Las autoridades de Nueva Zelanda han puesto en marcha una investigación sobre la erupción del volcán Whakaari, que podría haber acabado con la vida de al menos 14 de las 47 personas, en su mayoría turistas, que se encontraban en la isla deshabitada del noreste del país en el momento de la tragedia.
Hasta ahora se ha confirmado la muerte de seis personas, pero las autoridades aseguran que hay “fuertes indicios” del fallecimiento de otras ocho que permanecen desaparecidas.
La última víctima mortal fue confirmada a última hora y se trataba de uno de los 31 heridos hospitalizados por quemaduras, de los que casi una veintena se encuentran en condición grave.
De momento, las autoridades no han difundido las identidades de las víctimas pero si se han transcendido sus nacionalidades: una es malasia y otra neozelandesa, mientras que el primer ministro de Australia, Scott Morrison, dijo que cree que el resto de las víctimas mortales son australianos.
El White Island (Isla Blanca) está a unos 50 kilómetros de la costa turística de bahía de Plenty y resulta un destino de aventura para multitud de turistas, quienes ataviados con cascos de seguridad y mascarilla de gas se adentran a sus territorios.
Este es el volcán más activo del archipiélago neozelandés, según la agencia gubernamental GeoNet. A pesar de las frecuentes erupciones de los últimos 50 años es visitado por 10,000 turistas. Este año se trasladó en avión un contenedor de 2.4 toneladas hasta la isla para que fuera usado como refugio en caso de erupción, pero la erupción ocurrida este lunes tomó por sorpresa a los habitantes y turistas.
Expertos geólogos aseguran que este es un claro ejemplo de la peligrosidad de los volcanes porque ninguno puede considerarse “muerto” y todos presentan un peligro latente en distintas intensidades.
Los volcanes más peligrosos del mundo
1. El primero en la lista es el Vesubio, situado en la costa italiana próxima a la ciudad de Nápoles. El coloso sepultó a las ciudades de Pompeya y Herculano en el siglo I d.C; actualmente se encuentra “en reposo”, pero expertos aseguran que su nivel de peligrosidad es alto porque luego de estar tanto tiempo inactivo presenta un riesgo potencialmente destructivo mucho mayor.
Tiene una altura de 1,281 metros y es uno de los más conocidos en el mundo, la última erupción ocurrió en marzo de 1944.