El vecindario de Windsor Mill, en Maryland, Estados Unidos, vivió quizás el más brutal crimen en su historia cuando un vecino baleó y acuchilló hasta la muerte al salvadoreño Ismael Quintanilla, de 41 de años, y su esposa la peruana Sara Alacote, de 37.
Corría la madrugada del 8 de mayo cuando Everton Brown ingresó a la vivienda de la pareja, apuñaló y disparó a Quintanilla, luego baleó a Alacote cuando intentaba huir de la casa.
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Anthony Quintanilla, el hijo de la pareja asesinada, narró que antes del ataque escuchó tres disparos y una explosión, luego Brown forzó la entrada.
Después, según la policía, Brown abrió fuego contra dos vecinos, asesinó a Sagar Ghimire, de 24 años, y la otra persona está recuperándose de las lesiones en un hospital.
Tras los ataques, Brown prendió en llamas su residencia y el incendio se extendió en las casas aledañas.
“La última cosa que escuché de mi papá llorando y diciendo en inglés, ‘no dañes a mi familia por favor’”, contó Anthony, informaron medio locales como Telemundo.
Las llamadas de otros vecinos por los disparos y el fuego alertaron a la policía.
El primer oficial en llegar al lugar encontró a Brown en el estacionamiento, le ordenó que soltara el arma que portaba, pero el sospechoso no hizo caso. Entonces, el policía disparó, hirió a Brown y este fue conducido a un hospital, donde más tarde falleció.
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Se desconoce qué motivó a Brown a cometer estos asesinatos, los detectives que siguen el caso creen que el asesino tuvo problemas con las víctimas y con otros residentes de la zona. Además de un arma, encontraron en sus autos explosivos caseros y un cuchillo de gran tamaño.
“¿Por qué le quitaron la vida así tan cruelmente? Que le disparen a mi cuñado, que lo acuchillen.. eso es horrible y lo que más me da es que mi sobrino haya visto esto”, dijo Juana Alacote, hermana de Sara, en el lugar del homicidio..
Luis Alacote, hermano de Sara, contó que Ismael tenía la intención de vender esa casa y mudarse de ese vecindario, en el que vivían desde el 2017.