Desde el principio de la pandemia se ha asegurado que los niños son como una bomba de contagios de COVID-19 porque la mayoría son asintomáticos y si tienen síntomas son leves. Incluso, algunos de los casos que necesitaron ser hospitalizados no llegaron a un estado grave o severo.
Pero ayer se dio un caso sorprendente en el Hospital Nacional de Niños de Washington DC, se descubrió que un bebé tenía una carga viral 51,418 veces más alta que la media de otros pacientes pediátricos. Además, al analizarlo encontraron una variante que no se había visto antes.
Otra cosa de las más alarmantes fue que la secuencia del genoma del virus no se había encontrado en ningún otro paciente del hospital, esto llevó a los médicos a pensar que en Estados Unidos podría estar circulando una nueva mutación del virus.
El virólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachutts Jeremy Luban, explicó que la carga viral que había en la nariz del bebé era “un dato alarmante y digno de atención”. Aseguró que podría deberse a ” la mutación N679S, o simplemente a que el sistema inmunológico del bebé todavía no estaba completamente desarrollado, lo que permitió la replicación descontrolada del virus”.
Roberta DeBiasi, jefa de enfermedades infecciosas del hospital, dijo que no podía concluir nada a partir de un solo caso, al investigar encontraron evidencia de que una variante con una mutación llamada N679S puede estar circulando en la región del Atlántico Medio.
“Podría ser una completa coincidencia. Pero la asociación es bastante fuerte. Si ve a un paciente que tiene exponencialmente más virus y es una variante completamente diferente, probablemente esté relacionado”, dijo.
En Estados Unidos han muerto más de 500,000 personas y de todos ellos sólo 270 niños han fallecido a causa de la enfermedad. Médicos aseguran que podría ser algún factor relacionado con la biología de la juventud.
Lee también: Escándalo en Argentina por vacunación VIP de personas allegadas al ministro de Salud
Hasta el momento no se ha comprobado que la variante N679S, u otras identificadas por primera vez en el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, sean más peligrosas para los niños. Pero los funcionarios de salud en el Reino Unido han dicho que están monitoreando un aumento inusual de infecciones, especialmente entre los niños de 6 a 9 años, que es desproporcionado para su porcentaje de la población.
Un informe del 9 de febrero de la revista médica BMJ concluyó que Israel ha experimentado “un fuerte aumento de las infecciones por COVID-19 entre los jóvenes, con más de 50,000 niños y adolescentes que dieron positivo en enero, más de lo que Israel vio en cualquier país, durante la primera y segunda oleada”.
¿Hay vacunas para niños?
Para la inmunidad de rebaño se habla del 70 % y 80 % de la población para alcanzar la tan ansiada inmunidad de rebaño, pero los niños no son prioridad porque no había estudios en el mundo sobre la seguridad y eficacia de las vacunas desarrolladas en menores de 18 años. Ahora, los productores de vacunas planean comenzar a investigar sus formulaciones en esa franja etaria.
Es de tener en cuenta que Pfizer y Moderna inscribieron a niños de 12 años o más en ensayos clínicos de sus vacunas y esperan tener resultados pronto. Dependiendo de los resultados del rendimiento de las vacunas para este grupo de edad, se podría probar en niños más pequeños. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) generalmente demora algunas semanas en revisar los datos de un ensayo clínico y autorizar una vacuna.
Además, las ompañías, Johnson & Johnson, Novavax y AstraZeneca planean probar las vacunas en niños, pero están más atrasadas.
Según los especialistas, los niños también deberán ser vacunados para que los Estados Unidos se acerque a la inmunidad colectiva, ese objetivo prometido durante mucho tiempo en el que la pandemia se detiene porque el virus se queda sin personas para infectar.
Además: Doctor Ricardo Lara: “Volvieron a la improvisación y usan la vacuna como instrumento político”
La vacuna Pfizer-BioNTech tiene autorización para cualquier persona mayor de 16 años. También hizo pruebas con voluntarios más jóvenes, el total fue de 2,259 adolescentes de 12 a 15 años. Los adolescentes tienen aproximadamente el doble de probabilidades de infectarse con el coronavirus que los niños más pequeños, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
La vacuna de Moderna, que también fue autorizada en diciembre, está en un camino similar para las pruebas pediátricas. En diciembre, la compañía comenzó a evaluar a adolescentes de 12 a 17 años y planea inscribir a 3 mil voluntarios en este grupo de edad. La compañía espera resultados “alrededor de mediados de 2021”, dijo Colleen Hussey, portavoz de Moderna.
Con base en los resultados, Moderna planea evaluar la vacuna a finales de este año en niños de entre seis meses y 11 años.
Los bebés pueden tener algunos anticuerpos al nacer de madres vacunadas o infectadas, pero es poco probable que la protección materna dure hasta el primer año de edad. Y con su sistema inmunológico relativamente débil, los bebés pueden ser particularmente susceptibles a la infección si la transmisión comunitaria es alta.