La catedral de Lima se volvió el domingo una enorme galería fotográfica con imágenes de 6,500 muertos por COVID-19 en Perú para celebrar una misa de honras, sin público por razones de bioseguridad, cuando el país cumple 91 días confinado por la pandemia.
El arzobispo de Lima, Carlos Castillo, pidió recordar a los que murieron contagiados por el nuevo coronavirus y advirtió del riesgo de más muertes por el hambre, durante la ceremonia, constató un fotógrafo de la AFP.
“Sería terrible que los muertos que vengan no sean por el coronaviris, sino por el hambre”, dijo el prelado tras pedir orar por la memoria de las víctimas en la misa que fue transmitida en directo por la estatal TV Perú.
“Se vienen momentos más duros todavía”, alertó en tácita alusión al desempleo en que han caído miles de peruanos por las 13 semanas de confinamiento.
El ministerio de Economía estima en dos millones la cifra de desempleados por el cierre de negocios por la pandemia, en un país con 70% de economía informal.
Todas las bancas y muros de la catedral lucían fotos con el nombre de los muertos por el nuevo coronavirus.