Trump y Putin preparan reunión en Budapest para discutir la paz
Tras una llamada de más de dos horas, Trump y Putin anunciaron una próxima cumbre en Budapest, con la guerra en Ucrania como tema central de las conversaciones.
Por
AFP
Publicado el 16 de octubre de 2025
Donald Trump anunció que se reunirá con Vladimir Putin en Budapest tras una llamada de más de dos horas calificada como “franca y de confianza”. Ambos líderes buscan explorar una salida al conflicto entre Rusia y Ucrania. La cumbre será precedida por reuniones de alto nivel encabezadas por el secretario de Estado Marco Rubio. Mientras Kiev insiste en recibir misiles Tomahawk y refuerza sus defensas ante nuevos ataques rusos, Moscú advierte que el envío de esas armas sería una “escalada”. El encuentro genera expectativas moderadas, pero representa un intento de retomar el diálogo entre Washington y Moscú.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que se reunirá próximamente con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Budapest, Hungría. El anuncio se produjo tras una conversación telefónica de más de dos horas y media, descrita por ambas partes como “franca y llena de confianza”. Según el Kremlin, la iniciativa de la llamada partió de Moscú y permitió “grandes progresos” en temas bilaterales y de seguridad global.
Trump comunicó la noticia a través de su red Truth Social, sin precisar la fecha exacta del encuentro. “La próxima semana se celebrará una reunión de nuestros asesores de alto nivel”, señaló el mandatario, adelantando que el secretario de Estado, Marco Rubio, encabezará la delegación estadounidense en las conversaciones preparatorias.
Por su parte, Putin destacó el carácter “sustantivo” del diálogo y subrayó que ambos países buscan explorar caminos que conduzcan a una reducción de tensiones. En palabras del propio Trump, la meta de la cumbre será “ver si podemos poner fin a esta guerra sin gloria entre Rusia y Ucrania”.
El anuncio fue bien recibido por el primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien celebró la noticia como “un paso alentador para los amantes de la paz”.

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Expectativas moderadas ante una nueva ronda de negociaciones
El encuentro de Budapest será el primero entre Trump y Putin desde agosto pasado, cuando ambos se reunieron en una base militar en Alaska sin alcanzar avances concretos sobre el conflicto iniciado por la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
Esta vez, la cita llega en un momento especialmente delicado. Ucrania ha solicitado a Washington la entrega de misiles Tomahawk, capaces de alcanzar objetivos dentro del territorio ruso. Moscú ha advertido que ese posible envío representaría una “escalada” y podría afectar gravemente las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
Mientras tanto, el gobierno ucraniano insiste en reforzar sus defensas antiaéreas ante los ataques rusos a infraestructura energética. La fuerza aérea de Kiev reportó en las últimas horas el lanzamiento de 320 drones y 37 misiles por parte de Rusia, de los cuales más de 280 fueron interceptados. Sin embargo, el daño a las redes eléctricas sigue siendo significativo y genera preocupación de cara al invierno.
Trump, por ahora, ha mantenido en suspenso su decisión sobre los Tomahawk. “Ucrania quiere pasar al ataque, voy a tomar una decisión al respecto”, declaró antes de la visita del presidente Volodimir Zelenski a Washington.

Un equilibrio frágil entre la diplomacia y la presión militar
Analistas internacionales observan la reunión de Budapest con una mezcla de cautela y esperanza. Algunos consideran que podría abrir un nuevo canal de comunicación entre Washington y Moscú, mientras otros temen que solo sirva como una muestra simbólica sin efectos reales sobre el terreno.
Trump, que en varias ocasiones se ha mostrado crítico de la prolongación del conflicto, reconoció esta semana sentirse “muy decepcionado” con Putin, aunque sigue evitando imponer medidas adicionales a Rusia. Sus declaraciones recientes como afirmar que Ucrania podría ganar la guerra han generado interpretaciones encontradas sobre su estrategia.
Desde Kiev, la embajadora ucraniana en Washington, Olga Stefanishina, lamentó que “Rusia eligió los misiles por delante del diálogo”, subrayando que su país sigue apostando por la diplomacia, pero sin dejar de prepararse para defenderse.
Putin, por su parte, ha insistido en que la entrega de armamento de largo alcance a Ucrania dificultará cualquier esfuerzo de negociación. Sin embargo, el Kremlin se muestra dispuesto a mantener abiertas las líneas de comunicación, especialmente con mediadores como Hungría, que ha buscado posicionarse como puente entre Oriente y Occidente.
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Un gesto diplomático con impacto global
El eventual encuentro en Budapest podría tener implicaciones más amplias que el conflicto ucraniano. Expertos señalan que una cumbre entre las dos potencias podría reconfigurar las relaciones de seguridad en Europa y reabrir el debate sobre la arquitectura internacional de defensa.
Para Estados Unidos, el reto será equilibrar el respaldo a Ucrania con la búsqueda de una salida diplomática que evite una mayor escalada con Rusia. Para Moscú, el desafío radica en demostrar disposición al diálogo sin proyectar debilidad ante su propio electorado.
Aunque las expectativas son moderadas, el simple hecho de que ambos líderes vuelvan a sentarse a dialogar ya marca un cambio de tono respecto a meses anteriores. En palabras del primer ministro húngaro, “cada conversación que acerque la paz es una victoria en sí misma”.
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