Trump asegura que las redadas migratorias “no han ido lo suficientemente lejos” en EE. UU.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que las redadas de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) “no han ido lo suficientemente lejos”, durante una entrevista emitida el domingo por el programa 60 Minutes de CBS. En sus declaraciones, el mandatario defendió el uso de la fuerza en los operativos y acusó a “jueces liberales” de obstaculizar las deportaciones masivas.

“Creo que no han ido lo suficientemente lejos”, dijo Trump cuando la periodista Norah O’Donnell le preguntó si las acciones de ICE habían sido excesivas. La conversación fue grabada el viernes y representa su primera entrevista con la cadena desde que alcanzó un acuerdo judicial de 16 millones de dólares con Paramount, empresa propietaria de CBS.

Trump había demandado a la cadena en octubre, alegando un supuesto trato favorable hacia su rival demócrata, la entonces vicepresidenta Kamala Harris, durante la campaña presidencial.

Al ser consultado sobre denuncias de uso de gas lacrimógeno y destrucción de vehículos en vecindarios durante los operativos, el mandatario respondió sin titubeos: “Sí, porque hay que sacar a la gente”.

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Ola de deportaciones y tensiones políticas en ciudades demócratas

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha convertido la inmigración en el eje central de su agenda. Su gobierno ha impulsado una nueva ola de deportaciones masivas, en cumplimiento de una de sus principales promesas de campaña.

Las redadas han provocado protestas y reclamos de organizaciones de derechos humanos en todo el país. Los disturbios se han concentrado en ciudades gobernadas por demócratas, donde la presencia de agentes federales ha sido reforzada.

La administración Trump ha desplegado unidades de la Guardia Nacional para apoyar a los agentes de inmigración y resguardar instalaciones federales. En Los Ángeles, las tropas ya se encuentran operando, mientras que en Portland y Chicago, tribunales federales han bloqueado temporalmente medidas similares.

El presidente argumenta que estas acciones son necesarias para “restablecer el orden” y proteger las fronteras del país. Sus críticos, en cambio, advierten sobre un aumento en los casos de detenciones arbitrarias y separación de familias.

Reacciones y debate sobre el rumbo de la política migratoria

Las declaraciones de Trump reavivaron el debate sobre el enfoque migratorio de su administración. Para algunos sectores conservadores, la estrategia refleja un intento por recuperar el control fronterizo y reducir la migración irregular. Sin embargo, organizaciones humanitarias y defensores de los derechos de los migrantes han calificado las redadas como una “política de miedo” que erosiona la confianza en las instituciones.

Analistas en Washington señalan que el nuevo ciclo de deportaciones podría tensar aún más la relación entre la Casa Blanca y los gobiernos locales, especialmente en las denominadas ciudades santuario, donde las autoridades se niegan a colaborar con ICE.

Mientras tanto, comunidades de inmigrantes, incluidas las salvadoreñas radicadas en Estados Unidos, observan con preocupación el endurecimiento de las medidas. En muchos casos, las redadas han afectado a familias con años de residencia y vínculos laborales estables.

Para El Salvador, donde más de dos millones de ciudadanos viven en Estados Unidos, el tema tiene un impacto directo. Las deportaciones no solo alteran la vida de miles de hogares, sino que también pueden afectar el flujo de remesas, uno de los pilares de la economía salvadoreña.

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Un mensaje con eco político

El tono de Trump en 60 Minutes refuerza su imagen de firmeza ante la inmigración, una postura que le ha dado respaldo entre votantes conservadores. Al mismo tiempo, sus comentarios podrían profundizar la división política en un país donde el tema migratorio sigue siendo uno de los más sensibles.

Pese a las críticas, el presidente insiste en que las medidas son necesarias para “defender la ley” y “proteger a los ciudadanos estadounidenses”. El desafío para su administración será mantener ese equilibrio entre seguridad fronteriza y respeto a los derechos humanos, en un escenario de creciente polarización.