Foto EDH/ Mauricio Cáceres
La encargada del albergue, quien por cuestiones de seguridad pidió reservar su nombre, manifestó que los migrantes en esa zona sufren de todo: “Son correteados por la Migra mexicana, quienes los detienen, son extorsionados por los maras, los maquinistas del ferrocarril les cobran 100 dólares por dejarlos subir al tren. Antes el parque de esta localidad parecía un hormiguero por la cantidad de gente que se reunía para esperar a que algún tren partiera. Gracias a las ayudas que hemos tenido se ha construido un lugar más seguro para ellos”.
En el albergue no se permite entrar con celular, droga, cuchillos, cigarros y todo aquello que puede representar un peligro en el interior. “Se nos han infiltrado coyotes y maras, delincuentes comunes, pero gracias a Dios solo van de paso y no nos han hecho ningún daño”, añadió la religiosa.
A los albergados también se les recomienda no salir del refugio al menos que sea necesario porque por la ciudad y alrededores merodean bandas de delincuentes y pandilleros.
En un caso documentado, una mujer fue violada por varios hombres. Llegó al albergue en mal estado por la golpiza que le propinaron. Las autoridades llegaron a recibir su denuncia y sus agresores fueron capturados. Pero cuando partió para continuar su viaje, fue asesinada a menos de un kilómetro de distancia del albergue.
A 60 kilómetros de Palenque está Salto de Agua, una ciudad pequeña en el límite entre el estado de Chiapas y Tabasco. Es otra de las metas que buscan los migrantes por el albergue que allí funciona. Es el último en el norte de Chiapas y está a uno metros de la línea del tren; por lo general, los migrantes descansan tres días antes de partir.
Los migrantes guiados por coyotes también usan el albergue y estos salen en autobuses, principalmente las mujeres con niños, aunque algunas de ellas llevan visa humanitaria otorgada por la Migración mexicana.
Sin embargo, la mayoría viaja sin documentos, por lo que tiene que tomar el tren rumbo a la Lechería en el México D.F., para luego intentar seguir la ruta al norte.