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Rescatistas ayudan a evacuar a familias en zonas anegadas de Sumatra, tras las inundaciones que dejaron cientos de víctimas.

Más de mil muertos por inundaciones que golpean Asia

Más de mil muertos dejan las inundaciones en Asia, una tragedia que revela la fragilidad regional y la urgencia de mejorar la respuesta ante desastres.

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Por AFP
Publicado el 01 de diciembre de 2025

 

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Las inundaciones en el sur y sureste de Asia dejaron más de mil muertos y cientos de desaparecidos en Indonesia, Sri Lanka, Tailandia y Malasia. Sumatra registró el mayor impacto, con crecidas repentinas que arrasaron viviendas y dejaron comunidades incomunicadas. En Sri Lanka, las autoridades declararon el estado de emergencia y pidieron ayuda internacional tras más de 300 fallecidos y numerosos aludes. Tailandia reportó 176 muertos y enfrentó críticas por su respuesta, mientras que Malasia confirmó dos víctimas. La región vive su temporada monzónica, intensificada por el cambio climático, que está generando lluvias más fuertes y desastres cada vez más severos.

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Las inundaciones que afectaron Sri Lanka, Indonesia, Tailandia y Malasia dejan más de mil fallecidos y cientos de desaparecidos, en uno de los episodios más severos de los últimos años en el sur y sureste de Asia. 

El impacto fue especialmente devastador en zonas rurales de Sumatra y regiones montañosas de Sri Lanka, donde los desbordes repentinos y los deslizamientos arrasaron viviendas, cultivos y carreteras. El evento vuelve a poner en evidencia cómo las lluvias intensas están aumentando en frecuencia y potencia en regiones ya vulnerables.

En Indonesia, la isla de Sumatra registró el mayor número de víctimas. Las autoridades anunciaron que el balance subió a 593 muertos y 468 desaparecidos. En Aceh Norte, la población vivió escenas de pánico cuando las aguas crecieron sin aviso. “El agua me llegaba hasta el cuello”, dijo Misbahul Munir, de 28 años, quien perdió casi todas sus pertenencias. “Solo me queda la ropa que llevo puesta”, añadió antes de quebrarse.

Otros habitantes describieron crecidas violentas que sorprendieron incluso a las comunidades acostumbradas a temporadas de lluvia. “La llegada de las aguas fue como una ola de tsunami imparable”, relató Zamzami, un vecino de 33 años. 

Las carreteras inutilizadas por el lodo dificultaron el acceso de los equipos de rescate, obligando al gobierno a enviar aviones, helicópteros y tres buques militares. El presidente indonesio, Prabowo Subianto, aseguró que “la prioridad del gobierno ahora es enviar la ayuda necesaria”, en medio de la presión para declarar estado de emergencia.

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Un helicóptero militar traslada a afectados desde una zona completamente inundada, en medio de las operaciones de rescate en Asia.
Un helicóptero militar traslada a afectados desde una zona completamente inundada, en medio de las operaciones de rescate en Asia. Foto: AFP

Sri Lanka y Tailandia buscan recuperarse en medio del caos

Sri Lanka enfrenta una situación igualmente crítica. Al menos 335 personas murieron y 366 siguen desaparecidas tras las inundaciones y aludes que golpearon distintos puntos del país. Las autoridades activaron helicópteros militares para evacuar a las familias aisladas y solicitaron ayuda internacional ante la magnitud del desastre.

En un campamento temporal, Dinusha Sanjaya, de 37 años, contó que no imaginó que la situación sería tan grave. “No fue solo la cantidad de lluvia que cayó, sino sobre todo la velocidad con la que cubrió todo”, dijo este repartidor, rodeado de vecinos que también debieron evacuar. 

Con el descenso del nivel del agua en Colombo, algunos comercios empezaron a abrir, aunque persisten amplios daños en zonas rurales. En Ma Oya, Hasitha Wijewardena relató que, aunque el agua retrocedió, “la casa está llena de lodo”.

El presidente Anura Kumara Dissanayake declaró el estado de emergencia y prometió reconstruir las zonas devastadas. “Estamos enfrentando el mayor y más difícil desastre natural de nuestra historia”, afirmó, asegurando que “sin duda construiremos un país mejor del que existía antes”. Esta tragedia es considerada la mayor desde el tsunami de 2004, que dejó unas 31.000 víctimas.

En Tailandia, las inundaciones han dejado 176 muertos en lo que las autoridades califican como uno de los peores fenómenos climáticos en una década. La población criticó la lenta respuesta oficial y dos funcionarios fueron suspendidos por fallas en la gestión. Helicópteros militares trasladaron alimentos a comunidades aisladas, aunque un aparato se estrelló al norte de Colombo mientras apoyaba las labores de emergencia.

En Malasia, el estado de Perlis reportó dos fallecidos por inundaciones repentinas que afectaron comunidades agrícolas y caminos locales.

Una vista panorámica muestra extensas áreas inundadas en Sumatra, donde comunidades enteras quedaron rodeadas por agua y lodo tras las lluvias torrenciales.
Una vista panorámica muestra extensas áreas inundadas en Sumatra, donde comunidades enteras quedaron rodeadas por agua y lodo tras las lluvias torrenciales. Foto: AFP

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Una región en alerta permanente ante el impacto del clima

Gran parte de Asia atraviesa su temporada monzónica, un periodo que suele traer lluvias intensas y riesgos de desbordes. Sin embargo, el cambio climático está intensificando estos episodios, ya que una atmósfera más cálida retiene más humedad y favorece lluvias más abundantes en lapsos cortos.

Mientras continúan las labores de rescate y apoyo humanitario, la región encara semanas decisivas. Las inundaciones no solo dejaron destrucción, sino también una llamada de atención que atraviesa fronteras: adaptarse al clima cambiante ya no es una opción futura, sino una necesidad inmediata.

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