La OCDE afirma que la inmigración es clave para la economía de EE.UU.
La OCDE sostiene que la inmigración calificada es esencial para la economía de Estados Unidos, en un contexto de restricciones a visados y falta de mano de obra en tecnología.
Por
AFP
Publicado el 23 de septiembre de 2025
La OCDE considera que la inmigración calificada es un activo crucial para la economía de Estados Unidos, especialmente en sectores tecnológicos donde la mano de obra es insuficiente. Álvaro Pereira, economista jefe del organismo y próximo gobernador del Banco de Portugal, advirtió que las restricciones a visados podrían afectar el crecimiento y la innovación en plena expansión de la inteligencia artificial. La OCDE revisó al alza su previsión de crecimiento global a 3,2 % en 2025, aunque alertó sobre desaceleración e inflación. Pereira también señaló que Europa debe reducir deuda con políticas fiscales equilibradas y reformas estructurales.
La inmigración es un activo “crucial” para la economía estadounidense, afirmó el economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Álvaro Pereira, en entrevista con AFP. Sus declaraciones se dan en un contexto en el que Washington aplica restricciones a los visados en el sector tecnológico y endurece medidas contra inmigrantes irregulares.
Pereira, quien pronto asumirá como gobernador del Banco de Portugal, advirtió que limitar la llegada de profesionales altamente calificados podría impactar negativamente el crecimiento del país.
“Seguir atrayendo personas altamente calificadas de Estados Unidos o de todo el mundo es una ventaja crucial para la economía estadounidense, y esto se intensificará con el auge de la inteligencia artificial, ya que existe fundamentalmente una importante escasez de mano de obra en el sector tecnológico”.
Álvaro Pereira, jede de la OCDE
Según el economista, Estados Unidos y Alemania son actualmente los países de la OCDE que enfrentan las mayores carencias laborales en sectores tecnológicos avanzados. La reducción en la fuerza laboral, apuntó, tendrá un efecto directo en el Producto Interno Bruto (PIB).

Un crecimiento global revisado al alza
La OCDE, con sede en París, revisó este martes al alza sus previsiones de crecimiento global para 2025, situándolas en 3,2 %. La mejora, sin embargo, no elimina las señales de desaceleración que persisten en la economía internacional.
Pereira recalcó que el impacto de los aranceles aplicados por Estados Unidos sobre sus socios comerciales aún no se refleja completamente en el panorama global.
“El impacto de los aranceles tarda más en sentirse en la economía, en parte porque muchas empresas en numerosos países anticiparon estos aranceles antes de su entrada en vigor. Decidieron actuar y exportar a Estados Unidos y otros países para evitar estos aranceles”, explicó.
El resultado de esas decisiones fue un alivio temporal para algunos sectores, pero las consecuencias de fondo comienzan a manifestarse en un menor ritmo de crecimiento y en una inflación más elevada de lo previsto inicialmente.
“Generalmente, cuando la economía va muy bien, el crecimiento suele situarse en torno al 4 %, así que estamos lejos de eso”, puntualizó Pereira.
Restricciones migratorias y riesgos para la innovación
El auge de la inteligencia artificial y de la economía digital acentúa la necesidad de talento especializado, un recurso que, según la OCDE, no puede satisfacerse únicamente con la mano de obra local.
Para Pereira, las restricciones a visados en sectores estratégicos como la tecnología representan un riesgo para la capacidad de Estados Unidos de mantener su liderazgo en innovación y productividad.
Aseguró que las limitaciones actuales podrían convertirse en un freno para la expansión de industrias que dependen del conocimiento avanzado, especialmente cuando la demanda de trabajadores supera con creces la oferta disponible en el mercado interno.

Debate europeo sobre la carga fiscal
La entrevista con AFP también abordó el debate en Europa acerca de la posibilidad de aplicar impuestos específicos a los patrimonios más altos como mecanismo para sanear las cuentas públicas.
Pereira consideró que más que recurrir a un gravamen puntual, los países deben definir estrategias fiscales integrales que incluyan ajustes en la tributación y recortes en el gasto público.
“Más que hablar de un impuesto específico, lo importante es determinar qué tipo de política se puede implementar en materia fiscal y de recorte de gastos para alcanzar un nivel de deuda más bajo”, indicó.
En ese sentido, recordó que cada nación tiene opciones distintas para avanzar en esa dirección. “Algunos países piensan que debe ser a través del IVA, otros con el impuesto sobre la renta. Otros piensan en otros impuestos, otros en una reducción del gasto. Hay muchas maneras de hacerlo”, apuntó.
Competitividad europea
El economista advirtió también que la competitividad de Europa depende en gran parte de mantener un entorno atractivo para las inversiones.
“Si Europa está más regulada que otras regiones del mundo, si Europa ofrece un entorno empresarial menos favorable, si Europa impone impuestos más altos… Esto significa que los empresarios, en lugar de invertir en Europa, irán a otra parte. Es por ello que insisto en la necesidad de realizar reformas”, agregó.
Reformas estructurales y perspectivas
La OCDE insiste en que reducir la deuda pública debe ser una prioridad para garantizar estabilidad y credibilidad en los mercados financieros internacionales.
Según Pereira, esta meta exige disciplina tanto en el manejo de ingresos como en el control del gasto, y debe estar acompañada de reformas estructurales que permitan a Europa competir en igualdad de condiciones con otras regiones.
Para el organismo, el momento actual combina oportunidades y desafíos. La proyección de crecimiento global al 3,2 % en 2025 es una señal positiva, pero la persistencia de tensiones comerciales, las restricciones migratorias y la falta de reformas profundas podrían limitar la capacidad de la economía mundial para alcanzar un desarrollo sostenido.
En el caso de Estados Unidos, la inmigración se coloca en el centro del debate, no solo como un tema social o político, sino como un factor determinante para el desempeño económico a largo plazo.
Las decisiones que adopte Washington en relación con la atracción y retención de talento extranjero serán, según la OCDE, un elemento clave para definir la competitividad del país en un escenario global cada vez más dependiente de la innovación y la tecnología.
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