y hubo 119 lesionados, afirmó el subcomisionado Dagoberto Marroquín, de la Unidad de Investigación de Accidentes de Tránsito de la PNC.
En cifras globales, en el país ha habido 19,095 accidentes viales que han causado 1,218 víctimas mortales entre el 1 de enero al 9 de diciembre, un 6.8 por ciento más este año que el anterior, detalló el oficial. Las causas son variadas, si bien la distracción e invadir el carril contrario, son las dos principales, hay otras como no respetar las señales de tránsito, manejar en estado de ebriedad, exceso de velocidad…
Medidas no son suficientes
Los representantes de la corporación policial dicen estar conscientes de este serio problema y como mecanismo para contrarrestarlo, se instala retenes policiales en carreteras, utilizan radares o pistolas que detectan la velocidad de los automotores; y cuando rebasan los niveles permitidos, les ordenan que se detengan, le muestran el tiquete impreso con la velocidad en que se movilizaban y los multan.
El subcomisionado Urrutia dice que la excesiva velocidad era una de las principales causas de accidentes mortales en el pasado, pero en los últimos años, compiten con la invasión del carril contrario y con la distracción del conductor.
Aunque manejar en estado de ebriedad es frecuente en época de vacaciones, en tiempo normal, esa causa está desplazada a un octavo o décimo lugar, pero eso no implica que hay que descuidarse, estiman los oficiales de Tránsito. Ante esa posibilidad instalan controles de Alcotest para, de forma aleatoria, someter a prueba a los motoristas y de esa forma verificar si maneja bajo los efectos del alcohol.
Pero al final, los choferes en las carreteras abiertas manejan a mayor velocidad. “Si las multas o las medidas fueran más drásticas, los infractores pensarían dos veces en violentar esas normas”, dice el subcomisionado Urrutia.
A criterio de la Policía, las multas de tránsito son muy bajas (deben golpear más el bolsillo del infractor), ser más drásticas y esto solo lo pueden hacer los diputados en la Asamblea Legislativa.
Mientras los diputados discuten el pliego de multas que los conductores irresponsables deben pagar, a propuesta de las autoridades, la Policía de Tránsito dice apostarle a la seguridad y la educación vial como una manera de reducir las cifras fatales en las carreteras.
Una de las estrategias es apoyarse de adultos mayores . El lunes en Santa Ana dicen que repartieron información a los ciudadanos que les ayuden a tomar sus precauciones al cruzar las calles haciendo uso de las pasarelas y de los pasos peatonales.
“A escala nacional se hace este tipo de esfuerzos y uno de los mecanismos que se utiliza es escoger a un sector de la población para que hagan reflexionar a los conductores y peatones de que tomen un rol responsable en la vía pública”, afirma el subcomisionado Marroquín.
Dice que los adultos mayores piden a los conductores que respeten a los transeúntes, y que sean la prioridad en la vía pública. “Con esas acciones se espera reducir las cifras de personas arrolladas en la Avenida Independencia Norte en el centro de Santa Ana”, subrayó el oficial.
El 44 por ciento de la totalidad de los muertos en carretera fue por atropellamiento, citó el subcomisionado.
El niño murió luego de que su padre se estrellara contra el bordo del retorno ubicado en la zona y volcando unos 25 a 30 metros en la Troncal del Norte
Las autoridades están preocupadas con la cifra de muertos y lesionados en accidentes viales y temen que en la temporada navideña y de fin de año pueda dispararse.
Hora de tomar conciencia
Los cuerpos de socorro como Cruz Verde, ya perciben un alza en las atenciones en los primeros diez días de diciembre. El vocero de prensa de la Cruz Verde, Luis Guinea, confirmó que en tiempo normal realizan ocho salidas para atender emergencia en carreteras, pero desde el 1 de diciembre han subido a 14.
“Hay una variante por el clima y la época, las lluvias provocan accidente pero ya pasó, en diciembre, con el ajetreo de la época, las personas suelen andar más nerviosas y aceleradas, además presentan niveles altos de intolerancia, lo que desencadena en varios accidentes de tránsito”, detalló.
El factor motocicleta viene a incrementar la fatalidad, asegura Guinea. “Sucede que muchas veces un motorista por no colisionar con un motociclista hace maniobra que provoca un accidente”, explicó.
Diciembre también es época de aguinaldo, lo que hace que las personas tengan dinero para sacar sus vehículos y se distraen con las redes sociales, responden el teléfono, salen a celebrar y manejan ebrios e irrespetan otras normas viales.
“La mayoría no porta su cinturón de seguridad y salen disparados como un proyectil hacia adelante, donde se golpean en el asiento delantero y del impacto rebotan al techo, lo que daña parte de la cervical (cuello, desde donde comienza la columna) y la cabeza, además de los traumas internos y fracturas”, ejemplifica la doctora Silvia de García, de Minsal.
Pero apunta otra realidad: “Hemos detectado casos que los niños son llevados en las piernas de los adultos y estos no llevan puesto el cinturón; estos niños a la hora de un impacto, el cuerpo del adulto sirve de cuña que presiona al bebé, lo que causa daños en dos o tres cervicales en fracción de segundos al pegar en el parabrisas y regresar al asiento, lo que produce una hemorragia intracraneal (dentro del cerebro). En estos casos la sangre busca orificios materiales para poder salir por nariz y boca”.
Minutos después del accidente, sufre de ojo morado y detrás de la oreja, signo de hemorragia interna, lo que implica que debe ser llevado de emergencia al hospital.
“Hay casos en los que los niños no soportan la presión de las bolsas de aire, cuando esta se activa les provoca un fuerte trauma facial. Como resultado hemos encontrado a los niños y adultos con rostros, ojos y nariz morados, en algunos casos, la presión de las bolsas hasta les ha escapado a quebrar el tabique nasal a los niño que van en el asiento de adelante”, detalló Guinea.
De ahí que la doctora recuerde que por ley los niños deben viajar en la parte de atrás de los vehículos, en el porta bebé sujetado al asiento, “porque de nada va a serviría, si va suelto, porque en un impacto, el bebé con todo y el porta bebé saldría disparado y aparte del golpe que recibiría en la parte de enfrente, le caería el peso del porta bebé que lo viene aún más a comprimir”.
Guinea retrata por su parte la educación y conciencia de algunos conductores: mientras en zonas como la Escalón los que se accidentan llevan puesto el cinturón, en el centro capitalino, bulevar del Ejército y Troncal del Norte, no lo llevan y, a veces, solo lo usan para evadir una esquela. También señala que a veces el cinturón lo llevan sujetado con alambre y eso, en un accidente, lesiona a las personas.