Lula da Silva confirma que irá por un cuarto mandato en Brasil
El actual presidente de Brasil ya anunció oficialmente su intención de competir en las elecciones de 2026, mientras el bolsonarismo navega sin rumbo claro
Luiz Inácio Lula da Silva, actual presidente de Brasil, ya puso sobre la mesa sus cartas para las elecciones de 2026. A sus casi 80 años, el histórico líder del Partido de los Trabajadores (PT) confirmó este jueves su intención de buscar un cuarto mandato presidencial, en un escenario político marcado por la ausencia de una figura clara en la derecha tras la condena judicial del exmandatario Jair Bolsonaro.
La noticia se dio en un contexto poco convencional. Durante una declaración conjunta con el presidente de Indonesia, Prabowo Subianto, Lula soltó la bomba: “Voy a cumplir 80 años, pero pueden estar seguros de que tengo la misma energía que cuando tenía 30. Y voy a disputar un cuarto mandato en Brasil”, dijo desde Yakarta, en medio de una gira diplomática por el Sudeste Asiático.
Aunque en meses anteriores ya había insinuado sus planes, esta es la primera vez que lo hace de manera directa y pública. “Mi mandato termina en 2026, pero estoy preparado para disputar otras elecciones”, agregó el mandatario, dejando claro que su figura seguirá marcando el ritmo de la política brasileña.
Una carrera política sin precedentes
De lograr la victoria en 2026, Lula se convertiría en el primer presidente brasileño en gobernar por cuatro periodos. Ya estuvo al frente del país entre 2003 y 2010, y volvió al poder en enero de 2023 tras derrotar a Jair Bolsonaro en una reñida elección que dejó al país dividido.

Antes de su primer triunfo, Lula compitió tres veces por la presidencia sin éxito, y en 2018 intentó postularse nuevamente, pero una condena por corrupción lo dejó fuera de la contienda. Estuvo preso durante 580 días, hasta que la Corte Suprema anuló su sentencia.
Ahora, con su liderazgo consolidado en el campo progresista y sin figuras de peso que lo desafíen dentro del PT, Lula se proyecta como el favorito para mantenerse en el cargo.
La derecha sin Bolsonaro
Mientras Lula ya se alista para otra campaña, el escenario en la derecha es bastante más incierto. Jair Bolsonaro, el principal rival del actual presidente, fue condenado a 27 años de prisión por intentar revertir el resultado de las elecciones de 2022. Desde el 4 de agosto, se encuentra en prisión domiciliaria por riesgo de fuga y sospechas de haber obstruido el proceso judicial en su contra.
Con Bolsonaro fuera del juego electoral, la pregunta que ronda en los círculos políticos brasileños es: ¿quién tomará la posta del bolsonarismo?
Uno de los nombres que más sonaba era Tarcísio de Freitas, exministro de Bolsonaro y actual gobernador de São Paulo. Sin embargo, ha reiterado su intención de buscar la reelección en su estado, alejándose de una posible campaña presidencial.
Otros dos gobernadores que sí muestran interés son Romeu Zema, de Minas Gerais, y Carlos Roberto Massa, más conocido como Ratinho Jr., del estado de Paraná. Aunque tienen intenciones claras, analistas dudan de su capacidad para generar un arrastre a nivel nacional.
¿Una familia presidencial?
Frente a este vacío, algunos sectores apuestan por mantener vivo el apellido Bolsonaro en las urnas. La exprimera dama Michelle Bolsonaro es vista como una opción viable, sobre todo por su fuerte conexión con el electorado evangélico, un bloque decisivo en Brasil.
También se barajan las candidaturas de los hijos del expresidente: el diputado Eduardo y el senador Flávio. No obstante, la situación de Eduardo es delicada. Desde marzo se encuentra en Estados Unidos y está bajo investigación por, supuestamente, interferir en el juicio contra su padre con apoyo de figuras del entorno del presidente Donald Trump.
La oposición aún no se reorganiza
Fuera del universo bolsonarista, hay otros nombres que suenan, aunque con menos fuerza. Uno de ellos es Ciro Gomes, quien compitió en las presidenciales de 2022 y recientemente volvió al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), hoy con una línea más inclinada hacia la derecha. No obstante, él mismo ha dejado entrever que no tiene planes de lanzarse nuevamente a la presidencia.
Así, con Lula ya en campaña y la derecha aún sin brújula, el tablero político brasileño empieza a moverse de cara a las elecciones generales del 4 de octubre de 2026. Faltan casi un año, pero la carrera ya comenzó.
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