Asesinato de Carla Ayala fue punto de quiebre para sepultar al GRP

En opinión de algunos policías que pertenecieron a esa unidad, algunos elementos se habían alejado de la mística con la que actuaban sus miembros fundadores; pero muchos coinciden en un punto: solo debieron depurar a los malos elementos.

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Por Jorge Beltrán

2018-08-18 9:44:27

Desde aquel 21 de junio de 2001, al Grupo de Reacción Policial (GRP) de la Policía Nacional Civil no se le había conocido ningún problema grave… hasta el 29 de diciembre de 2017, cuando ocurrió la desaparición de la agente Carla Mayari Ayala, quien antes había sufrido una herida por un disparo que le hizo Juan Josué Castillo Arévalo, un miembro de esa unidad policial.

“Lo que sucedió el 21 de junio de 2001 fue un error porque la información que le pasaron los investigadores al equipo que lideraba Tyson no fue la correcta y estaba incompleta”, dice un exmiembro del GRP de los fundadores; de los primeros 20 elementos que conformaron ese grupo élite de la policía.

La fuente se refiera al asesinato de Gerardo Villeda Kattan, un niño de 8 años de edad, que murió durante la operación que pretendía rescatarlo de manos de sus secuestradores en el municipio de Mejicanos.

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Miembros del exGRP fueron disueltos tras la desaparición de la agente Carla Ayala, a manos de un GRP, los enviaron a tareas de seguridad pública.

“El caso de Villeda Kattan fue regada del que entonces era jefe del GRP y del jefe del equipo de investigadores. No pasaron toda la información al equipo del GRP. Tal vez hubiera funcionado la negociación”, afirma otra fuente, fundador de ese grupo elite.

El caso del niño Villeda Kattan fue solo uno de tantos casos en los que el GRP participó en operaciones de rescate de secuestrados. Era una época en la que el auge de secuestros era muy elevado. Y ese grupo élite era el único de choque que tenía la Policía Nacional Civil (PNC).

Una de las fuentes entrevistadas para este reportaje asegura que él participó en 19 operaciones de rescate “limpio” de personas secuestradas. Al decir limpio, se refiere a que las víctimas fueron rescatadas ilesas y el equipo policial no sufrió bajas.

¿Cuando fue creado el GRP y para qué?
Policías fundadores aseguran que fue creado en septiembre de 1994. Su primer jefe fue el entonces subcomisionado Pedro Baltazar González, un oficial de la policía que provenía de las filas de la Fuerza Armada. Concretamente, había estado en la Policía de Hacienda y tenía una gran experiencia y por eso fue llamado a comandar esa unidad, según sus propias palabras.

El curso de entrenamiento fue impartido en El Salvador y en varias ciudades de los Estados Unidos.
“Todos los demás jefes que ha tenido el GRP, han pasado por cursos que no tienen la rigurosidad con que se impartieron los primeros tres”, estima una fuente policial.

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“Todos los demás jefes que ha tenido el GRP, han pasado por cursos que no tienen la rigurosidad con que se impartieron los primeros tres”

Policía del exgrp,

El curso inicial fue de un duro entrenamiento de tres meses en El Salvador y dos meses en Estados Unidos, que comprendió entrenamiento en zonas desérticas del estado de Texas, y con unidades swat del estado de Louisiana.

El GRP tenía la capacidad de resolver secuestros de aeronaves y de piratería en altamar, aseguran las fuentes. De hecho, recuerdan que cuando el grupo estaba en formación, dos aerolíneas les facilitaron aviones en el Aeropuerto de El Salvador, hoy Monseñor Romero, para poder entrenar en rescates aéreos.

“Recuerdo que nos ponían los aviones al final de la pista (del aeropuerto) o cerca de la bomba de combustible. Una vez dañamos uno de esos aviones. Hubo malestar con la gente de la aerolínea, pero al final comprendieron que era un riesgo que corrían al prestarnos las aeronaves”, comenta un exGRP.

En esos entrenamientos de rescate de rehenes en aviones, hasta el Comando Especial Antiterrorista (CEAT) participaba. “A los GRP se nos capacitó para resolver toda clase de piratería aérea y marítima. Se nos entrenó para saber cómo botarle el combustible a un avión y otros detalles importantes”, refiere un miembro de la PNC que desde hace mucho fue separado de ese exgrupo élite. Lo mandaron a realizar tareas de seguridad pública.

Pero conforme el tiempo fue transcurriendo, los miembros fundadores fueron separados del GRP por diversas circunstancias y comenzaron a llegar nuevos agentes algunos de los cuales no resistían el curso y fue necesario suavizarlo para que el grupo no quedara diezmado.

“Los viejos éramos quienes resolvíamos los casos de secuestro. Luego comenzaron a llegar bichos (policías jóvenes) que no aguantaban el entrenamiento y había que chinearlos. De 30 que se sometían a las pruebas para ingresar al curso, solo quedaba unos diez”.

El GRP era un grupo especial. En cada equipo había un elemento con tareas específicas: un buzo, un francotirador, un explosivista, uno de primeros auxilios; aunque en realidad todos sabían hacer de todo. Eran equipos de cuatro o cinco elementos.

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“El GRP fue creado para casos especiales de crisis como secuestros, protección a personalidades importantes; era un swat preparado por los gringos para ese fin”, explicó un exGRP.

Entrenados y equipados por Estados Unidos
“Esa fuerza de élite fue entrenada y equipada por Estados Unidos. Armas, chalecos, vehículos, escudos balísticos, todo fue donado por la Embajada de los Estados Unidos. La PNC nunca le dio recursos.

Era un grupo entrenado y equipado por los Estados Unidos; la empresa privada salvadoreña también ayudaba en mucho”, recuerda una fuente.

La empresa privada los apoyaba con vales de supermercado. Cada mes les daban un vale de 35 dólares. Por su parte, la PNC les daba un sobresueldo equivalente a 60 dólares y un bono para alimentación. No era mucho pero tampoco era despreciable.

Estos son los primeros agentes que conformaron el GRP. Fueron entrenados en Estados Unidos, en el desierto de Texas y Luisiana.

El comisionado Pedro González, el primer jefe que tuvo el GRP, asegura que la profesionalización de ese grupo fue considerada tan alta que varios elementos fueron enviados a varios países a entrenar fuerzas policiales.

Sin embargo, tras la retiradas de los jefes natos del GRP, ese grupo fue decayendo, sobre todo en cuanto a la mística de servicio. Poco a poco les fueron retirando los incentivos. Las condiciones salariales y laborales eran casi similares a las de cualquier unidad.

No obstante, el GRP continuaba siendo la unidad elite de la que cualquier policía deseaba ser parte.

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19

Secuestros resueltos fueron los que este grupo élite de la Policía Nacional Civil resolvió en la década de los 90 del siglo pasado, cuando la delincuencia uso ese método para hacerse de dinero.

“Ser del GRP era el sueño de todo policía”, afirma uno elemento policial que, sin empachos confiesa que fue dos veces a hacer las pruebas para ingresar al curso pero que fue reprobado en la prueba sicológica.

Todos los justos por 12 pecadores
Pero luego de que los secuestros fueron casi anulados como delito tras capturar a las bandas de secuestradores, pocos años después el GRP comenzó a degenerarse a tal punto que hay fuentes policiales que pertenecieron a ese mismo grupo que señalan que hubo jefes que lo ocupaban para propósitos personales. Aunque parezca increíble, por lo menos en alguna ocasión el GRP fue ocupado para escoltar un furgón desde la frontera El Amatillo hasta una de las fronteras del occidente salvadoreño.

Las fuentes dicen que no están seguras si los policías que participaron en esa escolta estaban conscientes de qué se transportaba en esos furgones; pero de cualquier forma, eso no era legal que el grupo fuera usado para escoltar furgones, incluso si lo que se transportaba en ellos no era mercadería ilícita.

También hubo jefes que ocupaban al GRP para patrullar o mantener presencia policial en el sector donde residían.

Algunos elementos que ahora están asignados a tareas de seguridad pública recuerdan a un jefe originario de un municipio de Chalatenango que constantemente se hacía acompañar de un equipo para ir a visitar a su familia.
Bajas hechas por pandillas

Entre agosto de 2015 y septiembre de 2017, las pandillas ocasionaron tres bajas al GRP. Un policía murió en acción en tanto que los otros dos fueron asesinados cuando estaban de licencia.

El primer agente del GRP asesinado por las pandillas fue José Marvin Ortiz Herrera, el 5 de agosto de 2015, en Santa María Ostuma, departamento de La Paz. El hecho ocurrió en la madrugada, cuando un grupo de policías perseguía a varios pandilleros, uno de los cuales logró asestarle un disparo de escopeta. La muerte fue inmediata.

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Días después, el 23 de agosto de 2015, Álvaro Elías Tovar Galdámez, también del GRP, era asesinado en una cancha de la colonia Tres Campanas, municipio de Aguilares, al norte de San Salvador.

Y el último miembro del GRP en ser asesinado fue Osmín Calderón López, quien fue acribillado en la colonia Jardines de Colón, cantón El Chaparral, municipio de Colón.

De acuerdo con fuentes policiales, esas tres muertes afectaron mucho emocionalmente a los miembros del GRP y por eso eran inclementes con los pandilleros con quienes se enfrentaban a tal punto que algunos hasta se dedicaban al exterminio de pandilleros en sus horas libres.

Uno de esos casos sería precisamente el agente señalado de disparar contra la agente Carla Ayala y luego desaparecerla, según informó el juez Sexto de Instrucción, Roberto Arévalo Ortuño, quien lleva el caso de la desaparición de Ayala.

Ortuño dijo que un agente policial, aparentemente del mismo GRP, había dicho a la Fiscalía que varios elementos de ese grupo se dedicaban al sicariato.

Un grupo de policías del extinto GRP durante prácticas de tiro en uno de los polígonos que utiliza la PNC.

“Hay alta probabilidad de que ´Samurái´, Castillo Arévalo, es de los que hacía ese tipo de gracias (sicariatos); y si no lo hacía, por lo menos se llevaba con los que sí lo hacían”, declaró Ortuño ante periodistas, el pasado 22 de junio.

Fuentes de este periódico no descartan que algunos elementos del GRP estuvieran involucrados en grupos de exterminio o de sicariato. “Recuerde que esas son auténticas máquinas de matar. Después de que en 2015 les mataron a los dos compañeros, se encabronaron contra los pandilleros”, dijo una fuente.

¿Máquinas de matar?, pues no son pocos los policías que coinciden en describir así a los elementos del GRP, muchos de los cuales, según explican las fuentes, habían sido entrenados en las selvas de Colombia o de El Petén, en Guatemala.

Procesados por ejecuciones extrajudiciales
Y fue precisamente lo anterior lo que llevó al GRP a meterse en líos judiciales al aniquilar a varios cabecillas de la Mara Salvatrucha en la finca San Blas, a finales de marzo de 2015, en la que también murió un joven que, aparentemente, no tenía relación con esa agrupación criminal.

En ese procedimiento, los policías mataron a siete miembros de la MS-13 y a Dennis Alexander Hernández, de 20 años.

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De acuerdo con la investigación realizada por la Fiscalía General de la República, los pandilleros hicieron tres disparos con dos armas de fuego, pero el grupo de policías élite respondió el fuego de una manera apabullante: las ocho armas que portaban los miembros del GRP implicados en el hecho, dispararon 243 cartuchos.

A lo largo del proceso judicial, al menos un testigo fue asesinado. Era el tío de Dennis. Al final, los cinco policías implicados fueron declarados inocentes por “deficiencias en la investigación” realizada por la Fiscalía, según el tribunal que juzgó la causa.

Sin embargo, el 4 de mayo, un tribunal superior ordenó hacer un nuevo juicio a los imputados dándole la razón a la Fiscalía, quien impugnó el fallo que los absolvía de responsabilidad.

Casi un año después, el 8 de febrero de 2016, un grupo de policías abatió a tres pandilleros y al dueño de la casa donde los delincuentes se habían refugiado. En ese hecho participaron tres elementos del GRP quienes están pendientes de que se les realice la vista pública (juicio).

En este caso, los policías están acusado se asesinar a José Armando Díaz Valladares, un obrero que residía en la colonia del municipio de Zaragoza. La investigación fiscal revela que los tres pandilleros fueron perseguidos por un grupo de policías y en un intento de escapar, se introdujeron a la casa de Díaz Valladares.

Los policías tambíen irrumpieron a la misma casa y cuando vieron a los tres hombres de la pandilla Diecicho que trataban de escapar, les dispararon varios balazos y también mataron a Díaz Valladares, quien no tenía ninguna relación con los pandilleros.

El comisionado Pedro González con Bob Roger, funcionario de la embajada de EEUU, en 1994.

Dispersos y sin humillados
A raíz de la disolución del GRP, sus aproximadamente 90 elementos fueron enviados a diversas delegaciones a realizar tareas de seguridad pública, aunque a la mayoría le son asignadas labores de comandante de guardia, cuido de bartolinas o cualquier actividad que no implique tener mando o un papel más preponderante.

En opinión de las fuentes consultadas, se está desperdiciando el potencial de todo ese personal en quienes el Estado salvadoreño ha gastado mucho en prepararlos. Son pocos los casos en los que se les ha dado mando (a los cabos o sargentos) o han sido incorporados a tareas ponderando sus conocimientos o preparación.

De acuerdo con elementos del GRP, en la mayoría de casos están siendo tratados con humillación, porque pareciera que hay una orden de maltratarlos, de hacerlos sentir que solo son un policía más, sin ningún privilegio como los que tenían en el grupo.

Las fuentes recalcan que por unos cuantos malos elementos pagaron todos. Y los superiores de esos malos elementos no ignoraban las cosas ilegales que algunos hacían; sin embargo, por temor o por alcahuetería, nunca los jefes les llamaron la atención.

Pero la afectación hacia los elementos del GRP con la disolución de esa unidad, va más allá de lo emocional. Según algunos agentes, mandarlos a unidades ordinarias de la noche a la mañana no solo hizo que la moral se les viniera abajo; también cayeron en problemas económicos.

“Mire, quizá son raros los policías que no tienen préstamos bancarios o en cooperativas, pero creo que a los del grupo nos afectó más porque muchos pagábamos créditos bancarios con lo que nos daban de sobresueldo y que de la noche a la mañana nos lo hayan quitado, nos ha dado un gran golpe tanto en lo económico como en lo emocional”, indicó un exGRP.

La desmovilización del GRP y luego de la Fuerza Especializada El Salvador (FES) tiene confundidos a muchos elementos policiales con alta preparación para enfrentarse a situaciones especiales, incluyendo oficiales, pues no entienden cómo (en el caso de la FES) pudieron gastar tanto dinero en entrenamamiento, equipos y uniformes para la unidad que no subsistió ni los tres años.