Ghislaine y la "oscura historia" detrás del apellido Maxwell que se vuelve a repetir

Robert Maxwell tuvo un fatal desenlace por su vida fraudulenta, aunque nunca estuvo en la cárcel a diferencia de su hija que fue condenada ayer.

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Ghislaine Maxwell niega recordar o rechaza todas las alusiones a su papel de colaboradora en la red de abuso de decenas de menores por parte de Epstein. Foto AFP

Por S. López

2021-12-30 5:54:49

Prestigio y alcurnia dos conceptos ligados al apellido Maxwell; sin embargo como una dicotomía de la vida, también cuenta con un pasado oscuro el cual envolvió al patriarca de la familia y a su descendencia.

Las actividades fraudulentas no son un tema desconocido para la familia Maxwell. Robert, padre de Ghislaine escandalizó a toda Inglaterra.

Hijo de campesinos judíos eslovacos asesinados por los nazis, se unió a la resistencia a los 16 años y acabó incorporándose al ejército británico, que le dio su nombre.

Llegó a Gran Bretaña en 1940 sin un centavo y creó uno de los grupos de prensa y comunicación más grandes del mundo.

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En distintos momentos, se ha sospechado que trabajaba para los servicios secretos británicos, israelíes y soviéticos.

En su momento de máxima gloria, en la década de los ochenta, llegó a emplear a 16,000 personas en su conglomerado empresarial, que incluía al grupo británico Mirror, la editorial estadounidense MacMillan y las escuelas de idiomas y publicaciones Berlitz.

Diputado laborista de 1964 a 1974, figura autoritaria y cacique con métodos controvertidos, frecuentó a las grandes figuras políticas de la época como Reagan, Bush padre y Gorbachov.

"Podía ser extremadamente encantador pero también verbalmente muy brutal. A veces, tiránico", recordaba su hijo y colaborador Kevin Maxwell.

Su vida acabó de forma abrupta, al caerse de su yate, el Lady Ghislaine --en honor a su querida hija-- y ahogarse frente a las Islas Canarias en noviembre de 1991.

Nunca se supo qué había ocurrido realmente: ¿suicidio? ¿accidente? ¿asesinato? Para Ghislaine, "no se suicidó": "No encaja con su personalidad", explicó a la revista Hello en 1997. "Fue asesinado".

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Su muerte dejó al descubierto un agujero de más de 400 millones de libras en los fondos de jubilación de sus empleados, utilizados para rescatar a las empresas deficitarias de su imperio.

Para la familia, este fue el segundo golpe y el inicio de un brutal descenso a los infiernos: en un mes, "Bob" pasó de ser un genio de los negocios a un estafador.

El delito y sus hermanos

Dos de los hijos de Maxwell trabajaron de cerca con él, Ian y Kevin, este último número dos en el imperio de su padre.

Ambos debieron rendir cuentas en su lugar después de su muerte, durante un largo juicio por complicidad en fraude.

Después de haber pasado una juventud dorada e insolente en la City, Kevin entró en la historia judicial como responsable de la mayor quiebra de Gran Bretaña, valorada en 406 millones de libras.

Obligado a vender su casa en Chelsea, un distrito exclusivo de Londres, se retiró con su mujer Pandora y sus cuatro hijos a su cabaña cerca de Oxford.

En el juicio, la esposa declaró que Kevin  se estaba planteando dejar el negocio justo antes de la muerte del patriarca por los frecuentes enfrentamientos que tenía con su padre. "Quería ser libre y permitirnos vivir una existencia más normal".