Donald Trump es acusado de “incitar a la insurrección” tras motivar el asalto al Capitolio de EE. UU.

HISTÓRICO: Trump se convierte en el primer presidente de EE.UU. en ser sometido dos veces a un juicio político. Los demócratas de la Cámara Baja y una decena de republicanos consideran que su retórica promovió la violencia con la que manifestantes fanáticos asaltaron el Congreso.

El Diario de Hoy te explica qué está pasando en Estados Unidos como principal hecho histórico que Donald Trump es el primer presidente de esa nación en afrontar dos juicios políticos

Por Ricardo Avelar

2021-01-13 3:42:50

La Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos votó para acusar formalmente al presidente Donald Trump de incitación a la insurrección, una semana antes de que deje la Casa Blanca.

Con 222 votos, que incluyen a todos los demócratas y 10 republicanos, se manda al presidente Trump a su segundo juicio político, algo que nunca había sucedido en la historia de los Estados Unidos.

Esta acusación se dio después de que los líderes demócratas del Legislativo consideraran que Trump motivó con su retórica la toma violenta del Capitolio que hicieron republicanos radicales, fanáticos de ultraderecha, supremacistas blancos e incluso neonazis el 6 de enero.

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Los fanáticos del presidente llegaron, algunos armados, a intentar detener la certificación legislativa del triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales. Horas atrás, el presidente en un mitin les llamó a “luchar con todo” para defender un triunfo arrollador que no existió o les dijo que van a “perder el país”.

Durante los últimos dos meses, Trump ha sostenido que hubo fraude en las elecciones que perdió y ha afirmado, sin aportar prueba alguna, que ganó la elección.

La toma del Congreso ha sido considerada como un intento de golpe de Estado, pues intentó detener una institución democrática como la elección.

Opciones para la destitución

Desde el mismo día del asalto al Congreso, la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, manifestó que solicitaría al vicepresidente, Mike Pence, invocar la enmienda 25 de la Constitución que conlleva la destitución del mandatario.

Si bien en su momento faltaban solo 14 días para que este dé el poder a Joe Biden, Pelosi consideró que Trump ya no es apto para ocupar la presidencia y que pueden pasar “cosas horribles” bajo su cargo.

Sin embargo, Pence rehusó invocar dicha enmienda, por lo que Pelosi procedió a convocar a la Cámara de Representantes, cuerpo que preside, a aprobar una nueva acusación y abrir el segundo juicio político (“impeachment”) a Trump y solo el cuarto en la historia del país.

Una mayoría bipartidista de legisladores en la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó el miércoles para someter a juicio político a Donald Trump siete días antes del final de su mandato, convirtiéndolo en el primer presidente estadounidense en ser sometido al proceso dos veces.

 

Al respecto, Pelosi dijo que “Trump ha demostrado que es una clara amenaza a la democracia estadounidense y debe ser juzgado y destituido de su cargo”.

A diferencia del primer “impeachment”, donde solo demócratas votaron por acusar a Trump de obstrucción de la justicia, en este caso 10 republicanos dieron sus votos.

“Trump fue, sin duda, la fuerza detrás de los eventos catastróficos al promover masas de revoltosos e incitar a la violencia contra (…) la democracia”, dijo David Valadao, republicano de California que votó a favor.

Después de esta acusación, el caso de Trump pasará al Senado, donde se necesita de dos tercios de esta Cámara Alta, es decir 67 senadores, para removerlo de su cargo.

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Es poco probable que esto suceda antes de la toma de posesión de Biden, especialmente porque él tiene como prioridad ratificar sus nombramientos para el gabinete y reformar el paquete de estímulo financiero a los golpeados por COVID-19.

Sin embargo, el tema quedará abierto y si el Senado logra suficientes votos para ratificar la condena, Trump perdería sus beneficios como presidente saliente, como una pensión anual, gastos para su reubicación, agentes del Servicio Secreto para su seguridad personal y la posibilidad de poder volver a optar a un cargo público.

En un vídeo, Trump buscó desligarse de los extremistas violentos que asaltaron el Congreso ondeando banderas con su nombre. “Ningún seguidor mío amenazaría u hostigaría a sus compatriotas. Si lo hacen, están en contra nuestra”, dijo el presidente.

Sin embargo, su retórica previa al evento iba en la dirección contraria: la de exigir a sus copartidarios revertir los resultados y a sus fanáticos luchar por una victoria irreal.