Cierre del Gobierno en EE. UU. provoca despidos, retrasos y riesgo para el pago militar

El Gobierno federal de Estados Unidos cumple once días de cierre y ya muestra sus primeras consecuencias tangibles: despidos de empleados, retrasos en el tráfico aéreo y fronterizo, y la posibilidad de que los militares no reciban su salario a tiempo por primera vez en la historia.

El estancamiento legislativo entre demócratas y republicanos impide alcanzar los 60 votos necesarios para aprobar alguno de los proyectos presupuestarios temporales que reactivarían la administración. El país se encamina así hacia una tercera semana de cierre, vigente desde el 1 de octubre, mientras las negociaciones siguen bloqueadas por diferencias sobre los subsidios del programa sanitario “Obamacare”.

El Senado no retomará sesiones hasta el martes 14 de octubre, cuando se someterá a votación por octava vez la propuesta republicana de financiamiento temporal.

La Casa Blanca inicia los primeros despidos

El viernes, la Administración de Donald Trump ordenó los primeros despidos bajo el marco del cierre parcial. “Los RIFs (reducciones forzadas de personal) han comenzado”, publicó en X Russell Vought, director de la Oficina de Administración y Presupuesto.

Según explicó el Gobierno, las cesantías responden al objetivo de eliminar puestos “que no encajan con las prioridades” y reducir el gasto público. En cierres anteriores, los empleados fueron suspendidos temporalmente, pero ahora los recortes son permanentes.

En declaraciones desde el Despacho Oval, Trump afirmó que su administración está “eliminando puestos y gente que los demócratas quieren”, insistiendo en que las reducciones están “orientadas a los demócratas” y serán “muchas”.

Afectaciones en aeropuertos y cruces fronterizos

La falta de fondos también ha provocado ausentismo y retrasos en sectores esenciales. En los principales aeropuertos de Boston, Chicago y Las Vegas, la escasez de controladores aéreos está generando demoras significativas en los vuelos.

Aunque los empleados de aviación son considerados esenciales y deben continuar trabajando sin recibir salario, en los últimos días ha aumentado el número de bajas médicas y personales, agravando los problemas operativos.

En la frontera sur, los cruces entre Ciudad Juárez (México) y El Paso (EE. UU.) sufren largas filas de vehículos debido a la reducción del personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Este retraso afecta tanto a trabajadores y turistas como al transporte de mercancías entre ambos países.

El salario de las tropas, en riesgo histórico

Uno de los mayores puntos de fricción política se centra ahora en el pago de los militares. Más de 1,3 millones de miembros de las Fuerzas Armadas estadounidenses deberían recibir su salario la próxima semana, pero el cierre pone esa obligación en riesgo.

Si no se alcanza un acuerdo antes del miércoles, los militares podrían no recibir sus sueldos a tiempo por primera vez en la historia del país.

Las congresistas Emilia Sykes (demócrata, Ohio) y Jen Kiggans (republicana, Virginia) presentaron propuestas separadas para garantizar los pagos a las tropas, aunque ninguna fue debatida antes del receso legislativo por el fin de semana largo.

Además, los principales museos de Washington cerrarán este domingo sus puertas al público por falta de fondos, sumándose a la lista de servicios interrumpidos por la clausura del Gobierno.

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Escalada de tensiones políticas

Las consecuencias del cierre están elevando la presión entre ambos partidos, que se acusan mutuamente del estancamiento. Mientras los republicanos exigen recortes y cambios en los programas sociales, los demócratas presionan por mantener los subsidios y reabrir el Gobierno cuanto antes.

Con cada día que pasa, la parálisis federal se traduce en más despidos, demoras y pérdidas económicas, sin señales claras de que el bloqueo político llegue a su fin.