¿Cómo es la tos característica del coronavirus?

La tos que presentan los pacientes infectados por COVID-9 no está acompañada de mocos; suele causar dolor de garganta y pecho.

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Por Nancy Hernández

2020-03-19 6:28:05

Unos de los síntomas del COVID-19 es la tos seca, esta es típica de infecciones virales. Esta se caracteriza por no estar acompañada de mocos.

Es irritante y a menudo provoca dolor en la garganta o en el pecho, además de la molesta irritación, según un artículo publicado en la revista de farmacia Offarm que describe las peculiaridades de este síntoma.

La tos seca puede ser producto de una infección de un virus o de una bacteria, por tanto no siempre significa que es un síntoma de coronavirus. También puede ser producto de agentes externos como el humo de los cigarrillos. De hecho, es común en los fumadores, lo que es una pista útil para distinguirla.

Una de las consecuencias de la tos seca es que hace que el descanso nocturno sea difícil o imposible y esto provoca cansancio generalizado. Ten en cuenta que si está acompañada de fiebres podría ser que estés infectado con el COVID – 19, pero también son  síntomas de la gripe común.

A diferencia de la tos seca, la tos productiva o que está acompañada de mocos es típica de infecciones como los resfriados. El esputo suele formarse debido al aumento de las secreciones bronquiales, cuya acumulación desencadena el reflejo necesario para expulsarlo. Sus características suelen variar en función de la causa, así como de la evolución de la enfermedad. Cuando la tos aparece de manera repentina por un resfriado o una gripe, por lo general desaparece después de tres semanas.

En general, la expulsión súbita de aire que produce la tos alcanza la sorprendente velocidad de 160 kilómetros por hora. Esta explosiva cualidad es un mecanismo muy eficaz para despejar los conductos respiratorios, pero también es determinante en la expansión de los patógenos que infectan a través del sistema respiratorio, como el nuevo virus.

Las gotas que el organismo expulsa contienen patógenos que el cuerpo ha conseguido eliminar, pero que pueden acabar reproduciéndose en otras personas. Por eso es fundamental usar las mascarillas adecuadas ante la más mínima sospecha de infección, y tapar la boca con la parte interior del codo en lugar de usar las manos, que también son vehículos de transmisión eficaces.