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Trump invocaría cláusula de tratados para "retomar" el canal de Panamá por la fuerza militar

La Condición DeConcini otorga tanto a los Estados Unidos como a Panamá el derecho de tomar las medidas necesarias, incluyendo el uso de la fuerza militar, para reabrir el canal o restaurar su operación en caso de que este sea cerrado o se vea interferido en su funcionamiento.

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Por AFP/EFE/Agencias
Publicado el 22 de enero de 2025


El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, basaría seguramente cualquier intervención en el Canal de Panamá en la Condición DeConcini, a menudo llamada las "cláusulas Concini”, una disposición significativa relacionada con la gobernanza del Canal de Panamá y que permite el uso de la fuerza militar a ambos países si es amenazada la seguridad u operatividad del canal.

Esta condición fue introducida por el senador estadounidense Dennis DeConcini durante los debates del Senado en 1978 sobre los tratados del Canal de Panamá. Fue incorporada al Tratado Concerniente a la Neutralidad Permanente y al Funcionamiento del Canal de Panamá, conocido como el Tratado de Neutralidad.

Trump prometió en su investidura retomar el control del canal de Panamá, lo que fue rechazado de plano por el gobierno panameño. En el centro de la polémica está China.

El gobernante incluso no ha descartado la fuerza militar para «recuperar» esta ruta de 80 km que, construida por Estados Unidos e inaugurada en 1914, lleva 25 años administrada por Panamá.

La Condición DeConcini otorga tanto a los Estados Unidos como a Panamá el derecho de tomar las medidas necesarias, incluyendo el uso de la fuerza militar, para reabrir el canal o restaurar su operación en caso de que este sea cerrado o se vea interferido en su funcionamiento.

Aunque la intención de la Condición DeConcini era garantizar la operación ininterrumpida del canal, ha sido un punto de controversia en Panamá.


Gran parte de la población en Panamá considera que esta disposición infringe su soberanía, ya que permite una posible intervención militar de los Estados Unidos.
Este sentimiento fue evidente cuando el líder panameño Omar Torrijos expresó preocupaciones sobre la ambigüedad de los tratados respecto a la intervención estadounidense, lo que generó protestas estudiantiles y un fuerte rechazo público en Panamá.

La Constitución de Panamá resalta la soberanía e integridad territorial de la nación.
Cualquier disposición, como la Condición DeConcini, que permita la intervención militar extranjera, se percibe como un conflicto con estos principios constitucionales.
Esta tensión refleja el delicado equilibrio entre los acuerdos internacionales y los mandatos constitucionales nacionales.

El presidente panameño, José Raúl Mulino, afirmó este miércoles en el Foro de Davos (Suiza) que su país tiene el Derecho internacional de su parte frente a las intenciones del presidente de EEUU, Donald Trump, de recuperar la gestión del Canal de Panamá.

«Tenemos el Derecho internacional de nuestra parte» en cuanto a «la nacionalidad y la soberanía» (de Panamá sobre el Canal), de nuestra parte para siempre», dijo el mandatario tras participar en una sesión en el Foro Económico Mundial (WEF).

«Yo siento que el Canal es de Panamá, por derecho propio», añadió Mulino.

En sus declaraciones a la prensa, el mandatario panameño recalcó que el Canal de Panamá está regido por un Tratado internacional que apoyan más de 40 países, que es el único actualmente en vigor en Panamá.

«Es un Tratado internacional multilateral. No es solo Panamá. Son más de 40 países que han apoyado el protocolo de neutralidad», añadió el mandatari,o que al ser preguntado si se podría acudir a esos otros países para hacer cumplir la legalidad del Canal respondió: «Por supuesto. El Derecho internacional debe ser obedecido y respetado»

Mulino no quiso concretar qué acciones va a tomar al respecto

¿Controla China el canal de Panamá como dice Trump?

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«China está operando el canal de Panamá… y lo vamos a recuperar», dijo Trump el lunes, a lo que el mandatario panameño, José Raúl Mulino, respondió que la vía «es y seguirá siendo» de su país.

Haberlo dicho en el discurso de investidura «hace más probable que sea un intento serio, aunque todavía parece inverosímil», dijo a la AFP Benjamin Gedan, director del programa para América Latina del Wilson Center, con sede en Washington.

«El canal de Panamá no fue una concesión ni una dádiva que hizo los Estados Unidos», insistió Mulino este miércoles en el Foro de Davos.

– «Cuello de botella» –

En el ojo del huracán, la empresa china Hutchison Ports, con sede en Hong Kong, opera bajo concesión desde 1997 los puertos de Balboa y Cristóbal, a cada entrada del canal, que conecta los océanos Pacífico y Atlántico.

En un «momento de conflicto» esos puertos podría usarlos Pekín «como un cuello de botella que impida el comercio» internacional por el canal, alertó el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, poco antes de asumir el cargo.

La vía, de la que Estados Unidos y China son sus mayores usuarios, está administrada por la Autoridad del Canal de Panamá (entidad autónoma). «No hay presencia de ninguna nación del mundo que interfiera», afirmó Mulino.

«Aunque parece una pelea arbitraria, hay preocupaciones razonables relacionadas con la presencia de una empresa china (…). El canal tiene un valor enorme para Estados Unidos, tanto comercial como estratégico, y no sería difícil para Pekín interrumpir sus operaciones», afirmó Gedan.

La subsidiaria de Hutchison Ports, a la que la contraloría panameña abrió el lunes una auditoría, no administra ni toma decisiones sobre la vía. 

Para Rebecca Bill Chavez, presidenta de Diálogo Interamericano, con sede en Washington, «China no opera ni controla el canal» y Panamá ha «respetado» la neutralidad de la vía y mantenido «la eficiencia de las operaciones».

– Presencia china en Panamá –

Trump ya había dicho en 2011 que Estados Unidos entregó «estúpidamente» el canal «a cambio de nada». Esta vez se queja también de las tasas que pagan los buques estadounidenses por cruzar la vía. Son una «completa estafa», ha dicho.

«Es un argumento fatuo que encubre la intención de que Panamá reduzca a su mínima expresión las relaciones con China», afirmó a AFP el catedrático panameño en Relaciones Internacionales, Euclides Tapia. 

Desde que Panamá rompió con Taiwán y estableció relaciones con Pekín en 2017, la actividad china ha crecido en el país, aunque el principal socio político y comercial sigue siendo Estados Unidos.

En menos de siete años, empresas chinas abrieron filiales, construyeron un puerto para cruceros por 206 millones de dólares en la entrada del canal por el Pacífico, y actualmente levantan por 1.400 millones de dólares un puente sobre la ruta interoceánica.

Trump «cree que necesita ser duro con China», por lo que si «existe una oportunidad de contrarrestar la influencia» china en la región y en el canal «es algo de lo que le gusta hablar», opinó la politóloga de la Universidad de Essex, Natasha Lindstaedt.

En 2018, el presidente chino Xi Jinping visitó Panamá. China propuso otros proyectos millonarios, incluso trató de instalar su embajada a la entrada del canal, pero no se concretó por presuntas presiones de Washington.

– Uso de la fuerza –

Como parte de los tratados de 1977, por los que Estados Unidos entregó el canal a Panamá en 1999, los panameños se comprometieron a garantizar que la vía, por la que pasa el 5% del comercio marítimo mundial, esté abierta permanentemente a todos los países.

«Ninguno de sus principios menciona, y menos autoriza, a Estados Unidos para recuperar o reclamar el canal», dice a la AFP Julio Yao, quien integró el equipo panameño que negoció los tratados.

Pero en esos acuerdos hay enmiendas introducidas por Estados Unidos sobre la posibilidad de que Washington use la fuerza militar unilateralmente para «defender el canal contra cualquier amenaza» de cierre, según Tapia.

«Solo fabricando una operación de bandera falsa, a través de una operación encubierta Trump, podría justificar el uso de la fuerza militar en Panamá y eso exclusivamente para mantener abierto el canal, no para tomárselo y usufructuarlo económicamente», comentó.

Gedan ve «una intervención militar poco probable», pero señala que Trump podría presionar a Panamá, por ejemplo con aranceles.

«Está tratando de asustar a Panamá lo más posible (…) Es una herramienta de negociación o una distracción, o ambas», afirma Lindstaedt.

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