Trump se autopostula al Nobel de la Paz y lanza ultimátum a Hamás

Donald Trump volvió a colocarse en el centro del debate internacional tras anunciar un ultimátum al grupo terrorista palestino Hamás y, en paralelo, declararse merecedor del Premio Nobel de la Paz. El presidente de Estados Unidos aseguró que su propuesta para Gaza cuenta con respaldo internacional y que no premiar sus esfuerzos sería una ofensa para su país.

Un plan de paz bajo presión

Durante un encuentro con periodistas en Washington, Trump afirmó que Hamás dispone de “tres o cuatro días” para aceptar el plan que el mismo mandatario estadounidense propone, que exige el desarme total del movimiento palestino y su exclusión de futuros gobiernos. El acuerdo fue delineado junto al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y presentado como una hoja de ruta de 20 puntos.

“Hamás aceptará o no. Y si no aceptan, esto tendrá un final triste”, advirtió Trump, quien aseguró contar con apoyo de países árabes y europeos. En un discurso posterior ante la cúpula militar en Quantico, reforzó el tono de amenaza: “Hamás lo pagará con el infierno si rechaza el plan”.

El mandatario insistió en que la iniciativa busca abrir la puerta a una solución definitiva en Gaza. “Espero que firmen por su propio bien”, añadió, dejando claro que la presión internacional es clave para forzar el desenlace.

Nobel de la Paz y controversia política

Más allá del conflicto en Medio Oriente, Trump aprovechó el escenario para postularse como candidato al Premio Nobel de la Paz. En declaraciones a oficiales militares, dijo que su gestión ha contribuido a resolver varias guerras y que sería injusto no reconocerlo.

“¿Recibirás el Premio Nobel? Absolutamente, no. Se lo darán a algún tipo que no hizo absolutamente nada”, ironizó. Para luego sentenciar: “No recibir el galardón sería un gran insulto para nuestro país”.

Sus palabras reavivaron la discusión sobre el rol del Nobel como símbolo internacional y sobre la forma en que líderes en ejercicio utilizan la diplomacia como plataforma política interna. Aunque la Fundación Nobel nunca responde a comentarios de aspirantes, el gesto de autopostulación no pasó desapercibido.

Reacciones internacionales y lectura geopolítica

El plan para Gaza, tal como fue descrito por Trump, genera dudas en sectores que lo consideran poco realista al exigir la desaparición política y militar de Hamás. Sin embargo, al subrayar que “casi todo el mundo está a bordo”, el presidente intenta mostrar la propuesta como un consenso en construcción.

Para gobiernos europeos y algunos países árabes, la iniciativa abre un espacio de negociación, aunque expertos señalan que el ultimátum podría endurecer posturas y complicar los acercamientos en la región. El propio hecho de ligar la amenaza militar con una aspiración personal como el Nobel añade una capa de controversia a su estrategia comunicacional.

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Entre diplomacia y espectáculo político

El episodio refleja cómo Trump mezcla diplomacia, presión militar y narrativa política interna. Al mismo tiempo que impone plazos a un actor clave del conflicto en Gaza, busca proyectarse como un estadista que merece reconocimiento global.

La noticia pone en perspectiva la forma en que las grandes potencias influyen en la estabilidad de Medio Oriente, una región cuyo equilibrio impacta en la seguridad, la economía y los mercados internacionales de energía.

En medio de la incertidumbre sobre la respuesta de Hamás y la viabilidad del plan de paz, lo que parece claro es que Trump seguirá utilizando un estilo directo, polémico y cargado de declaraciones diseñadas para marcar la agenda global.