El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua eliminó ayer las posibilidades de la oposición de competir en las elecciones del 7 de noviembre.
Tras esta movida, el oficialismo nicaragüense tiene allanado el camino para ir a unas elecciones sin competencia.
Ayer, el Consejo Supremo Electoral (CSE) canceló la personería de una de las agrupaciones de oposición, el Partido de Restauración Democrática (PRD).
Bajo esta bandera, iba a correr la plataforma opositora Coalición Nacional en los comicios generales, pero tras la decisión del CSE se ha cerrado esta puerta.
Esta cancelación se da un día después de que pastores evangélicos presentaran un recurso de impugnación contra esta alianza entre el PRD y la Coalición Nacional.
La entidad electoral, controlada por los sandinistas, declaró “la cancelación de personalidad jurídica del partido político” PRD, dijo a periodistas el presidente y representante legal de ese colectivo, Saturtino Cerrato.
“Vinieron a dejarme una cédula de notificación (del CSE) y dice que resuelve único cancelar la personería jurídica del Partido de Restauración Democrática”, indicó Cerrato.
Al respecto, este opositor explicó que “esas decisiones son inapelables”.
El dirigente político atribuyó la medida a la impugnación contra su partido hecha en la víspera por “supuestos pastores” evangélicos que se presentaron a la sede del Poder Electoral.
Un grupo de evangélicos pertenecientes a distintas iglesias recurrieron el lunes ante el Poder Electoral para impugnar cualquier tipo de alianzas con otros grupos opositores y reformas a los estatutos que haga el PRD, después que ese colectivo confirmara el fin de semana una alianza con movimientos políticos.
“Que yo sepa una persona civil y natural no puede impugnar un partido político. Ellos ni siquiera son miembros del PRD”, señaló Cerrato.
Un golpe de la pareja presidencial
Pese a las especulaciones de que la cancelación de la personería jurídica del PRD son provenientes de otros sectores de la oposición nicaragüense, para la exguerrillera sandinista Dora María Téllez la decisión del CSE, controlado por el oficialismo, es una orden del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
“Ortega lo que quiere hacer es sacar a la oposición del juego electoral, porque sabe que esa oposición lo puede derrotar”, indicó Téllez, actualmente crítica del mandatario y líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
A juicio de la exguerrillera, “Ortega quiere estar en la boleta electoral solo con su esposa” como compañera de fórmula, para no tener competencia.
“Es una dictadura atemorizada. La Coalición Nacional es una fuerza y esa decisión evidencia del terror de la dictadura”, señaló Téllez.
En los últimos años, el gobierno de Ortega ha sufrido un enorme desgaste por el estallido social y por la dura represión con la que ha enfrentado a las masivas protestas en las principales ciudades del país.
¿Elecciones ilegítimas?
Para Téllez, la cancelación del PRD “ilegitima las elecciones a nivel internacional”, debido a que “se purga a sectores completos de la oposición”.
La variopinta Coalición Nacional está conformada por el PRD y el indígena Yatama que se encuentra suspendido, además de las organizaciones Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), Unidad Nacional Azul y Blanco -que incluye a disidentes sandinistas-, y el Movimiento Campesino.
Los representantes de Yatama y del Movimiento Campesino han guardado distancia de la Coalición durante este mes.
La oposición nicaragüense no logró registrar una alianza electoral para disputarle el poder al presidente Ortega en los próximos comicios, lo que había abierto las puertas a dos opciones: recurrir al “voto útil” o que surja una tercera vía.
La abstención es el otro fantasma que recorre el ambiente político luego que fracasara la alianza electoral entre los dos principales bloques opositores.
Los opositores, que se encuentran fragmentados, buscan cómo derrotar a los sandinistas, dirigidos por Daniel Ortega, de 75 años, y su esposa.
El 10 de enero, el líder del sandinismo cumplió 14 años consecutivos en su segunda etapa como presidente de Nicaragua, tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990.