“En este país estamos en una situación que estudias y no encuentras trabajo”, dice joven de segunda caravana migrante
Con unos cuantos dólares en la bolsa y decepcionados del gobierno de su país, la caravana de migrantes salvadoreños avanza hacia Estados Unidos, según dice, en busca de un futuro mejor para ellos y para la familia que dejan atrás.
Las carreteras hacia la zona fronteriza con Guatemala se han vuelto, desde el pasado 29 de octubre, la ruta de escape para las caravanas de migrantes salvadoreños, por donde recorren centenares de compatriotas que persiguen el ansiado sueño americano. Se estima que este miércoles, cerca de 400 nuevos viajeros emprendieron la travesía hacia Estados Unidos y se suman a los 300 que salieron el fin de semana pasado y que ya recorren Guatemala y la frontera con México.
La segunda caravana se ha divido en tres grupos. El primero salió de la Plaza al Divino Salvador del Mundo a las cinco de la madrugada, el segundo los siguió a las ocho de la mañana y el tercero salió a las nueve. La ruta de salida de la ciudad ha sido la misma: sobre la Alameda Manuel Enrique Araujo, para incorporarse al bulevar Monseñor Romero. De ahí, sobre la Carretera Panamericana – pasando Los Chorros – hasta el desvío a Sonsonate, en la zona conocida como El Poliedro.
En ese punto los migrantes decidían si continuaban o no su camino para abandonar el país por la frontera La Hachadura o por la frontera de San Cristóbal.
Los compatriotas aseguran estar decididos a enfrentar cualquier situación, con la finalidad de huir de la violencia, amenazas de pandillas y el desempleo en El Salvador
Igual que en la primera caravana, esta segunda ola de salvadoreños está conformada por personas que provienen de todas partes del país, como Óscar Rivas, de 24 años, que viaja desde Apopa.
“Estamos pasando una crisis grave en este país”, dice mientras empuja un coche en donde viaja su hermano Diego, de apenas cinco años de edad. El pequeño lucha por protegerse del sol y entrecierra los ojos cuando vuelve la mirada hacia su hermano. “La mayoría buscamos el sueño americano, superarnos por nosotros, nuestras familias, por ellos”, agrega Óscar y sacude la cabeza de su hermano. Viajan con $35 en la bolsa.