Salvadoreña varada en EE. UU.: “Es duro que nos traten como leprosos”

La mercadóloga Luciana Villavicencio, que impulsa el movimiento de VaradosSV, lamenta que muchos paisanos los rechacen, discriminen y ataquen en redes sociales.

descripción de la imagen
Foto EDH cortesía

Por Carlos López Vides

2020-05-03 8:00:54

Luciana Villavicencio es una de las voces más activas dentro del movimiento VaradosSv, un grupo que ha intentado unificar a las más de 4,500 personas que están intentando regresar a El Salvador, tras el cierre de las fronteras ordenado por el Ejecutivo ante la pandemia.

Empresaria de marketing y coach, de 29 años, Villavicencio viajó el 3 de marzo a Estados Unidos por trabajo, a unirse a conferencias en Las Vegas y San José. Iba a volver a El Salvador el 18 de marzo, pero entonces cerraron el ingreso al país de forma súbita, sin aviso previo. Buscando donde vivir, viajó a Ontario, Los Ángeles y finalmente a Stockton, ciudad cercana a San Francisco, donde está viviendo en la casa de la mamá de una socia de su empresa.

Desde ahí, pide solidaridad y empatía para quienes añoran volver al terruño.

“Quiero hacer un llamado a las personas que nos ven como un contagio, y que lo escucho de muchos varados: No saben lo duro que es estar tratando de sobrevivir en un país que no es el tuyo, buscando alojamiento, alimento, medicinas. Teniendo a tus hijos y familia lejos, sin poder hacer nada por ellos.

Tema relacionado: Asamblea supera veto de Nayib Bukele sobre retorno de salvadoreños varados en el exterior

Muchos han perdido su trabajo, muchos ya perdieron sus ahorros y sus familias les están pidiendo dinero en El Salvador. No saben lo duro que es entrar a una red social y ver que las personas que deberían estar velando por tus derechos están llamándote como leproso. Es duro leer comentarios como ‘ojalá se mueran, quédense allá afuera, van a venir a infectarnos’. Como si que colocando un pie nosotros en El Salvador, todo el mundo se va a infestar.

 

Nosotros hemos propuesto seguir todos los controles sanitarios, comprar trajes así como de astronauta, comprar pruebas. Queremos estar sanos, en El Salvador están nuestras familias, las personas que amamos. Recibir tanto odio, no solo de la población en general, sino de funcionarios, es durísimo. Parte el corazón y el alma.
Sobre las personas que nos ven como punto de contagio, no los puedo juzgar, entiendo su miedo. Es razonable. Pero a veces el miedo nos hace pensar en cosas ilógicas.

TAMBIÉN: El miedo al COVID-19 genera discriminación en la sociedad salvadoreña

Llevamos más de 40 días varados, si estuviéramos enfermos ya lo sabríamos. Con un buen plan de repatriación, con protocolos sanitarios, con pruebas, podemos evitar el contagio. Podemos aislarnos antes de tiempo. En las manos del Comité Plan de Repatriación y del Gobierno está el llevarnos a casa, que no es un favor el que nos hacen, es un derecho humano.

En sus manos está que los centros de contención no se vuelvan un lugar de contagio, con una buena administración.
A quienes nos ven como un peligro, les digo: ¿Qué pasaría si la persona que tú más amas está así, varada? Pedimos empatía y solidaridad. Que recuerden que el salvadoreño lo es tanto fuera como dentro del país”.