Mientras las estatuas de traficantes de esclavosy figuras colonialistas son derribadas con ira en el mundo, la ciudad francesa de Burdeos, antiguo puerto esclavista, intenta informar al público con una estrategia diferente.
La ciudad, en el suroeste francés, ha trabajado durante años sobre su pasado esclavista, y esta semana fijó en cinco calles nuevas placas en que los nombres de traficantes de esclavos están acompañados de una contextualización histórica.
“Seguramente esto resuena por la actualidad, en momentos en que derriban estatuas en todo el mundo”, señaló a la AFP Marik Fetouh, vicealcalde bordelés, encargado de igualdad y lucha contra la discriminación.