FOTOS: Las casas de la ruta termal tienen ausoles en los patios

Ahuachapán ofrece recorridos en la zona de los ausoles para los amantes al contacto con la naturaleza. También tiene opciones de alojamiento y alimentación.

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Por Cristian Díaz

2018-09-04 9:38:46

El patio de la vivienda, hecha de madera y bloques, de Rosa Monroy, de 64 años, posee una peculiaridad, mide dos manzanas de terreno y por ahí pasa una vena volcánica o comúnmente conocido como ausol.

Ahí se puede observar los gases azufrados y el agua en ebullición.
La casa se encuentra en el cantón El Barro, en Ahuachapán, donde una modesta puerta, elaborada con alambres de púa y varios palos, se abre para que los turistas vivan esta experiencia, que forma parte de la Ruta Termal.

“Es una maravilla. Ver lo natural. No es lo mismo que artificial o que lo cuente la gente. Verlo es una gran cosa porque Dios nos ha dado esa naturaleza”, expresó Rosa, que a pesar de tener 45 años de vivir en el sitio, no sale de su asombro por dicha manifestación natural.

El terreno es recorrido en más de media hora. Las personas pueden cocinar sus propios alimentos a base del vapor que sale de una improvisada cocina, que en realidad es un pequeño agujero.

 

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Los alimentos, como huevos, plátanos y elotes son colocados en un trozo de madera para que queden colgados y se cocinen con el vapor, mientras los turistas realizan su recorrido.

“Es un atractivo natural sumamente bello porque se está viendo un volcán en una forma menor”, explicó el jefe de la Unidad Municipal de Desarrollo Turístico de la alcaldía (Umdetur), Jonathan Méndez.

Los turistas, además, pueden disfrutar de un baño en el río Agua Caliente, que es un afluente de aguas frías que nace en las faldas de los cerros de Concepción de Ataco; pero cuando pasa por la zona, en un tramo de un kilómetro de longitud, se combina con el líquido caliente y azufrado.

El municipio de Ahuachapán se conoce como la Ciudad de los Ausoles o la Capital geotérmica de Centroamérica, los calificativos no son antojadizos pues hay 135 ausoles en su jurisdicción.

Algunos de ellos sirven para generar electricidad; además, en la zona está el más grande de toda la región, pues tiene un diámetro de 70 metros y una profundidad de 20 metros.

El mismo, conocido como Santa Teresa, es una vena volcánica que pasa activa, con su ebullición, los 365 días del año y que su temperatura oscila entre los 300 y 350 grados centígrados.

Cada año es visitado por un promedio de 60 mil personas, de acuerdo a registros de los hoteles que se ubican en el cantón El Barro.

Ese ausol explotó en 1989, generando la muerte de al menos 32 personas que residían en la zona.

Ahora se ha convertido en uno de los principales atractivos, pues está a siete kilómetros de la ciudad.

La formación de los ausoles es un proceso continúo en la cabecera departamental, ya que hace tres años, aproximadamente, surgió uno nuevo, ubicado en el cantón Suntecumat, a 1,050 metros sobre el nivel del mar.

Su altura lo hace propicio para que las personas que transitan sobre la carretera Panamericana, en el tramo de la hacienda La Labor hacia la ciudad, lo puedan visualizar, y por las noches, principalmente, registra explosiones.

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Los visitantes tienen varias opciones donde disfrutar con la familia en este municipio, que también se caracteriza por su tranquilidad y seguridad.

Su característica principal es la expulsión de vapor; sin embargo, en época de invierno, sus alrededores permanecen con agua.

Aunque no es el más grande, las personas pueden llegar a escasos dos metros donde se produce la mayor intensidad del vapor. “Se puede observar cómo la presión de las venas volcánicas surgen a la superficie. El ausol está en total ebullición todos los días”, dijo Méndez.

Los visitantes pueden aprovechar el vapor de los termales para preparar comida, entre ellos huevos, o plátano cocido.

Estos lugares, entre otros, pueden ser visitados por las personas en la llamada Ruta Termal, que ofrece recorridos, que duran hasta cinco horas.

El jefe de Umdetur explicó que como municipalidad, en coordinación con la organización Buenos Vecinos, de origen coreano, han capacitado a veinte jóvenes como guías turísticos.

Ellos estarán disponibles para las personas que deseen visitar la Ruta en el marco de la celebración del Día de los Farolitos, que se realiza en honor a la víspera del nacimiento de la Virgen María.

Pueden ser contactados a través del número telefónico 2413-0144.