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“Las nuevas rutas de los Elefantes”: ¿Cuáles son los enlaces entre África y América Latina?

“Las nuevas rutas de los Elefantes” son una respuesta a la necesidad de construir soluciones para evitar depender totalmente de la guerra comercial de la nueva bipolaridad sino-estadounidense.

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Por Pascal Drouhaud
Publicado el 06 de julio de 2025


“Las nuevas rutas de los Elefantes”. Es la fórmula impactante que designa la voluntad compartida por dos continentes complementarios para construir ejes comerciales, económicos y tecnológicos esenciales para su propio desarrollo, en medio de relaciones internacionales bajo tensiones. 

América Latina cuenta con 600 millones de habitantes repartidos entre 33 países en Latinoamérica y la región del Caribe, sobre una superficie de 23 millones de kilómetros cuadrados (km²) Por su parte, África cuenta con 1,500 millones de personas en 54 países sobre 30 millones de km². Y se estima que contará con 2,000 habitantes para el año 2040. 

Los desafíos entre ambos continentes son muy parecidos: administración del crecimiento urbano, cuando América Latina es el continente con la mayor concentración urbana de la población, con su 75%. Además de un acceso a las tecnologías numéricas y nuevas, infraestructuras a favor de una producción y distribución de la energía tanto como para la movilidad de las personas, financiación del desarrollo y mantenimiento de los existentes; apoyo a una gobernabilidad estable, lucha contra el tráfico, esencialmente de drogas… Los temas no faltan, los pilares de convergencia están establecidos. 

“Las nuevas rutas de los Elefantes” son una respuesta a la necesidad de construir soluciones para evitar depender totalmente de la guerra comercial de la nueva bipolaridad sino-estadounidense. Las rutas comerciales se evalúan, se completan. 

En América Latina, estas rutas comerciales se han fortalecido con Asia. El puerto en Perú de Chanca, que requirió una inversión de 5 mil millones de dólares de China, reconfigura el comercio en el Pacifico, atrayendo una nueva dinámica entre China y América Latina. Esta dinámica llevará hacia el Pacifico parte del negocio atlántico. Sin duda, en los próximos años, el tema de unos “canales secos” con Brasil, entre otros, serán de actualidad; tan fuerte será el comercio sino-latino por el Pacifico. Les llamaron “las nuevas rutas incas”, haciendo pasar en un segundo plano el Canal de Panamá.

Historia, potencial comercial, voluntad de inversiones financieras, similitudes culturales. Todas las bases existen para que, en el contexto internacional convulsionado, las relaciones entre Africa y América Latina puedan surgir y desarrollarse. 

¡Cuatro horas! Solo serían cuatro horas las necesarias para trasladarse, en avión, desde Dakar en Senegal, hasta Río de Janeiro en Brasil. Es decir, para unir dos continentes vecinos, que no se benefician por el momento de estas comodidades en materia de transporte. Son menos horas que lo necesario para ir de Bogotá hasta Washington, por ejemplo. 

Durante todo el siglo XX, las relaciones fueron percibidas, esencialmente, bajo un prisma ideológico: el concepto de “Liberación”, a través de las independencias por África, y la lógica Este-Oeste que impactó particularmente América Latina, condicionaron estas relaciones. 

Cuba se involucró, por ejemplo, en el conflicto interno de Angola entre el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) de António Agostinho Neto, y la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) de Jonas Savimbi, implicándose en la situación de África del Sur. Hugo Chávez intentó abrir relaciones con unos países del Sahel -extensa zona que atraviesa 6,000 kilómetros entre África Oriental y Occidental- como Malí, que había sido un aliado de la ex-URSS  durante la Guerra Fría. Es una razón que explica la presencia de mercenarios del “Afrika Corps” o Cuerpo Africano Alemán, sucesor del grupo “Wagner” que había organizado Yevgeny Prigozine hasta su muerte, en agosto de 2023. 

Este contexto oculta la importancia de enlaces concretos y operacionales entre empresas, organismos financieros continentales y, por supuesto, estados. Desde el principio de 2025, el Banco Interamericano de Desarrollo encabezado por el brasileño Ilan Goldfajn, tanto como su homólogo africano BAD, que dirige el mauritano Sidi Ould Tah, llamaron en sus asambleas generales a favorecer la búsqueda de inversiones y cooperación con dichos continentes. 

“Gestiones empresariales” en los sectores de infraestructuras civiles, movilidad, en energía, en informática e inteligencia artificial no faltan. Países y empresas pueden liderar una dinámica que corresponde a la situación contemporánea, con visión pragmática para el desarrollo de ambos. En alimentación e agroindustria, en el medio ambiente, administración del agua, de los residuos, tantas necesidades que justifican que se favorezca una dinámica comercial entre ambos continentes, en una visión pragmática. 

En África, países como Marruecos, Egipto, Senegal, Costa de Marfil, Nigeria, Kenya, Angola, África del Sur y Mozambique tienen una visión continental de su papel. Ahora que la relación con China está establecida, llegó el momento de mirar nuevos socios complementarios. México, América Central, Brasil, Chile, Argentina y  Colombia pueden liderar, por sectores o regiones, las “nuevas rutas de los Elefantes”. Estas ilustran la realidad contemporánea, llamando a un sentido visionario indispensable para responder a los desafíos que enfrentamos en este contexto internacional tan convulsionado y evolutivo, y que fuese en términos demográficos, tecnológicos y comerciales. África y América Latina pueden y deben estar a la altura de los desafíos históricos. 

“Las nuevas rutas de los Elefantes” son la mejor respuesta a las perspectivas globales que plantean la evolución, tanto en materia de defensa como económicas, de las relaciones internacionales modernas. 

Pascal Drouhaud / Especialista en relaciones internacionales / Presidente de LATFRAN (www.latfran.org)

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