Kylei Brown, de 12 años, de Indiana, disfrutaba de sus vacaciones a inicios de junio junto a su familia en las playas de Florida, repentinamente, cuando se preparaban para uno de sus paseos despertó con un fuerte dolor en la parte baja de la pierna derecha.
La adolescente había pasado el día jugando en la playa, dijo su madre Michelle Brown. Tras el malestar de Kylei, su familia pensó que se trataba de un calambre por lo que siguieron sus vacaciones según lo planificado.
Un día después, el dolor era más intenso, la pierna de Kylei estaba inflamada, le dio fiebre y no podía caminar. Kelei fue llevada al hospital Riley Hospital for Children donde los médicos señalaron que tenía una infección en su pierna, provocada por una bacteria, conocida como fascitis necrotizante.
La fascitis necrotizante es una infección de tipo bacteriana que se alimenta de la carne y es poco común, de no ser tratada rapidamente avanza rapidamente por el cuerpo hasta causar la muerte.
Michelle Brown dijo a WXIN que la niña fue operada de emergencia. “La infección se estaba moviendo muy rápidamente. Si no fuera por las respuestas rápidas y los tratamientos agresivos, no la tendría”, agregó.
Preocupada porque más familias puedan pasar por lo mismo Michelle publicó en su perfil de Facebook el relato de lo que le ocurrió a su hija y donde explica que al poco tiempo la infección había pasado de la pantorrilla al muslo.
Keley fue sometida a tres cirugías, después de una semana en el hospital sometida a estudios y tratamientos fuertes ha podido ir a casa donde aún continúa con sus antibióticos y cuidados especiales. También ha iniciado un proceso de terapias.
Según el Group A Streptococcal (GAS) Disease, la fascitis necrotizante es producida por los estreptococos del grupo A, los cuales entran al cuerpo a través de aberturas en la piel, como una herida, quemaduraz, picadas de insectos, raspones, heridas punzantes o quirúrgicas.
La madre de Keily, dijo a través de Facebook que era posible que la bacteria hubiera entrado al cuerpo de su hija mediante un golpe o raspadura que tuvo días previos a sus vacaciones mientras jugaba en una patineta.